TRANSPORTE

Sagalés: trece generaciones y 375 años de historia

La compañía, nacida para distribuir hielo desde Moià hasta Barcelona, ​​se acerca a los cuatro siglos de vida gracias a su capacidad de adaptación

Albert Cadanet
y Albert Cadanet

Trece generaciones y 375 años de historia. Es la trayectoria de la empresa Sagalés, una de las más antiguas de Cataluña. Entre sus virtudes destaca su adaptabilidad. Si no fuera por eso, no se explicaría que hubiera sobrevivido a múltiples conflictos y se hubiera adaptado a las necesidades económicas de cada época.

Los orígenes de Sagalés, que actualmente gestiona más de un centenar de líneas de autobuses y ofrece varios servicios relacionados con el sector del transporte, difieren mucho de la situación actual de la compañía. El negocio arrancó en 1641, cuando el matrimonio entre Josep Sagalés y Isabel Ombert inició su actividad económica en el mundo de la lana y la agricultura. El primer contacto con los medios de transporte se produjo en 1711, cuando la familia se encargaba de distribuir hielo desde los pozos de Moià hasta Barcelona. Este primer trayecto de casi 60 kilómetros, que en ese momento se cubría con carros y animales de tiro, se realiza ahora en poco menos de una hora y 40 minutos en autobús. Por ser respetuosos con la historia, Sagalés ha mantenido la línea desde que la empezó a explotar. Además, la sede corporativa de la sociedad se encuentra en la plaza Tetuan, punto de la ciudad en la que se encuentra la última parada de esta línea.

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Aparte de esta primera actividad, Sagalés incorporó nuevas líneas de negocio en los años siguientes. Eso sí, siempre relacionadas con el sector del transporte, como por ejemplo el envío de mensajería. Pero la primera línea de transporte estrictamente de pasajeros no llegó hasta 1820. Entonces, dos carruajes de Sagalés salían cada día de la calle Pi de Barcelona hacia Caldes de Montbui, transportando viajeros que, mayoritariamente, se dirigían a los balnearios del municipio vallesano . El negocio mantuvo sus carros hasta 1909, momento en el que se incorporaron los primeros vehículos de motor.

La empresa ha sobrevivido a la Guerra de Sucesión, la Guerra del Francés y lo que fue el momento más crítico de su historia: la Guerra Civil. Sagalés vio cómo su flota de 48 vehículos se colectivizaba y, con el fin del conflicto, era totalmente destruida. Lo que vino después fue una auténtica historia de superación y resurrección. La empresa se vio obligada a recuperar piezas de autobuses para reconstruir su flota y, en 1941, se constituyó de forma oficial bajo el nombre de Empresa Sagalés SA, la denominación que todavía conserva.

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Pero la existencia de la empresa no ha peligrado sólo por conflictos armados, sino que su supervivencia también estuvo amenazada alrededor del año 2000. La supresión de las concesiones no subvencionadas, junto con el auge del uso del tren y también del vehículo privado, hicieron peligrar a varias empresas del sector. Francesc Sagalés, actual director general de la compañía, recuerda el cambio de estrategia adoptado en su casa. "Tuvimos que reducir el volumen de clientes y centrarnos en las líneas más rentables", explica. Desde entonces, las ventas de la empresa han logrado remontar al mismo tiempo que los beneficios también han crecido.

Sagalés asegura que este año facturará 80 millones, una cifra similar a la del pasado año. Del total de ventas, la compañía asegura que un 70% proceden de la red de líneas regulares, mientras que el resto se dividen entre sus servicios discrecionales, inmobiliarios y de mantenimiento de flotas.

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Es precisamente en estas nuevas líneas de negocio donde la firma se ha ido reforzando en los últimos años para diversificar sus fuentes de ingresos. A estas alturas, Sagalés organiza rutas para asistir a todo tipo de eventos, desde un espectáculo de flamenco hasta visitas guiadas al Camp Nou. Aparte de esta línea de negocio, Sagalés cuenta con un área especializada en el sector inmobiliario (se trata de Norte de Inversiones, una empresa que preside el propio Francesc Sagalés y que se dedica a la gestión de parkings y estaciones de autobuses) . Por último, también cuenta con una línea de talleres para reparar vehículos propios y de otras compañías.

Estar al frente de una empresa con más de tres siglos de historia supone una gran responsabilidad, pero Francesc Sagalés no se arruga. Con su llegada a la dirección, en 2014, Sagalés comandó la expansión de la empresa fuera del territorio catalán por primera vez en la historia de la compañía. Desde 2015, sus servicios también se encuentran en Baleares. Aparte de esto, la empresa se encuentra en un proceso de “digitalización”, asegura el directivo. De hecho, la mayoría de los autobuses de la marca incorporan wifi gratuito. Toda una serie de cambios que quedan a años luz de lo que hizo crecer a la empresa en sus lejanos inicios.