Farmacéuticas

Grifols cae en bolsa a mínimos de una década pese a cerrar el 2023 con ingresos récord

La farmacéutica gana un 70% menos por los costes de reestructuración

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Oficinas de Grifols en Sant Cugat del Vallès.

BarcelonaBajada histórica en la bolsa de Grifols. La farmacéutica catalana se desplomó un 35% este jueves, día en que presentó los resultados de 2023, que cerró con un récord de ingresos y una caída de los beneficios por los costes de reestructuración. Pese a arrancar la sesión en claro declive, la sangría no se produjo hasta media tarde, poco después de la conferencia de analistas de bolsa. La cotización de la acción bajó a 7,584 euros, cifra que no se veía desde 2012.

La multinacional catalana de hemoderivados alcanzó el pasado año su récord histórico de ingresos, con un total de 6.592 millones de euros, un 11% más que en 2022. Sin embargo, este impulso no se trasladó a los beneficios, que han sufrido una bajada del 70% por los costes de reestructuración vinculados a su plan de transformación. Así, ha cerrado el año con unas ganancias de 59 millones de euros, que excluyendo estos gastos extraordinarios llegarían a los 206 millones, una cifra similar a los del año 2022.

Estos resultados, según ha explicado la compañía en la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no han sido auditados, pero la consultora KPMG ha confirmado por escrito que emitirá su opinión de auditoría antes del 8 de marzo. Grifols también ha informado de que el conseller Jaime Costos no ha firmado las cuentas porque se ausentó de la reunión del consejo de administración celebrada ayer en Barcelona. "Sin embargo, no ha manifestado disconformidad ni oposición con la documentación", recogía la compañía en su informe anual.

Tras estos resultados –la empresa ya venía de marcar un máximo histórico de ingresos en el 2022– hay un crecimiento en todas las unidades de negocio, pero sobre todo en la de Biopharma, que facturó 5.558 millones, un 13, 3% más. El resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado se situó en 1.474 millones de euros, que no contempla los 223 millones de euros de gastos extraordinarios. La previsión para 2024 es de 1.800 millones de euros.

Un dividendo de 266 M€ en Scranton

En el mismo informe financiero, la farmacéutica catalana explica que su filial BPC Plasma abonó un dividendo de 266,4 millones de euros el pasado año a Scranton Plasma, vinculada a la familia fundadora de Grifols. La compañía recoge en este informe que el dividendo se distribuyó "sin salida de caja compensando otros activos financieros no corrientes" y que el dividendo corresponde al resultado de los cuatro ejercicios anteriores. Pero también admite que esta distribución ha tenido un impacto "contra las reservas de las participaciones no dominantes del grupo".

La reciente ofensiva de Gotham City Research contra Grifols estalló precisamente por su relación con Scranton Entreprises; en concreto, el fondo neoyorquino acusaba a la farmacéutica de manipular los resultados y la deuda a través de éste family office, que controla un 8,3% de las acciones de Grifols. Gotham señalaba que la compañía catalana habría retocado las cuentas incorporando dentro de sus propias cuentas los resultados de la alemana Haema y la estadounidense BPC Plasma "pese a controlar un 0% de las acciones" de ambas empresas. En el informe de hoy, Grifols explica que en 2018 adquirió el 100% de las participaciones de ambas sociedades y que a los pocos meses fueron vendidas a Scranton por el mismo importe. También recuerda que mantiene la opción de recomprar el 100% y que esta opción da poder a Grifols, aunque no se haya ejercitado, por lo que "Haema Plasma se incluye en los estados financieros consolidados de Grifols a partir de 2022".

Familia, deuda y reestructuración

La farmacéutica comenzó en el 2023 con el anuncio, realizado a mediados de febrero, de 2.300 despidos en el marco de un plan de reestructuración para ahorrar 400 millones de euros en costes respecto al año anterior. Solo seis días después llegaba un cambio de envergadura en la cúpula: el hasta entonces vicepresidente, Thomas Glanzmann, asumía la dirección de la compañía. Era el segundo relevo en menos de cinco meses al frente de la farmacéutica. En mayo, Glanzmann llegaba a la cúspide de la dirección al relevar a los dos consejeros delegados de la familia, Raimon Grífols Roura y Víctor Grífols Deu.

Era la antesala de un paso histórico que llegaría este año: ambos Grifols abandonaron este febrero sus cargos directivos. Por primera vez en 115 años de historia, Grifols dejó de ser dirigida por apellidos familiares. Este mismo jueves, en la conferencia para inversores, Glanzmann ha anunciado que a partir de 2025 se convertirá en presidente no ejecutivo de la empresa. En un mes, Nacho Abia aterrizará como nuevo consejero delegado de la farmacéutica.

Estos movimientos tienen de fondo la mayor batalla de la compañía en los últimos años: hacer frente a su elevada deuda, que se eleva por encima de los 9.400 millones de euros. La multinacional se encuentra en plena estrategia de desinversiones, como dejó claro Glanzmann en junio ante los accionistas: "Le estamos abordando para asegurar nuestro futuro crecimiento sostenible". Fue el último gran anuncio de 2023: Grifols se vendió el 20% de Shanghai RAAS por unos 1.630 millones de euros al grupo chino Haier, manteniendo un 6%. "Los ingresos procedentes de la venta de 20% de Shanghai RAAS en el Grupo Haier se destinarán íntegramente a amortizar deuda", explicaba la compañía este jueves en un comunicado.

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