BCE

El BCE mantiene los tipos en el 4,5% pese a la caída de la inflación

El organismo bancario no cede a la presión de los países del sur de Europa ni frente a la recesión alemana

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la rueda de prensa de este jueves.

BruselasLa inflación está cayendo más deprisa de lo que se quería y la economía Alemania –la mayor de la Unión Europea– sigue atascada, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha optado este jueves por no cambiar de planes y mantener los tipos interés a niveles elevados, al 4,5%. De hecho, la propia presidenta del organismo, Christine Lagarde, ya había apuntado en distintas ocasiones que el consejo de gobierno de la entidad monetaria no prevé rebajarlos al menos hasta el inicio de este próximo verano, si bien los datos económicos y los países del sur de Europa cada vez le ponen más presión para que avance esta decisión. "Necesitamos más evidencias y datos. Tendremos unas cuantas más en abril y muchas más en junio", respondió en rueda de prensa este jueves.

En este sentido, Lagarde ha repetido que "las futuras decisiones del consejo de gobierno asegurarán que los tipos de interés se fijen a niveles suficientemente restrictivos el tiempo que sea necesario", y ha recordado que el objetivo de la institución que preside es situar la inflación en el 2%. Sin embargo, de momento la tasa del aumento de precios se mantiene ligeramente por encima. El propio BCE calcula que en el global de 2024 la inflación será del 2,3% y en 2025, del ansiado 2%. "Nos estamos acercando al objetivo, pero aún no lo hemos logrado", ha constatado la dirigente francesa.

El hecho de que la inflación esté bajando a un ritmo más rápido de lo previsto ha acentuado la tradicional división entre los países de la eurozona en política monetaria. Por un lado, los estados más endeudados y favorables históricamente a políticas económicas expansivas, como Francia, Italia o España, apuestan por iniciar la bajada del precio del dinero antes del verano. Y, por otro, los más partidarios de la austeridad y que priorizan mantener a raya el aumento de precios a pesar de la recesión, como Alemania o los nórdicos, quieren mantener los tipos a niveles elevados cuanto más tiempo mejor.

Sea como fuere, el BCE ha sacado el balón adelante un encuentro más -se vuelven a reunir el 11 de abril, el 6 de junio y el 17 de julio- y Lagarde ha vuelto a argumentar que el consejo de gobierno que preside " depende de los datos", y necesita que éstos den "más confianza". En esa línea, la dirigente francesa había argumentado en otras ocasiones que, por ejemplo, quiere esperar a tener más datos sobre el aumento de sueldos. Aunque se va conteniendo, siguen creciendo a un nivel elevado en el global de los países de la moneda única, lo que preocupa al BCE en tanto que puede provocar una espiral inflacionista. Ahora bien, la tendencia ya va a la baja: en el cuarto trimestre del pasado año los salarios incrementaron un 4,46%, y en los anteriores tres meses habían aumentado en un 4,69%.

Más allá de los salarios, los efectos del aumento del precio del dinero también se han notado en el global de la economía de la eurozona. Los países de la moneda única han sorteado la recesión técnica por la mínima y, en gran parte, ha sido gracias a los fondos de recuperación de la Unión Europea y por las diferentes medidas estatales que se han aplicado para paliar la elevada inflación , según el último informe de previsiones económicas de la Comisión Europea.

De hecho, cabe recordar que el aumento de los tipos de interés es una de las herramientas de las que dispone el BCE para aplacar el aumento de precios, aunque los créditos se encarezcan y, por tanto, se frene la actividad económica. En cualquier caso, pese a sus efectos secundarios, la entidad bancaria sigue priorizando mantener a raya la inflación y, por este motivo, este jueves ha vuelto a mantener los tipos de interés al 4,5%.

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