Macroeconomía

Inflación alta y crecimiento a la mitad: el muro económico de 2023

El Banco de España sitúa el encarecimiento de precios en un 8,4% este año, y en un 5,4% en 2023, muy por encima de lo previsto

MADRIDEl 2023 no será el año del "empujón" económico. Como ya anticipó hace unos días el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, el organismo ha actualizado a la baja la previsión de crecimiento de la economía española para el año que viene, mientras que sitúa al alza el índice de precios al consumo (IPC). En el primer caso, el ente supervisor cree que la economía solo crecerá un 1,4%, es decir, la mitad de lo que había previsto en junio (2,8%), según ha publicado este miércoles. En cuanto a los precios, el Banco de España apunta que se mantendrán altos. Así, si en junio apuntaba a una inflación media de un 2,6%, ahora la eleva hasta el 5,6%, es decir, 3 puntos porcentuales más de lo previsto. Este indicador, según la previsión, no empezará a desacelerarse hasta la primavera del año que viene. Unas previsiones mucho más pesimistas que las del gobierno español, que sitúa el rebote del PIB el año que viene en un 2,1%, si bien también lo ha revisado a la baja dos veces.

Este escenario, sin embargo, no quiere decir que la economía española llegue al 2023 desgastada. De hecho, el ente supervisor reconoce que la evolución económica en lo que llevamos de año ha sido mejor de la esperada, sobre todo en el segundo trimestre, cuando después de la variante ómicron del covid-19 la actividad se retomó del todo. Como ejemplo, el Banco de España sitúa el rebote del PIB este 2022 en el 4,5% (0,4 décimas más de lo previsto) y mejor que la previsión del gobierno español (4,4%).

Cargando
No hay anuncios

Ahora bien, esta es solo una cara de la moneda. La otra cara, la más negativa, es la de la inflación, que el Banco de España sitúa en un 8,7% este 2022 (1,7 puntos porcentuales más que las últimas previsiones, cuando se situó en un 7,2%). Lo que no se esperaba el organismo respecto a las últimas previsiones del mes de junio es que la inflación se mantuviera tan alta, en particular la subyacente; tampoco que la tensión en el mercado internacional del gas se agravara tanto fruto de los últimos cortes de suministro por parte de Rusia o llegara tan pronto la decisión de aumentar hasta 0,75 puntos los tipos de interés. Además, a escala global hay una "desaceleración de la economía" más pronunciada de lo previsto, asume el organismo, cosa que tiene consecuencias directas sobre la economía española.

Con todo, el Banco de España reconoce que sin las medidas desplegadas por el gobierno español la inflación habría sido mucho más alta. Sin medidas como la bonificación sobre los precios de los carburantes, el límite de los alquileres o el mecanismo para topar el precio del gas, la inflación de agosto habría subido hasta el 13%, es decir, 3 puntos porcentuales más que la real (10,5%).

Cargando
No hay anuncios

Uno de los principales problemas sigue siendo que desde el estallido de la pandemia en 2020 la recuperación de la economía está siendo "incompleta": no solo porque no se ha llegado a los niveles prepandemia, sino también porque es desigual. Es decir, si bien la actividad turística muestra signos de confianza, gracias sobre todo a la apertura total de la actividad, la realidad no es la misma en el caso del comercio, la construcción o la industria, asegura el Banco de España. En estos tres sectores, el organismo apunta a un descenso de la facturación empresarial, hecho que explicaría el pesimismo de cara a 2023.

Además, si bien hubo un impulso económico en el segundo trimestre, la preocupación se centra en lo que queda de año: en el tercer y cuarto trimestres. El Banco de España apunta a una "pérdida del vigor" del mercado laboral, un deterioro de los indicadores de la confianza, así como de los indicadores del consumo de los hogares. El BdE estima que la economía este tercer trimestre (julio, agosto y septiembre) solo crecerá un 0,1% (el segundo trimestre creció un 1,5%). De hecho, el ente apunta que no se recuperarán los niveles prepandemia hasta el 2024, pero sostiene que choque económico actual es "coyuntural" y no estructural.