El súper de productos 'caducados' (y más baratos)
GoodAfter revoluciona el sector de la alimentación jugando con las fechas de consumo preferente de los productos y descuentos de hasta el 70%
Tres millones y medio. Son los kilos de alimentos que se tiran todos los días en España. Equivalen a más de 100 millones de kilos al mes, o lo que es lo mismo, 1.325 millones de kilos cada año. De hecho, sólo una de cada cinco familias consume todo lo que compra, según datos del ministerio de Agricultura. Una problemática que no ha cambiado pese a la crisis, según constatan también los datos del Instituto Nacional de Estadística: el 5% de los productos que compramos terminan en la basura.
GoodAfter ha encontrado un negocio en ese dispendio. Es el primer supermercado online que comercializa productos que están a punto de sobrepasar -o ya lo han hecho- la fecha de consumo preferente, con descuentos que llegan hasta el 70%. El objetivo, según los promotores de esta iniciativa, es doble: favorecer el ahorro de los clientes y al mismo tiempo reducir las cifras de productos que acaban en la basura. Dos premisas que comienzan a convencer a algunos clientes.
Detrás del proyecto hay Chantal Camps, una emprendedora catalana instalada en Portugal. El proyecto nació hace año y medio pero se puso en marcha este verano. “Vimos que esto ya se hacía en el norte de Europa e investigamos si era legal hacerlo en España y Portugal, que es donde tenemos su sede, y resulta que sí. Así empezamos”, explica esta emprendedora. A partir de ahí, la evolución del negocio es una curva claramente ascendente: en los primeros tres meses consiguieron vender más de cinco toneladas y media de productos, y ya tienen más de 10.300 suscriptores.
Pasta, café, chocolate, arroz, conservas, mermeladas, galletas, caldos, salsas, desodorante, bebidas... Se puede encontrar todo lo que pondríamos en una lista de la compra. Con una salvedad: no hay productos frescos. GoodAfter sólo comercializa productos con una fecha de consumo preferente y no con fecha de caducidad. Es decir, no vende productos caducados, pero sí algunos, sin riesgo para la salud, que sobrepasan la fecha recomendada de consumo. De esta forma, cumplen con las leyes de sanidad.
“Tenemos productos de líneas obsoletas, por ejemplo, con un envase diferente o un logotipo viejo -explica Chantal Camps- y eso hace que las marcas ya no puedan venderlo”. GoodAfter también da una segunda oportunidad a estos productos, que no tienen salida por los canales habituales: “A veces simplemente tienen la etiqueta torcedura”, explica la empresaria Chantal Camps.
Lo más complicado para este supermercado online ha sido ganarse la credibilidad de sus proveedores. “Es un modelo nuevo y hay marcas que temen que no cuidemos bien su imagen y de caer en una especie deoutlet de productos de segunda división”, explica Camps. La empresa busca los productos entre el stock que seobra a los fabricantes o representantes de marcas. De momento ellos no generan stock propio, porque hacen pedidos muy pequeños y logran dar salida a todos los productos: "En el fondo estamos testando el mercado y somos extremadamente prudentes", asegura Camps.
La distribución es otra de las claves del éxito en cualquier negocio online. El almacén de GoodAfter está en Oporto, pero las ventas se realizan tanto en Portugal como en España. Una vez realizado el pago, los clientes españoles reciben la compra en la dirección indicada en un plazo de dos días, o el día que les vaya mejor por agenda. El descuento medio por compra ronda el 50%, según sus estimaciones, pero varía en función del producto y el momento de la compra. Camps pone un ejemplo fácil: “Si hablamos del precio de un huevo de Pascua, no será lo mismo si lo ponemos a la venta en junio o marzo: junio no es su momento y, por tanto, el descuento que haríamos sería mayor”.
Ahorro y aprovechamiento de recursos. Éstas son las dos ideas que más remarca la catalana al frente de este proyecto. “La idea es luchar contra el desperdicio de alimentos y otros productos. Es una idea similar a la de la llamada economía circular”, admite Camps, y añade que es necesario “encaminarnos hacia el reaprovechamiento”. Esta empresaria lamenta la falta de conocimiento de los consumidores en lo que se refiere a las diferencias entre las fechas de caducidad o de consumo preferente, y espera que proyectos como el suyo ayuden a educar en esta línea. Según Camps, las marcas empiezan a asimilarlo y ofrecen cada vez menos resistencia a este nuevo modelo de venta. “Lo que no tiene ningún sentido es que se tire un champú porque ¡la etiqueta que lleva ya no está de moda!”, se exclama.