El grupo CREA se disuelve después de que la UB lleve a la fiscalía el caso de acoso de su fundador
Los miembros del grupo aseguran que se sienten "perseguidos" y que son víctimas de una "campaña de desprestigio"
BarcelonaEl grupo de investigación CREA, cuestionado desde hace años por un presunto caso de acoso sexual y de poder de su fundador, el catedrático emérito Ramón Flecha, ha decidido poner punto y final a sus siglas. El grupo de investigadores anunció ayer su disolución a través de un comunicado hecho público en las redes sociales al día siguiente de que la Universidad de Barcelona (UB) llevara de nuevo a la Fiscalía los presuntos acosos de Flecha y otras personas vinculadas a la red de investigadores.
A pesar de este anuncio, el grupo no admite en su texto ninguna acusación. De hecho, explicitan que se sienten víctimas de una "persecución". Los investigadores argumentan que el grupo se disuelve porque "ha sido objeto de un acoso sistemático y continuado" y que las personas que se han mantenido vinculadas han sufrido una "discriminación persistente" en concursos públicos y nombramientos académicos como "castigo" por su labor.
También añaden que la "campaña actual" de desprestigio ha intensificado "exponencialmente" las "presiones, el acoso y las discriminaciones", lo que ha provocado, dicen, consecuencias "graves" para la salud "física y emocional" de los miembros del CREA. "Este hostigamiento continuado ha convertido en insostenible la continuidad de la red", concluyen los investigadores en su mensaje. En la carta también se autodefinen como un grupo de personas "comprometidas con la ciencia de impacto social" en el que cada integrante desarrolla su trabajo "con plena libertad académica y autonomía".
Estas explicaciones llegan sólo unas horas después de que la UB haya anunciado que lleva el caso a la Fiscalía. Ya es la tercera vez (las otras dos veces quedó archivado) pero esta vez confían en que prosperará. Hasta once testigos distintos relatan –en un extenso informe de 200 páginas encargado por la propia universidad– conductas que apuntan a que los denunciados del CREA habrían actuado como un "grupo coercitivo de alto control". Se describen además relaciones sexuales "en un contexto de clara desigualdad jerárquica" con "alumnos, becarias, doctorandas o subordinadas". En los últimos meses, además, se han incorporado otras cinco denuncias, lo que eleva a dieciséis el número total de casos.
El informe describe hechos que "podrían ser constitutivos de conductas de delitos de coerción sexual y psicológica, maltrato, explotación personal y profesional, así como conductas vejatorias e intimidatorias", dice la UB. En este sentido, aunque no ha hablado de secta, sí se apunta a la posible existencia de un "grupo coercitivo de alto control", caracterizado por un fuerte liderazgo, una estructura jerárquica y un funcionamiento sistematizado que habría usado las instituciones en beneficio del líder o del propio grupo.
Fuentes conocedoras del caso apuntan al ARA que el argumentario que ha preparado la universidad "es muy sólido" y que en total –entre el informe de la comisión, los de los psicólogos y el penalista– el pliego entregado a la Fiscalía "ocupa prácticamente 1.000 páginas". En los documentos, además, se ha intentado "acotar" muy bien la terminología para que encaje exactamente con la definición y prácticas del grupo, aseguran las mismas fuentes. También se aportan otros casos que podrían constituir jurisprudencia.
Apartados de empleo y sueldo
Aparte de la disolución del grupo CREA como tal, el lunes la UB también anunció que apartaba de empleo y sueldo (durante seis meses prorrogables) los dos PDI (personal docente investigador) vinculados al grupo. También retiró su condición de catedrático honorario a una tercera persona.
Por el contrario, no es la primera vez que el grupo, que desde 2015 ya no forma parte de los grupos de investigación de la UB, cambia de nombre o de responsables, pero ha continuado trabajando.
Los antecedentes del caso se remontan a denuncias presentadas en los años 2004 y 2016, que fueron archivadas. Por una parte, en 2004 se hizo una denuncia vinculada a conflictos de funcionamiento interno del grupo CREA, de gestión económica y becas, entre otros. "La UB activó mecanismos internos vigentes entonces e hizo un informe que se elevó a la fiscalía y que acabó archivando", apuntó el centro universitario. Posteriormente, en 2016, otra persona denunció internamente un presunto caso de abusos psicológicos y comportamiento sectario. La UB llevó la denuncia a la fiscalía, que concluyó que no existían hechos constitutivos de delitos ni pruebas objetivas de infracción penal.
Antecedentes judiciales
Por su parte, Ramon Flecha y quien le sucedió como directora del CREA, la también catedrática de sociología de la UBMarta Soler –a quien la Generalitat ha retirado cautelarmente un reconocimiento a su trayectoria–, demandaron el diario ARA en 2020 por el artículo"Denuncian un grupo de investigación de la UB acusándole de actuar como una secta", publicado por este diario cinco años antes. A raíz de una rueda de prensa del propio CREA, el artículo explicaba que varios miembros de la comunidad universitaria habían denunciado al grupo de investigación y que estas denuncias se añadían a otras del 2004, que habían llevado a la universidad a abrir una investigación interna y llevarla a la Fiscalía. También daba la versión de los miembros del CREA que hablaron en la rueda de prensa.
Sin embargo, y aunque también se publicóla noticia del archivo de las denuncias, Flecha y Soler alegaban que el ARA había construido un "relato completamente falso" y que el artículo era una "grave e intensa vulneración del derecho al honor". En 2022 Flecha y Soler demandaron alAhora Balearesy les reclamaron 30.000 euros por "daños morales".
Las siglas CREA salen del nombre Community of Research on Excellence for All, pero hace veinte años las mismas siglas, entonces un acrónimo, hacían referencia al nombre Centro Especial de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades. Se presentaba entonces como un centro de investigación y ahora como una comunidad de investigación, pero la UB asegura que el CREA no está adscrito a la universidad desde el 2015. Este diario ha intentado ponerse en contacto con los representantes del grupo, pero no ha tenido éxito.