Farmacéuticas

Grifols salva el 'match ball' de la CNMV, pero cae un 6% en bolsa

La farmacéutica abre ahora una nueva etapa con las expectativas sobre los resultados del próximo año

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Detalle de las oficinas de Grifols.

BarcelonaLas acciones de Grifols crecían un 8% a primera hora de este viernes, pero a primera hora de la tarde ya caían un 6,6% y cerraron la sesión con un descenso del 6,03% y el valor de los títulos cerró la semana por debajo de los 8 euros, a 7,941. Es la respuesta de los mercados al esperado informe sobre su situación financiera que finalmente ayer publicó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que descarta que la farmacéutica deba reformular sus cuentas. ¿Por qué lo que es una buena noticia para la multinacional catalana ha provocado el enésimo episodio de volatilidad en su cotización?

Para entender la crisis bursátil de Grifols hay que hablar de su pasado más reciente, que tiene un claro protagonista: Gotham City Research, el fondo bajista que a mediados de enero acusó a la farmacéutica de manipular los resultados y la deuda. Pero también es necesario tomar perspectiva: con la pandemia, que provocó un impacto negativo en los resultados de la compañía, Grifols inició una etapa de inestabilidad. Desde entonces, ha llevado a cabo un plan de reestructuración de costes, ha hecho bastantes cambios en la dirección –con la salida de la familia de los puestos de mando– y ha seguido maniobrando para aplacar las dudas sobre su gran piedra en el zapato: una deuda que asciende ya a 9.400 millones de euros.

Cuentas poco claras

Y aquí es cuando ambas cosas están relacionadas. Gotham hace más visible y mayor un problema que muchos inversores tenían en el punto de mira: sus operaciones vinculadas con Scranton –la sociedad de parte de la familia Grifols que controla un 8,3% de la propiedad de la farmacéutica–, la infructuosa batalla contra la deuda y los relevos en la cúpula. Hace cuatro años, justo antes del estallido de la pandemia, la acción de Grifols valía más de 34 euros, su récord histórico, y ahora está por debajo de los 8 euros.

"El inversor institucional extranjero hacía tiempo que veía falta de información e incremento de la deuda. Ante las dudas, deciden salir. Gotham realmente no aportó nada nuevo, pero hizo que los inversores entraran en choque. La confianza, que era débil pero volvía a crecer, desapareció de repente", explica al ARA Xavier Brun, profesor del máster en mercados financieros de Barcelona School of Management de la UPF.

Las dudas sobre la situación financiera de la compañía, tanto de los inversores como de Gotham, apuntan en los años 2020, 2021 y 2022, y así lo avala el informe publicado ayer por la CNMV. Pero ese regulador, más allá de señalarlos, no ha detectado errores significativos. Por eso, sólo reclama que amplíe información sobre el rendimiento y la deuda, así como que detalle beneficio bruto (ebitda) y deuda de las sociedades Biotest y Haema, que consolida en sus cuentas pero no tiene un control de su capital. Gotham había centrado sus ataques en estas dos sociedades.

El castigo definitivo

Pese al terremoto bursátil que vivió Grifols con el primer informe de Gotham –luego publicó otros que han provocado pequeños altibajos en la farmacéutica–, el gran bajón llegó en la última semana de febrero. Aunque cerrar el 2023 con unos ingresos récord y reducir el beneficio un 70% por los costes de reestructuración, la cotización de la compañía cayó un 35%.

La explicación de este bajón no estaba en los resultados, sino en las palabras del director financiero de la compañía, Alfredo Arroyo, durante la conferencia de analistas de ese día a la hora de responder a las dudas de los analistas sobre el resultado bruto de explotación (ebitda), de 1.474 millones de euros, y flujo de caja libre negativo –el indicador que muestra la liquidez–, de 189 millones, de 2023. La previsión de ebitda para 2024 era de más de otros 1.800 millones (326 millones), y el flujo de caja antes de extraordinarios, de 485 millones. Pero había un problema: ese incremento no quedaba reflejado en el flujo de caja libre, previsto en cinco millones. ¿Adónde iban los 480 millones de diferencia? Grifols salió al día siguiente a explicar que el flujo de caja libre se vería temporalmente afectado principalmente a causa de inversiones extraordinarias y daba alas al optimismo: preveía generar un flujo de caja libre (antes de dividendos) en el rango de 2.000 a 2.500 millones de euros entre 2025 y 2027.

La psicología del inversor

Es con todos estos movimientos sobre la mesa, recientes y lejanos, que Grifols llega ahora a un momento clave: ha superado al match ball del regulador bursátil español, lo que puede suponer la entrada en aguas más calmadas. Pero el pasado más cercano, y también el más lejano, pesa lo suficiente sobre la compañía para que los inversores eventualmente decidan salir adelante.

"Es posible que los últimos inversores institucionales que quedaban aprovechen para vender sus acciones y esperen hasta el próximo año, cuando la empresa pueda empezar a generar caja. Puede que durante este año la cotización de Grifols no haga mucho", concluye el profesor del máster en mercados financieros de Barcelona School of Management de la UPF Xavier Brun.

Durante estas semanas, otro fantasma ha planeado sobre la empresa: la necesidad de llevar a cabo una ampliación de capital, que diluiría el peso de los actuales accionistas. "El mercado esperaba sacar de la ecuación una posible ampliación de capital y con el informe de la CNMV una de las posibles noticias negativas quedaba descartada", añade Brun.

De hecho, fuentes del sector consultadas por este diario apuntan a que esta opción, para afrontar el elevado nivel de endeudamiento, tenía sentido en el 2021, cuando la compañía valía más del doble que ahora, porque les habría supuesto ceder menos parte de capital. Por el momento, el único gran movimiento de la farmacéutica para enjugar deuda fue la venta del 20% de Shanghai RAAS por unos 1.630 millones de euros al grupo chino Haier, manteniendo un 6%.

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