Farmacéuticas

¿Por qué sufre Grifols pese a su récord de ingresos?

La compañía catalana sigue sin despegar en bolsa a pesar de tener encarrilado el pago de la deuda del 2025

3 min
Grifols cae un 12,2% en bolsa tras la rebaja de Moody's

BarcelonaEl último capítulo del vía crucis bursátil de Grifols, empresa familiar catalana y líder en el mundo en medicamentos derivados del plasma sanguíneo, es de hace un mes. La compañía cayó un 12,2% en bolsa, después de que la agencia de calificación Moody's decidiera rebajar el rating de la farmacéutica por sus niveles de apalancamiento, pero también por tener una estructura organizativa "compleja y opaca". Aquella caída del valor de sus títulos, que los situó por debajo de los 8 euros durante unos días para después remontar, también se producía después de que la familia, a través de Scranton, chocase con el no de tres de los grandes bancos españoles –CaixaBank, Sabadell y BBVA– a su petición de refinanciar una deuda con inminente vencimiento a través de un préstamo de 400 millones de euros.

Esta piedra en el camino quedó resuelta con un acuerdo de financiación con el fondo canadiense Oaktree, que le permitía no tener que aumentar las garantías a los bancos, pero a unos intereses más altos. El fondo pertenece a Brookfield Capital Partners, la compañía con la que la familia Grífols pretende sacar a la empresa de la bolsa.

Más allá de la deuda

"La deuda ya no es un problema. ¿Pero por qué Grifols no ha vuelto a los 16 euros de diciembre? Porque en el primer trimestre de este año no generó la caja que todo el mundo esperaba. Muchos inversores institucionales se fueron y dijeron que volverían al 2025, cuando volvieran a generar caja", explica al ARA Xavier Brun, profesor del máster en mercados financieros de la Barcelona School of Management (UPF). La cuestión, más allá de la deuda, era la información que compartía la compañía con el mercado.

De hecho, Brun asegura que la deuda que la compañía debía devolver en el 2025 era la más problemática, y ya ha ido dando pasos para resolverla. Recientemente, cerró dos emisiones privadas de bonos garantizados, de 1.300 millones de euros en total, así como la operación de venta de su filial china. Este experto considera que es una cuestión de tiempo que las acciones de la compañía vuelvan a subir: "Grifols está mucho mejor que en diciembre porque tiene resuelto en el 2025, al menos sus acciones deberían valer 16 euros".

En este sentido, la situación financiera de la empresa catalana de hemoderivados no levanta verdaderos recelos entre sus acreedores. Fuentes financieras consultadas por el ARA aseguran que no tienen la impresión de que la compañía atraviese problemas graves y no contemplan un escenario al que no les puedan devolver los préstamos. "Grifols tiene un plan, es posible que sea bueno, pero no nos lo han explicado", explican estas fuentes, que sitúan ese comportamiento como excepcional en una cotizada, ya que ha sido poco acostumbrada a dar información a bancos y analistas todo y tener esa condición.

Seis meses de altibajos

Los dardos que ha recibido la compañía desde que el fondo bajista neoyorquino Gotham City Research inició la ofensiva han versado sobre dos elementos: la deuda y la falta de transparencia contable. La cuestión Gotham llegó en los tribunales de Nueva York, y también motivó un informe del regulador bursátil español, que descartaba la reformulación de las cuentas, pero señalaba "deficiencias" en la información financiera de la compañía. Aquellas graves acusaciones, que incluso mantenían que la compañía valía cero, en una afirmación de que los mercados se han encargado de desmentir, apuntaban a la gran piedra en el zapato de la farmacéutica –una deuda absoluta que supera los 10.000 millones de euros– , la consolidación dentro de sus cuentas de las empresas Haema y BPC Plasma y el elevado apalancamiento de la deuda de Scranton –la sociedad de la familia Grifols que controla un 8,3% de la propiedad de la farmacéutica–. También ponían de relieve que Grifols tiene una política de transparencia mejorable.

Esta falta de información fue la que a finales de febrero desató en un bajón del 35% de la cotización porque la compañía no logró resolver, en un encuentro con analistas e inversores, sus dudas sobre el ebitda y el flujo de caja libre. Por paradójico que parezca, esta caída se producía horas después de que la compañía presentara los resultados de 2023 con unos ingresos récord de 6.592 millones de euros, un 11% más que en el 2022.

"Será un caso de estudio en las escuelas de comunicación", explica al ARA un analista financiero, que sigue de cerca la evolución de Grifols. También se pregunta qué coste puede tener para una empresa una mala política comunicativa. "Pues 5.000 millones de euros en bolsa. Es lo que ha descendido desde diciembre hasta ahora", añade, en una conversación telefónica con este diario.

stats