¿Es el teletrabajo un privilegio de los empleados más senior?

Ya han pasado cuatro años desde el confinamiento y en el equipo donde trabajo hay gente que sigue teletrabajando a menudo. A mí, que soy más nuevo, me sabe mal pedirlo. ¿Cómo lo afronto?

Víctor,Barcelona

Un estudio de la London School of Economics de 2023 apunta en la misma dirección que comentas: los cargos más altos tienen más opciones de teletrabajar, así como los cargos mejor pagados, los que exigen más estudios y los que son de jornada completa. En definitiva, lo que comentan –y que tú validas con tu pregunta– es que teletrabajar se ha convertido en un nuevo privilegio de los perfiles senior de la empresa.

Los autores del estudio ya apuntan a que el teletrabajo es una nueva brecha entre perfiles junior y senior. Sin embargo, no debemos olvidar que estas diferencias se han dado siempre, es una característica propia de los grupos. Por ejemplo, si te mudas a un pueblo pequeño, pueden pasar años hasta que los vecinos dejen de considerarte recién llegado. Lo último que ha entrado en el grupo sigue el grupo y sólo dirige cuando ha demostrado ser de confianza o tener valor. Tú buscas acelerar este proceso de aceptación, por tanto, es necesario que generes confianza y comuniques el valor que aportas.

Para crear confianza primero debes saber qué valora la empresa: ¿es el orden y la puntualidad? ¿Es la respuesta de los correos electrónicos? ¿Una buena comunicación? No se trata de ser perfecto en todo, sólo en lo que la empresa valore más. Un miedo habitual de las empresas es que la falta de contacto nos lleve a ser menos productivos, poco eficientes, desconectados de la empresa o que nos quememos demasiado rápido. Al pedir el teletrabajo, asegúrate de recordar a la empresa que eres "digno de confianza" y de haberlo demostrado escrupulosamente. El valor aportado es lo que te hace imprescindible para tu empresa. Cuanto más imprescindible te muestres, más posibilidades tienes de que, ante la petición del teletrabajo, la empresa te diga que sí para evitar tu marcha.

Así pues, ser un miembro de pleno derecho implica demostrar que eres tan parte de la empresa como cualquier otro, o más. No es imposible, pero tendrás que trabajarlo.