Energía

El Estado rechaza una primera propuesta de Endesa e Iberdrola para alargar las nucleares

El ministerio para la Transición Ecológica considera que el planteamiento "no cumple las líneas rojas" del ejecutivo

MadridEndesa e Iberdrola han movido ficha para alargar la vida útil de las centrales nucleares, entre ellas la central de Almaraz I, en Cáceres, que es la primera que debería apagarse, en noviembre del 2027. De momento, sin embargo, el intento ha descarrilado. Ambas compañías han presentado una propuesta al ministerio para la Transición Ecológica que éste rechaza –según explican fuentes de esta cartera al ARA– porque "no cumple las líneas rojas" que el ejecutivo de Pedro Sánchez ha puesto sobre la mesa para valorar el alargamiento de la vida útil de esta tecnología. En concreto, las tres líneas rojas del gobierno español son: que se garantice la seguridad para las personas y la seguridad de suministro, y que la decisión no suponga un mayor coste para los ciudadanos.

"La misiva es una declaración de intenciones que no cumple con las tres líneas rojas establecidas por el gobierno español para tramitar una petición formal [para modificar el calendario de cierre de las centrales nucleares]", indican las mismas fuentes.

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El ministerio que pilota Sara Aagesen confirma que ha recibido la carta en la que Endesa e Iberdrola plantean la prolongación de la vida útil de algunas centrales nucleares y matiza que la misiva no ha sido firmada ni por Naturgy ni por EDP, las otras dos compañías energéticas que han firmado el protocolo de cierre1 de acuerdo. "En algunas centrales nucleares, entre ellas Almaraz, existe una comunidad de bienes que obliga a la unanimidad de todos los participantes con independencia de su porcentaje de participación [en la central]", recuerdan desde el ministerio. En el caso de Almaraz, Iberdrola es el accionista mayoritario con un 52,7% del capital, mientras que Endesa tiene una participación de un 36% y Naturgy de un 11,3%.

Según explica Cinco Días, las compañías eléctricas han presentado una propuesta de revisión del calendario nuclear que supone dejar la fecha de cierre de las centrales en 2035, pero modificar los plazos que se prevén a medio camino. De este modo, se pide ampliar la vida de la central extremeña de Almaraz, la primera que planea cerrar, hasta el 2030, lo que, a ojos de las compañías, implicaría una reducción de la denominada tasa Enresa, de un 18%, ya que se divide la recaudación entre más años. La tasa Enresa son los pagos para financiar el coste de gestionar en un futuro los residuos radiactivos y desmantelar la infraestructura, siendo uno de los caballos de batalla de cara al cierre de las centrales.

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Puerta abierta del gobierno español

En las últimas semanas, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, han abierto la puerta a estudiar una ampliación de la vida útil de las nucleares, aunque siempre lo han vinculado a unas condiciones estrictas a principios del mes de mayo, coincidiendo con la comparecencia. del 28 de abril, el jefe del ejecutivo español afirmó que la prórroga de la actividad de las centrales nucleares más allá del 2035 podía estudiarse siempre que el coste no recayera en los consumidores, sino en los "ultraricos que presidan las energéticas", subrayó.

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