De toda la vida

Torradas, la librería de los prodigios

La librería y papelería ubicada en el barrio de Sant Antoni nació en 1932 de la mano de la familia Torradas-Vilaplana

24/10/2025

Barcelona"¿Tiene este libro?" La clienta le enseña, con poca fe, una foto que lleva en su teléfono móvil. Y Ricard exclama: "¡Por supuesto, que sí!". Se dirige a una de las pilas de libros que tiene sobre el mostrador de la entrada, levanta unos cuantos y coge uno. "Aquí lo tienes". Es La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza. "¡Oh! ¡No lo pensaba!", dice la clienta. "Hombre, se trata de un clásico total y absoluto y tenía bastantes números de estar", replica Ricard.

En la librería y papelería Torradas, en la esquina de Comte Borrell con Manso, quien entra tiene que saber que muy probablemente encontrará lo que busca. Y si no, Ricard Torradas es experto en conseguir imposibles. Nos enseña un paquete que acaba de llegar de Italia. Contiene dos libros descatalogados para una clienta que estaba desesperada, porque no los encontraba en ninguna parte. "Tengo contactos", explica el propietario del negocio, tercera generación al frente de este clásico del barrio de Sant Antoni, un lugar especialísimo, una extraña y encantadora anarquía, lleno de pilas por todas partes "que en algún momento inminente estarán mejor ordenadas, pero el inicio de temporada ya se sabe...", argumenta Ricard.

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De hecho, quien conoce la tienda ya sabe dónde entra, y éste es precisamente el encanto. Lo sabe tanto el señor que entra a comprar cuatro rollos de cinta adhesiva como el que necesita cien fotocopias de un papel. "Es un caos ordenado, todo lo tengo dentro de la cabeza para encontrarlo enseguida, si no, sería un desastre eso".

Torradas ha pasado por varias etapas desde su fundación como comercio en 1932. La década anterior, los abuelos de Ricard –Josep Torradas y Lluïsa Vilaplana– ya tenían una parada en el Mercado de Sant Antoni, que está justo en frente de la tienda. Allí vendían libros, por supuesto, pero también todo tipo de productos relacionados con la fotografía, que a lo largo de los años siempre ha sido uno de los puntales del negocio. Llegaron a tener hasta tres locales abiertos: uno dedicado a la papelería y librería –lo que hoy conservan–, otro a la música –discos, casetes, etc.–, y el último una juguetería. Los años sesenta y setenta fueron años álgidos, pero a partir de la última década del siglo, la llegada de internet y el bajón de ventas hizo que se decidieran a conservar tan sólo un local.

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Ricard ya hace casi cuarenta años que se hace cargo, a los que hay que sumar todos los de estudiante, ayudando y aprendiendo. De hecho, cursó un año de derecho, pero un accidente de sus padres hizo que tuviera que priorizar su incorporación al negocio familiar. Durante años, la familia combinó las tiendas con la parada en el mercado dominical y con las ferias del libro que conviniera. Siete días de trabajo a la semana. Pero hace tiempo que Ricard ha decidido bajar el ritmo, y más desde que es abuelo.

Me enseña el punto de libro que utiliza como tarjeta del negocio. Hay una foto en la que aparece él con su padre y su hijo bebé. Ha pasado el tiempo y nos cuenta con orgullo que en unos días esta foto será actualizada por una nueva: él será el abuelo.

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¿Cuál es el secreto de Torradas? ¿O uno de ellos? Como con tantos negocios de barrio de este tipo, algo tan sencillo como el trato cercano y familiar. Decir a los clientes por su nombre es un detalle muy simple, pero que es una declaración de principios. No para de recibir encargos e intenta satisfacerlos a todos. Es la fórmula para hacer frente a la competencia salvaje de la venta online. En la tienda puedes encontrar de todo. Pero las novedades editoriales no las tiene todas, ni mucho menos; sólo las imprescindibles, que Ricard selecciona cuidadosamente porque sabe que tiene clientes a los que pueden interesar. Libros de pasatiempo, de colorear, infantiles, libretas y agendas de todo tipo, material escolar y de oficina, papel de regalo, juegos didácticos, calendarios, mochilas... "Tengo que tener mucha oferta para que la clientela pueda elegir, eso es fundamental".

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Para Torradas, un factor muy importante a tener presente es la pertenencia al barrio. "En Sant Antoni siempre hemos tenido mucho asociacionismo de todo tipo, tanto vecinal como comercial", argumenta. Éste es un valor muy importante para la subsistencia del comercio de barrio.

Hay un detalle que me tiene el corazón robado: justo en la entrada hay un expositor a rebosar de novela rosa. Y también una caja con viejas novelitas de quiosco, de aquellas del oeste y policiales. ¡Un vestigio del pasado que todavía conservan es el alquiler de esta tipología de libros! Una clienta se lleva diez, paga dos euros de alquiler y los devuelve cuando ya los ha leído. Torradas, la librería de los prodigios.

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