La desigualdad se reduce, pero golpea a los más jóvenes
Un informe de CaixaBank Research constata que España aparece mejor en este indicador que Alemania o Francia
The Economist acaba de elegir a España como la mejor economía del mundo de 2024 de entre las más desarrolladas, la de los 37 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El Estado encabeza el ranking del prestigioso semanario financiero británico, uno de los más influyentes del mundo, según un sistema de puntuación que combina cinco indicadores: crecimiento del PIB, evolución de la bolsa, inflación subyacente, déficit público y paro. Sin embargo, no incluye ningún índice que permita ver si la buena marcha de los grandes datos macroeconómicos se está trasladando a los ciudadanos. Pero parece ser así. La desigualdad en España, medida a partir del índice de Gini, se está reduciendo en los últimos años y la clase media se está ensanchando, aunque no es más rica porque ha perdido poder adquisitivo. Sin embargo, los jóvenes están quedando arrinconados de esta bonanza porque cobran menos y tienen más difícil acceder a una vivienda.
Estas son las principales conclusiones que se desprenden del último estudio de CaixaBank Research, sobre desigualdad y clase media. Aunque tiene limitaciones, el índice de Gini es uno de los indicadores que más utilizan para medir la desigualdad. Toma valores entre 0 (igualdad perfecta) y 100 (máxima desigualdad) y facilita la comparación entre diferentes territorios y períodos. Mucho se fija en los ingresos porque, según los autores, son la principal variable que determina la prosperidad económica de las personas. Pero también se calcula a partir de la riqueza y, entonces, no sólo tiene en cuenta el resultado de la acumulación de las desigualdades de ingresos, sino también la vivienda, los activos financieros o las herencias.
La desigualdad de ingresos se está reduciendo en España y el pasado mes de octubre el índice de Gini se situó casi tres puntos por debajo de los niveles previos a la pandemia. Se explica por el dinamismo del mercado de trabajo, con un récord histórico de personas trabajando (más de 21 millones en todo el Estado, según las afiliaciones a la Seguridad Social) y la reducción de la tasa de paro (que ha pasado del 13,3% de finales de 2021 al 11,2% actual, según la última encuesta de población activa, del tercer trimestre). En resumen: "Responde al hecho de pasar de estar sin trabajo a percibir unos ingresos", subraya el director de economía española de CaixaBank Research, Oriol Aspachs, uno de los autores del estudio, junto a Josep Mestres.
¿Y se consolida en el tiempo esta buena tendencia? ¿Está mejorando el bienestar a más largo plazo? Analizando la desigualdad según la riqueza, el estudio concluye que sí, especialmente a partir de 2015, después de la Gran Recesión, y sobre todo en España. Aquí el índice de Gini medido a partir de la riqueza se ha ido reduciendo y en el primer trimestre de 2024 era de 67,2 puntos, por debajo de los niveles de Francia (71,3 puntos) y Alemania (76,9) . Una explicación de ese mejor comportamiento comparativo es que en España gran parte del ahorro se canaliza a través de la vivienda en propiedad, apunta Aspachs.
La clase baja es todavía el 30% de la población
La reducción de la desigualdad es uno de los factores que ha permitido el "fortalecimiento de la clase media" -entendida por la OCDE como la proporción de la población que tiene unos ingresos de entre el 75% y el 200% de los ingresos medios del conjunto de la población cada año–. Así, ha pasado de representar al 59,2% de la población en 2007 –antes de la crisis financiera–, al 61,1% en 2022 (último dato disponible). Este ensanchamiento ha ido acompañado de una reducción proporcional tanto de los más ricos, que han descendido 1,4 puntos porcentuales en los quince años analizados, hasta representar el 8,8% de la población, como de la clase baja, que lo va realizar sólo 0,6 puntos y que todavía es el 30% de la población. Los propios autores reconocen que estos resultados contradicen la percepción general. "Una posible explicación", razonan, "es la pérdida de poder adquisitivo ocurrido durante la crisis financiera", con una caída de ingresos superior al 15%. Hasta 2022 los ingresos reales de un hogar de clase media no recuperaron el nivel de 2007, al alcanzar los 18.930 euros, según la entidad.
Los jóvenes están quedando al margen, en cualquier caso. La proporción de jóvenes que pertenecen a la clase media se ha reducido entre 2007 y 2022 y ha aumentado el coeficiente de "personas de mayor edad" En cambio, los jóvenes ensanchan. la base de la clase baja y los mayores la reducen. Así, las personas nacidas entre 1981 y 1991 tienen un nivel de ingresos inferior al de las personas nacidas entre 1970 y 1980 cuando tenían entre 34 y 38 años, patrón que se repite en todas las generaciones, destaca Aspachs. al primer colectivo les cuesta acceder a un piso, con precios prohibitivos, los más afortunados del segundo grupo pueden gozar de una situación más cómoda, al tener vivienda y pensión. De hecho, la Encuesta financiera de las familias del Banco de España, publicada la pasada primavera, destaca el aumento de la brecha generacional, tanto en renta (ingresos) como en riqueza (vivienda y activos financieros).