La crisis de la vivienda

Atrapados en una obra nueva en el Carmel: "Llevamos dos meses sin luz"

Varios vecinos denuncian presiones para firmar y la entrega de pisos sin suministros ni obras terminadas

BarcelonaAina y Armand se levantan cada mañana y se hacen el café con un hornillo de camping gas. Antes han pasado rápidamente por el lavabo y se han podido reflejar con la luz tenue de una farola portátil. Horas después, cuando vuelven a trabajar, la escena se repite: linterna arriba, frontal abajo. Y por la noche, por lo general, cenan en casa de familiares porque en su piso del Carmel, recién estrenado y de obra nueva, no tiene luz fuera del horario de obra. Un ruidoso generador alimenta artificialmente el edificio de nueve de la mañana a cinco de la tarde. "Después, nada", dice Aina. Todo esto hasta que llega el fin de semana, que está completamente a oscuras.

Su caso no es una excepción en la finca. De las 16 viviendas de esta promoción de obra nueva, ninguna tiene todavía los suministros básicos para vivir en condiciones. Hay agua todo el día, pero también es de obra. Varias parejas han explicado a este diario una experiencia similar: han recibido las llaves de un piso que no está terminado. Y todos han pasado por el mismo calvario: retrasos de meses en la construcción, problemas para contactar con la inmobiliaria una vez firmadas las arras y varias citas ante notario para firmar una compraventa que no podía prosperar.

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La promotora en cuestión es Bernat Bransi –creada ad hoc para esta construcción–, pero detrás está I-Now, que se autodefine como una gestora de promociones de obra nueva en Barcelona y el área metropolitana. Sin embargo, el dominio y el portal web de I-Now son explotados por una sociedad llamada Gerber Studio y el administrador único de esta sociedad, tal y como aparece en el registro mercantil, es Ramon Triquell Monfort, la persona que aparece el día de la firma definitiva. Actualmente, es administrador único de una veintena de empresas, tiene cargos en otras 20 y figura como ex directivo o administrador de casi 50 empresas, la mayoría extinguidas.

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Burofaxes, citas y prisas

Aina y Armand pagaron el 20% del piso en septiembre del 2024. El contrato establecía que la promotora tenía margen hasta junio del 2025 para obtener el certificado de final de obra y hasta septiembre para entregar las llaves. Pero a los pocos meses empezaron las citas para firmar la escritura, aunque la obra no estaba terminada y no había ni cédula de habitabilidad ni suministros definitivos. "Nos decían que entrar a vivir o no era una decisión personal", relata.

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La misma sensación de estar atrapados la comparten otros vecinos. Marc y su pareja, Chiara, hicieron una prerreserva en verano de 2024 después de visitar la promoción, entonces con la estructura muy avanzada. Les aseguraron que en diciembre los pisos estarían listos. Sin embargo, a partir de septiembre empezaron los aplazamientos. En enero, la promotora les hizo firmar un contrato privado de compraventa de adhesión: "O aceptabas las cláusulas o perdías el dinero", explica Marc. El documento imponía plazos estrictos a los compradores, pero no preveía penalizaciones claras para la promotora.

En todo el proceso, todos ellos han recibido varias convocatorias para firmar ante notario sin que se cumplieran las condiciones legales para que el banco concediera la hipoteca. Cada cita fallida iba acompañada de burofaxos advirtiendo que, si no se presentaban, podían perder las arras. Para protegerse, o hacían constar por escrito que no se podía firmar nada y no iban, o bien se presentaban y levantaban actos notariales para dejar constancia de que no podían firmar porque no había certificado de final de obra registrado ni cédula de habitabilidad.

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"Firmé llorando"

"Íbamos, levantábamos acto, alegábamos que no se podía firmar y pagábamos hasta 170 euros por la manifestación ante notario", explica al ARA Aina. "Nos convocaban a pesar de saber que no podrían vender y nosotros no podríamos firmar", dice Marc a este diario. "Firmamos la reserva y después pagamos el 20% del piso en enero. Allí empezaron los problemas. Un mes después de firmar el contrato nos dijeron que firmáramos otro más oficial, que decía que cuando tuvieran el certificado de final de obra tendríamos 10 días para firmar. Pero el banco nos avisó de que esto no era normal", relata. Por último, formalizaron la compra, pero hoy tampoco tienen luz ni agua definitivas y acumulan incidencias dentro del piso, como humedades y fisuras. Aún no han ido a vivir.

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Los vecinos explican que intentaron dejar constancia de las obras pendientes en la escritura o en un contrato notarial complementario, pero la promotora se negó. "Nos decían que sólo cumplirían lo que marca la ley, pero no querían dejar nada por escrito", afirma Marc. El día de la firma, aseguran, el representante de la promotora llegó con horas de retraso, una práctica que, según varios testigos, generaba un clima de presión para que acabaran firmando por miedo a perder el 20% del piso. "De las peores experiencias de mi vida. A él no le constaba nada de lo que le decíamos. Yo firmé llorando", dice Aina.

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Ahora, con las llaves en la mano, pero sin servicios básicos, la preocupación es qué ocurrirá si la promotora entra en quiebra antes de terminar las obras pendientes o regularizar los suministros. "Hemos firmado porque no teníamos alternativa", dice Aina. "Pero vivir en un piso nuevo sin luz no debería ser normal", añade.

¿Qué dice la compañía?

La compañía, a la que este diario ha contactado para dar respuesta, explica que la obra del edificio quedó finalizada en junio de 2025. "A partir de ese momento, la promoción dispone de la documentación preceptiva [certificado de final de obra (CFO), certificados técnicos, cédulas de habitabilidad, boletines de instalaciones de septiembre, etc.], y 2025, de acuerdo con lo previsto en los contratos de compraventa (CFO + 10 días hábiles para el otorgamiento de la escritura)", dice en un comunicado. Sin embargo, la documentación consultada por este diario indica que la vigencia de la cédula de habitabilidad de algunas de las viviendas comenzaba en septiembre del 2025, y que el problema era que el CFO estuviera registrado, que es lo que impedía a los compradores firmar.

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I-Now también explica a este diario que lo que puede quedar pendiente en algunos casos son trabajos de repaso y corrección de incidencias puntuales (por ejemplo, humedades locales o detalles de acabados), propios de cualquier edificio de obra nueva en su primer año de vida. Sobre el suministro eléctrico, la empresa dice que según la planificación comunicada por su empresa subcontratada, Elecnor, la puesta en servicio definitiva del suministro eléctrico está programada para los días 22 y 23 de diciembre de 2025. "Los retrasos acumulados responden, por tanto, a demoras administrativas internas de E‑Distribución, ajenas a la voluntad alargamiento les supone costes.

"Es cierto que la empresa constructora inicial entró en situación de insolvencia, abandonando la obra en septiembre del 2024, hecho totalmente ajeno a la voluntad de la promotora", dice el comunicado, y asegura que todas las incidencias de los vecinos se están recogiendo. Dicen que no comparten" que se hayan puesto trabas para que los clientes tuvieran información por escrito. Sobre la escritura de repasos, la promotora dijo que la fórmula más garantista para el comprador no es añadir cláusulas particulares sobre cada detalle, sino que la obra quede sometida íntegramente al proyecto técnico ya la licencia otorgada por el licenciado.