La Cámara confía en que la economía catalana despegue a partir del verano

BarcelonaLa Cámara de Comercio de Barcelona espera un 2024 en el que la economía catalana irá "de menos a más", en palabras de su presidente, Josep Santacreu. El ente pronostica que el primer semestre estará marcado todavía por los elevados tipos de interés, la inflación y las tensiones geopolíticas que afectarán al sector exterior, pero que a partir de la segunda mitad del año la economía volverá a despegar ante de una previsible reducción del coste del crédito.

Así, el ente empresarial ha incrementado una décima su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica) de Cataluña para 2023, del 2,3% al 2,4%. La cifra oficial la conoceremos este viernes cuando la publique el Idescat, la agencia estadística de la Generalitat. Para 2024, la Cámara mantiene su pronóstico de crecimiento de un 1,8%.

Las razones que explican esta reactivación de la economía a medida que avance el año son diversas, según las estimaciones de la institución. Uno de los elementos clave a tener en cuenta es que, previsiblemente, los bancos centrales irán recortando los tipos de interés a partir de primavera o verano –así lo dejó entrever recientemente la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde–, por lo que se producirá un abaratamiento general de los préstamos.

"Una política monetaria más relajada posibilitaría una reactivación en el segundo semestre", ha señalado el jefe del gabinete de estudios de la Cámara , Joan Ramon Rovira, en especial para "una economía tan abierta como la catalana, después de "perder pistonada" durante los primeros meses del año. Aun así, ha asegurado que "en absoluto se puede hablar de un clima recesivo".

Pese al optimismo, Rovira ha identificado dos grandes riesgos: las tensiones geopolíticas, sobre todo en Oriente Próximo, y la persistencia de la inflación que evite una bajada de tipos por parte de los bancos centrales.

Consumo y turismo sólidos

Esta caída del coste del crédito debe tener un impacto directo en las exportaciones de bienes, que deben seguir al alza después de un 2023 con un fuerte crecimiento. Sin embargo, el contexto internacional –sobre todo el debilitamiento de la zona euro y China– ha frenado la evolución del sector exterior catalán en los últimos meses y seguirá haciéndolo al menos en los primeros estadios del 2024.

La Cámara también espera que los servicios, que incluyen el turismo, "se mantengan en crecimiento" este año, pese a que este sector ya viene de "un período de recuperación espléndido" en los últimos dos años. En este ámbito, Rovira ha destacado como elemento positivo el incremento tanto del número de turistas como del gasto por turista.

En este sentido, el consumo privado, que representa el 60% del PIB catalán, será uno de los elementos que estirarán el carro del crecimiento, gracias a la caída de los intereses. Que los créditos sean más baratos favorece las compras de bienes de consumo duraderos o de servicios como las vacaciones, pero también tiene que ver la solidez del mercado de trabajo, donde se sigue creando empleo hasta niveles récord: "Cuando la gente tiene trabajo puede consumir, porque tiene confianza", ha explicado Rovira.

Además, en los últimos meses los sueldos han crecido a un ritmo mayor que los precios, lo que permite a los trabajadores ganar poder adquisitivo y también fomenta un crecimiento del consumo.

Inversión y productividad

El tercer punto a tener en cuenta para explicar el crecimiento de 2023 y lo previsto para 2024 es la inversión. Uno de los elementos más importantes para el crecimiento de los últimos años, cuando ha crecido considerablemente.

Por un lado, la inversión en construcción se ha visto reforzada por la construcción de vivienda, pero la Cámara destaca que la rehabilitación no ha crecido tanto como se esperaba, particularmente porque es un sector que tenía esperanzas en el llegada de los fondos europeos Next Generation.

Sobre estas partidas, Rovira ha dicho que es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre su impacto en la economía, porque hay períodos de tiempo largos desde que se pujan los fondos hasta que se ejecutan realmente. En este sentido, ha destacado la licitación avanzada de muchos proyectos, sobre todo inversiones en obras públicas y algunos programas, como el kit digital, pero recordó que todavía no se han plasmado en una entrada de dinero y una inversión que dé frutos.

"La inversión en construcción cayó en 2021 por un incremento de costes importantísimo", indicó Rovira. Luego "se fue recuperando, pero nunca recuperó el nivel de antes de la pandemia", añadió. En cambio, la inversión productiva –en maquinaria, investigación, patentes o elementos similares– se recuperó tras el cóvido, pero "en 2022 empezó a declinar", algo que puede afectar al crecimiento a corto plazo pero al mismo tiempo reducir de nuevo la productividad a largo plazo.

Sequía en Cataluña

Sobre la declaración de la fase de emergencia por la sequía en Cataluña, el presidente de la Cámara ha lamentado que tanto las administraciones como el conjunto de la sociedad no han sabido encarar el problema a tiempo: "No hemos aprendido las lecciones", ha dicho.

"Hay un déficit de falta de decisiones e inversiones. Llevamos un retraso de más de una década", opinó Santacreu. "Estamos en una situación de urgencia", añadió, por lo que reclamó "el máximo compromiso para hacer frente al problema" por parte de empresas, sociedad civil y administraciones.