BarcelonaLas tormentas se han ensañado los últimos días con el territorio catalán. Especialmente, el día 31 de agosto en Bisbal d'Empordà, donde una granizada nunca vista se llevó la vida de una bebé, pero también destrozó tejados, mobiliario y muchos coches. Pasado el impacto de este fenómeno meteorológico inédito, toca consultar si tenemos alguna cobertura para hacer frente a los gastos causados por los daños.
En el caso de los coches, hay que revisar la póliza de seguro. Si es a todo riesgo, seguramente quedan cubiertos todos los daños, sean en los vidrios o en la carrocería. Otra situación es si la póliza es a terceros. En este caso, los daños en la chapa no quedan cubiertos. Otra cosa es si, como es bastante habitual, el conductor tiene cubierta la rotura de los vidrios. Entonces, el seguro cubrirá los daños del parabrisas y otros vidrios del coche, pero no los daños que se hayan podido producir en otras partes del vehículo.
En cuanto a los inmuebles, muchos seguros del hogar, de las comunidades de vecinos y de las empresas cubren los daños causados por aguas externas. Hace falta, sin embargo, revisar la póliza para ver si realmente hay una cobertura ante tormentas como las del otro día.
En cualquier caso, siempre se tiene que releer la póliza para saber qué coberturas tiene cada cliente. Pero hay otro factor que tener en cuenta. El Consorcio de Compensación de Seguros es un organismo que depende del Gobierno español y que se hace cargo de algunos de los daños que no entran en las pólizas habituales de seguro. Son aquellos que se consideran como fenómenos extraordinarios, como los actos de terrorismo, daños causados por el ejército o la policía en tiempo de paz, daños causados por movimientos violentos como la rebelión, sedición, motines o acciones tumultuarias populares, terremotos, maremotos, inundaciones extraordinarias, erupciones volcánicas o la caída de meteoritos o cuerpos celestes, entre otros.
De manera expresa, sin embargo, el Consorcio excluye de sus coberturas la granizada porque no la considera un fenómeno extraordinario.
Aun así, hay que consultar si con la granizada de esta semana existe la posibilidad de reclamar a este organismo. Al menos así lo dice el Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Esta organización aconseja revisar las coberturas del seguro propio y recuerda “el derecho a reclamar cualquier tipo de compensación, tanto a la aseguradora como al Consorcio de Compensación de Seguros”. Pero lo cierto, es que para que este organismo se haga cargo habría que tener una póliza de seguros y que el fenómeno fuera declarado como extraordinario por las autoridades.
La OCU también aconseja a los afectados recoger el máximo de pruebas para demostrar el origen y las consecuencias de los daños. Pruebas como los informes de las agencias y observatorios meteorológicos sobre la tormenta, recortes de diarios o vídeos de televisión con las informaciones sobre el alcance de la granizada, fotografías, o los informes de organismos como los bomberos, servicios de emergencia, policía, protección civil y, si hace falta, recoger testimonio de lo que pasó.
Despliegue para reparar
Un indicio claro de la magnitud de la granizada de la semana pasada es el despliegue que han hecho algunas empresas, como las que se dedican a reparar vidrios de coches. La empresa Ralarsa desplazó a Bisbal una decena de operarios que en solo dos días sustituyeron el parabrisas de 650 vehículos en el pabellón de la feria del municipio.
Otra firma conocida, Carglass, también ha desplazado técnicos a Bisbal, ha doblado turnos y ha habilitado una nave de 300 metros cuadrados junto a su centro en la población ampurdanesa. Además, la compañía ha habilitado una carpa en un aparcamiento para que las grúas puedan llevar los coches dañados, a la vez que ha modificado la logística en el Estado para poder disponer en todo momento de los vidrios que hacen falta para atender las reparaciones.
Las compañías pagan por 300 siniestros medioambientales
Las empresas, a pesar de los sistemas de seguridad, corren el riesgo de dañar el medio ambiente, ya sea por un accidente o debido a una negligencia. Un peligro que, como casi todos en este mundo, se puede asegurar. De hecho, la patronal española de seguros, Unespa, ha hecho el balance de esta modalidad de pólizas en el Estado.
Durante la última década, las aseguradoras han tenido que pagar indemnizaciones por 300 siniestros con daños medioambientales. Son datos del Pool Español de Riesgos Medioambientales (PERM), una agrupación de interés económico constituida en 1994, de la cual forman parte 25 entidades. El PERM elabora los productos para asegurar estos riesgos, centraliza la gestión y administración, y se encarga también de contratar el reaseguramiento.
La mitad de los siniestros acaban con un coste inferior a los 1.000 euros, a pesar de que la media son unos 30.000 euros. Aun así, no se puede menospreciar el riesgo. En los últimos 10 años se han producido casos con indemnizaciones muy superiores. El récord fue en 2016, en el incendio de una nave de clasificación y almacenamiento de residuos. La indemnización que se tuvo que pagar por los daños medioambientales subió hasta poco más de 2 millones de euros.