Periscopio global

La transición energética en Corea del Sur pasa factura a Australia

La descarbonización hace jaque a 3.900 millones de euros de exportaciones australianas

Aleix Graell Núñez
05/12/2025

SidneyEn medio de las sesiones de la COP30, Corea del Sur anunció que aspira a apagar las 61 centrales térmicas del país, responsables del 33% de la producción de energía, en 15 años. El cuarto comprador de carbón mundial, con un 8% del total, ha puesto fecha a 40 centrales y las 21 restantes tendrán un calendario de cierre a principios de 2026. Kim Sung-hwan, ministro de Clima, Energía y Medio Ambiente surcoreano, aseguraba desde Brasil que no sólo por el clima aumentar la competitividad y crear miles de puestos de trabajo”. Se trata del segundo país asiático, después de Singapur, en adherirse a la Powering Past Coal Alliance, una iniciativa que aglutina a unos sesenta países, la mayoría desarrollados.

Una hora después del anuncio, el ministro participó en un acto en Belém con su homólogo australiano, Chris Bowen. Australia ha visto reducida su presencia en el mercado surcoreano con competidores como Rusia o Indonesia, pero todavía exporta casi el 10% del carbón al país asiático, con un valor en torno a los 2.300 millones de dólares australianos (unos 1.300 millones de euros) en 2025 según la auditora.

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Sin embargo, este tipo de minería está en riesgo de no ser rentable. Según un análisis de la organización sin ánimo de lucro con sede en EE.UU. IEEFA, no existen mercados emergentes para el carbón australiano (con mayor calidad) ni evidencias suficientes de que, en caso de posible alza de la demanda, ésta no se cubriera con carbón más barato. Para Rod Campbell, director de investigación del Australia Institute, un laboratorio de ideas de análisis económico y de políticas públicas, la decisión de Seúl es un "mensaje para acabar con el carbón en Asia", enmarcado en la competición que mantienen con países como Japón, Taiwán y China, que conjuntamente forman el 56% de las exportaciones.

Desde la patronal, el Minerales Council of Australia, no admiten preocupación. En unas declaraciones enviadas por correo electrónico atribuidas a su consejera delegada, Tania Constable, remarcan que Corea del Sur "sigue financiando tecnologías para la captura de carbón en el subsuelo para reducir sus emisiones, mientras utilizan carbón" –aunque estas tecnologías no han demostrado su eficacia–, y cifran en 3.900 millones de euros a 6.900 millones de euros. exportaciones de ese año, un 9,6% del total.

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El Tesoro australiano, en cambio, en un informe de septiembre, prevé que el valor de las exportaciones de carbón, pero también de gas, se desplome un 50% en los próximos 5 años. "Por mucho tiempo no se creían realmente estas tendencias de descarbonización", asegura Jorrit Gosens, doctor en economía ambiental y gestión y profesor de la Universidad Nacional Australiana. "Creo que es la hora de que los gobiernos tanto estatal como federal empiecen a hacerse a la idea de que éste no es un sector con futuro", señala.

"La Coalición (de derechas) y el gobierno laborista ven el problema de la exportación de carbón y combustibles fósiles como una batalla demasiado grande", apunta Peter Christoff, profesor de cambio climático y política en la Universidad de Melbourne, que en 2012 publicó un artículo en el que pedía acabar con el. "Los gobiernos en Australia están muy contentos de evitar el quebradero de cabeza político y permiten que los mercados hagan su trabajo", y eso "es una mala idea", concluye.

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El Parlamento surcoreano aprieta el calendario

En la última semana una propuesta de ley del Parlamento de Seúl ha señalado que la transición podría ser más ambiciosa, y que se cerraran las centrales térmicas en 2035, cinco años antes de las ambiciones del nuevo presidente, Lee Jae-myung. Un giro político de un país tradicionalmente reacio a invertir en energía renovable.

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En la última década, compañías surcoreanas como la fabricante de acero POSCO con su filial Hume Coal y KEPCO (que tiene al estado como principal accionista) han intentado sin éxito abrir minas en Australia. Los tribunales y los gobiernos han detenido los proyectos, que contaban con la oposición del vecindario y ganaderos. "Si en los últimos 10 o 15 años hubieran sido diferentes y esas grandes minas con dinero surcoreano operaran [...], creo que habría sido mucho más complicado", señala Campbell.

Pero el dinero parece mirar hacia otro lado, y el sector del carbón pierde peso en Seúl. Según una reciente encuesta a 105 altos directivos, un 99% están de acuerdo en que el gobierno emprenda la transición energética durante la próxima década, y de éstos la mitad apuntan a que ven con buenos ojos abandonar los combustibles fósiles antes del 2030.