Farmacéuticas

Grifols responde a la tormenta bursátil con un semestre de ventas récord

La compañía catalana anuncia una facturación de 3.444 millones hasta junio el mismo día que admite un error contable y ve suspendida su cotización

BarcelonaGotham, el fondo que se ha convertido en una pesadilla para Grifols, reiteró un mantra este inicio de año con sus acusaciones en la empresa catalana: que sus acciones valen cero. Seis meses después de la crisis reputacional desatada por las acusaciones del fondo bajista estadounidense, Grifols ha dado una contundente respuesta en sus resultados semestrales. La empresa familiar nunca había facturado tanto en los seis primeros meses del año: sitúa la facturación en 3.444 millones de euros, una cifra astronómica que supera los 3.225 millones de 2023, los 2.810 de 2022 y los 2.537 de 2021. ~ BK_SALTO_LINEA~ La compañía de hemoderivados ha redondeado los resultados volviendo a presentar beneficios, en este caso de 36 millones, cuando hace un año tenía unas pérdidas de 56 millones debido a su plan de reestructuración. El principal pero de las cuentas vuelve a ser el nivel de endeudamiento de la empresa. Aunque lo ha reducido hasta los 8.262 millones de euros (5,5 veces el ebitda, un ratio elevado, pero sensiblemente mejor que el que tenía), el hecho es que posteriormente al 30 de junio la compañía firmó obligaciones financieras por valor de 1.134 millones, con lo que la deuda se sitúa al borde de los 9.400 millones.

La bolsa ha reconocido los buenos resultados de la empresa de los Grífols (que por primera vez no tiene ningún miembro de la familia en la cúpula directiva) con una subida que situaba la acción en los 9,12 euros, y que borraba la caída que habían sufrido los títulos a última hora de la mañana.

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Corrección de cuentas y susto

Lo cierto es que la jornada ha sido convulsa para la multinacional catalana. El regulador bursátil español suspendió la cotización de Grifols a mediodía cuando los títulos de la compañía catalana perdían un 1,9% de su valor. Era la respuesta de la CNMV a los errores contables anunciados por la propia empresa familiar y por su auditora, Deloitte. Grifols calculó en otros 400 millones de euros del valor real un activo propiedad de su filial china, Shanghai RAAS; un error que, apunta la compañía catalana, no afecta ni a sus resultados, ni a su beneficio bruto de explotación ni al que se ha convertido en su principal problema, la deuda.

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Cuando se ha conocido esta incorrección las acciones de la empresa catalana han caído rápidamente, hasta situarse en el umbral de los 8,92 euros, lo que supone un bajón del 1,9%. A continuación, el regulador bursátil ha detenido su cotización y la empresa ha emitido un comunicado en el que ha explicado el motivo de este nuevo susto: apuntaba a la "incorrecta contabilización" en sus cuentas de información relacionada con Shanghai RAAS y su acuerdo de colaboración con Inmunotek. Deloitte explica que Grifols debería haber reconocido como una "operación conjunta" el acuerdo con Inmunotek y debería haberse anotado sus activos, pasivos y resultados.

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Esto comporta que en las cuentas de 31 de diciembre de 2023 se tuviera que hacer un ajuste negativo en las reservas de la compañía de 38 millones correspondientes a los años 2021, 2022 y 2023. La empresa ha hecho estos ajustes a su balance y cuenta de resultados a petición de la CNMV después de consensuarlo con Deloitte.

La pesadilla de Gotham

A principios de año Grifols sufrió una tormenta bursátil cuando el fondo bajista Gotham cuestionó sus cuentas, especialmente sus ingresos y deuda. Fruto de la acusación (que ha derivado en una respuesta de la compañía catalana en forma de juicio que tendrá lugar en Estados Unidos) la CNMV se comprometió a repasar la información que Grifols había ido explicando en unos años en los que tuvo dos problemas. Por un lado, su deuda se encaramó hasta los 10.000 millones fruto de una agresiva política de adquisiciones. Y, en segundo lugar, la relación contable entre Grifols y Scranton (vehículo inversor de parte de los Grifols y altos ejecutivos de la compañía) generaba dudas.

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En los últimos meses, Grifols ha sustituido a gran parte de su cúpula y se ha comprometido a ser más transparente con los mercados, una política que no siempre ha seguido una empresa típicamente familiar.