"Ya no va de voluntades, sino de obligaciones": los retos de la transición energética en el mundo empresarial
El ARA organiza una mesa redonda con representantes del sector público y el privado para exponer los desafíos para conseguir una economía net-cero
BarcelonaLos criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) forman parte de la estrategia de las empresas y constituyen el eje central de su toma de decisiones. Las empresas son un agente social primordial en el desarrollo de la sociedad, como generadores de riqueza y desarrollo social, por eso sus estrategias de sostenibilidad deben estar alineadas y deben sumarse a las que también despliegan las diferentes administraciones y el resto de agentes sociales.
Así pues, la colaboración público-privada es esencial para salir adelante con la transición energética, y así se ha puesto de manifiesto este martes en el acto Sostenibilidad en el marco de la transición energética: una alianza público-privada, organizado por el ARA con el apoyo de Naturgy, en el que han participado la directora de medio ambiente y RSC de Naturgy, Núria Rodríguez; la directora de Energía y Calidad Ambiental en el Ayuntamiento de Barcelona, Cristina Castells; la directora general de Barcelona Global, Mercè Conesa y el experto de la Comisión de Energía de Pimec, Antoni Franquesa.
"Lo que planteamos cuando hablamos de transición energética es un cambio de modelo, hacer una apuesta importante por un consumo de energía más eficiente y racional, mientras trabajamos para que las infraestructuras energéticas sean más innovadoras y más flexibles –ha apuntado Castells– . Ya no estamos hablando de voluntades sino de obligaciones". "Desde la administración entendemos que [la transición energética] es un esfuerzo muy importante para las empresas, porque les estamos diciendo que debemos hacerlo ya y debemos hacerlo diferente", explicaba. "Es un cambio que debe implicar a todos los sectores. Lo tenemos que hacer entre todos y debemos irnos acostumbrando a esta nueva realidad", añadía la directiva del Ayuntamiento.
"Lo que notamos es que las empresas grandes están haciendo cambios, aunque pueden hacer más; pero el gran reto está con las pequeñas y medianas empresas", aseveraba Castells. De hecho, en este sentido, el experto en energía de Pimec, Antoni Franquesa, aseguraba que "en las pymes, todo esto se vive con angustia y mal". "Las pymes necesitamos que no se nos menosprecie en este tema, y avanzar paulatinamente, que no se nos pida prisa porque hagamos lo que podemos", apuntaba Franquesa.
El papel de las empresas
La directora general de Barcelona Global, Mercè Conesa, añadía que es necesario "distinguir la capacidad de cada empresa y ver qué está a su alcance, porque el empresario es lo primero que quiere optimizar su consumo, pero esto es un reto colectivo ". "Conseguir ser net-cero sólo lo haremos si actuamos todos juntos", apuntaba.
Por su parte, desde Naturgy, Nuria Rodríguez explicaba que "descarbonizar es pasar de un modelo económico basado en energías que emiten gases invernadero a un modelo basado en energía limpia". "Como en Naturgy, tenemos un rol clave y eso abre un trilema: garantizar el suministro 24 horas al día, que sea lo más limpio posible y lo más barato posible. Este trilema energético es lo que mueve nuestra transición y es lo que lo hace difícil", explicaba.
Asimismo, Rodríguez aseguraba que "las grandes empresas también son facilitadores por otras y deben ser modelo de ejemplo para pasar a una energía menos contaminante". "El rol que jugamos cada una de las empresas es diferente y es muy difícil realizar esta transición de forma tan rápida", apuntaba.
Con todo, Conesa hacía un apunte: "Esto no debe ser un ecoblanqueo, sino que debe haber un seguimiento esmerado de lo que hacen las empresas y que se pueda comprobar". Asimismo, aseguraba que cambios "hay" y que también son una herramienta de atracción de talento: "La gente está cada vez más concienciada y valora que la empresa sea responsable en este sentido para trabajar". .
Fiscalidad antes que subvenciones
Alcanzar los objetivos de sostenibilidad de cara al 2050 es, de acuerdo con todos los ponentes, "un reto muy ambicioso", pero la voluntad "está". Ahora bien, todos manifestaban que es necesaria colaboración entre el sector público y el privado e implicar también a la sociedad, las ciudades y el área metropolitana.
De hecho, desde las pymes y el sector privado, reclamaban que la administración apueste por otro modelo de ayuda a las empresas: "Los incentivos y las bonificaciones fiscales deberían pasar por delante de las subvenciones, porque las subvenciones desestabilizan el mercado", apuntaba Franquesa. "Con una fiscalidad inteligente, las empresas lo notarían al final del ejercicio pagando menos impuestos, y tendrían un mayor incentivo", aseguraba.