El comercio en la zona de la dana tardó hasta ocho meses en recuperarse
El gasto de las familias volvió a los niveles habituales un mes después de las inundaciones, aunque la recuperación ha sido desigual por municipios
BarcelonaAdemás del saldo en pérdida de vidas, la dana de Valencia hace un año provocó caídas de la facturación del comercio del 83% en la zona cero de la tormenta entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre. De hecho, este sector fue de los más castigados por los efectos con descensos de las ventas que duraron seis meses y no recuperaron el ritmo del resto del país hasta ocho meses después, según un análisis realizado por CaixaBank Research con datos de las transacciones y operativas de sus clientes. A partir de junio por lo general volvieron a aumentar las ventas.
El servicio de estudios del banco ha estudiado la evolución del consumo en la zona más afectada por las inundaciones con datos agregados y anonimizados de pagos con tarjeta y terminales puntos de venta (TPV) de CaixaBank. El consumo cayó un 47% en los días inmediatamente posteriores a la dana, del 30 de septiembre al 5 de noviembre. De todas formas, "la recuperación fue rápida: un mes después, el crecimiento del gasto de los residentes ya superaba la media nacional, probablemente a consecuencia de la necesidad de tener que reponer bienes". Es, además, una tendencia que se ha mantenido en el último año, aunque la diferencia con la media española se ha acortado en los últimos meses. Los datos demuestran que una recuperación del consumo no implica directamente un alza de la facturación de los establecimientos locales.
Impacto desigual
El impacto de las inundaciones no fue homogéneo entre los municipios afectados, ni la recuperación. Casos claros son los de Alfafar y Paiporta, donde el consumo de los habitantes creció más del 20% interanual en septiembre, mientras que la facturación de los comercios superó por poco a la del año anterior. Los autores del análisis, Zoel Martín Vilató y Eduard Alcobé Garcia, entienden que la diferencia puede explicarse por el hecho de que algunos comercios no habían reanudado la actividad. Hoy el conjunto de la zona afectada por la dana tiene ya más comercios activos que antes de la inundación. De todas formas, hay municipios como Massanassa y Sedaví que todavía no han recuperado los niveles previos a la tormenta.
Los datos demuestran la existencia de desigualdad en la evolución según las características de los afectados. Entre los residentes, las personas con menores ingresos fueron las más castigadas, ya que su consumo llegó a caer un 82%, frente al 40% de las rentas más altas. Además, entre diciembre de 2024 y septiembre de 2025, el consumo de las rentas bajas aumentó un 12% interanual, por debajo del 16% registrado entre las rentas altas, ampliándose así la brecha de consumo.
Y entre las empresas, el tamaño ha sido un elemento determinado. Así, las grandes empresas, en general con mayor musculatura financiera, resistieron mejor: la facturación cayó un 85% después de la dana, pero en septiembre del año actual ya se había recuperado al nivel del ejercicio anterior. Por el contrario, las pequeñas empresas sufrieron una caída del 98% y, un año después, la facturación seguía más de un 10% por debajo del mismo período del año anterior.