Función pública

Madrid concentra el 30% de los trabajadores al servicio del Estado

Gran parte de los empleados de la administración general, pero también del ejército o los cuerpos policiales, están en la Comunidad

MadridEn una fiesta en la que hay un efecto "fiebre del oro" todo el mundo quiere participar. Es un modelo en el que la atracción genera más atracción. Quien acostumbra a tomar la iniciativa es el sector privado, a pesar de que el público también lo puede alimentar. Un ejemplo es la concentración del sector público que depende del Estado en una capital o región concreta de un país, que se convierte, automáticamente, en un imán para todos aquellos interesados en estar cerca de los poderes del Estado. Por eso la tendencia en muchos países, entre ellos España, ha sido intentar "descentralizar" este peso, ya sea a través de la distribución de este sector público o, en el caso español, a través de la transferencia de competencias a las comunidades autónomas. Con los datos en la mano, sin embargo, en España se continúa dibujando un claro centro neurálgico que aglutina la mayor parte de trabajadores e instituciones del Estado: Madrid.

La región madrileña cuenta con casi el 30% (150.066) de los efectivos al servicio del Estado (514.514), es decir, de los trabajadores de la administración general del Estado (sean funcionarios, interinos o empleados), el ejército y los cuerpos de policía y la administración de justicia. La segunda comunidad que más aglutina es Andalucía con el 16,2% (83.512); seguida de lejos por el País Valenciano, con un 6,7%. Catalunya se sitúa cuarta, con el 5% del total (26.020 trabajadores), según datos del Boletín Estadístico del ministerio de Función Pública de enero de este año. Para el catedrático de Economía de la UPF Guillemos López Casasnovas, Madrid es un "distrito federal" que "actua como foco de concentración y absorbe los beneficios del resto". A su vez, el catedrático experto en mercado laboral de la UB Jordi García recuerda que todos los países tienen una capital. "Incluso en Estados Unidos, a pesar de estar muy divididos, tienen un lugar con un peso específico", comenta.

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Ahora bien, cuando se desagregan los datos por sectores (administración general, judicial y ejército y cuerpos policiales) se observa que todas las comunidades tienen más trabajadores del ejército y los cuerpos policiales, que de la administración general del Estado (AGE). "El peso de los trabajadores públicos de las comunidades crece a medida que tienen más competencias sobre educación, salud o cultura", comenta Garcia. De hecho, en los últimos años los trabajadores del Estado se han ido reduciendo, mientras que los efectivos públicos al servicio de las comunidades han crecido hasta 1.616.211, es decir, casi el 60% del total de trabajadores públicos que hay en España. Aun así, hay dos excepciones: Madrid y Catalunya. Los motivos por los cuales las dos comunidades son las únicas que tienen más trabajadores de la AGE (81.134 en Madrid, es decir, un 35% del total sobre la administración central, y 15.193 en Catalunya, un 6,6%) que del ejército son diferentes. En el caso catalán, hay que tener en cuenta las competencias completamente transferidas como las prisiones, así como un cuerpo policial propio, los Mossos d'Esquadra, lo cual se traduce en 4.713 y 17.361 efectivos públicos respectivamente, según los últimos datos de la Generalitat. Esto significó la retirada progresiva de muchos de los miembros de la Policía Nacional o la Guardia Civil, recuerda García.

En Madrid, que aun así absorbe el 23% de los trabajadores del ejército o los cuerpos policiales estatales, la concentración de gran parte de los trabajadores de la administración general del Estado es fruto de los ministerios y de todas las agencias estatales o altos órganos institucionales que se concentran principalmente en la capital española. De hecho, allí está el 36% de los trabajadores de los ministerios, mientras que el resto está repartido por todo el territorio o incluso en el exterior. La proporción de trabajadores en los ministerios anda en paralelo al peso que tienen el ejército y los cuerpos policiales dentro del conjunto del sector público del Estado (representan un 50,6%), así como a las carteras que, por el contrario, no tienen tantas competencias o son nuevas. Mientras que ministerios como el de Defensa o Interior suman el 46% del conjunto de los efectivos, Igualdad tiene 88 trabajadores; Ciencia e Innovación 222 o Cultura y Deporte 185 trabajadores.

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Una distribución diferente

La cuestión es cómo impacta este escenario sobre el crecimiento económico, el coste de la vida o los alquileres de Madrid. "En Bruselas hay un efecto muy claro que hace que se eleve muchísimo el sueldo medio de la ciudad o los precios del alquiler, pero no sé si en el ámbito español, en Madrid, el sector público es el que tiene más efecto sobre esto", recalca el experto en mercado laboral de la UB Raúl Ramos. Para este profesor, también hay que tener en cuenta que hay un peso muy elevado de sectores privados importantes -tecnológico, financiero o energético- que "mueven muchos puestos de trabajo cualificados, lo cual genera un efecto sede". Por eso, para Ramos hay que tener en cuenta el peso de este sector público sobre el total de la población activa.

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Las opciones para paliar esta concentración son diferentes, si bien algunos países europeos han optado por un equilibrio entre capitales, comenta López Casasnovas, que añade que a pesar de las competencias transferidas, "algunos organismos se superponen a los territoriales para no perder poder".

Las claves
  • 1. ¿La concentración del sector público del Estado en una ciudad es una excepción de España?No. Por norma general la capital de todos los países acostumbra a ser punto de concentración del sector público del Estado, desde trabajadores, hasta agencias u organismos institucionales, acabando por el mismo ejecutivo y todo lo que lo rodea. Este es el caso de Madrid, pero en Europa hay otros ejemplos como París, en Francia; o Londres, en el Reino Unido. Alemania se considera hasta ahora el país más descentralizado de Europa.
  • 2. ¿Ha habido un cambio en la distribución de este sector?Si bien es cierto que en España la transferencia de más competencias a las comunidades autónomas ha generado que el peso de los trabajadores públicos recaiga en estas (60%), el Estado central mantiene organismos que algunas voces expertas señalan que superponen funciones. Además, Madrid no rebaja desde hace años su tendencia como polo de atracción de sectores estratégicos como el energético, el tecnológico o incluso el financiero, que buscan estar cerca de las altas esferas de decisión.
  • 3. ¿Tiene un impacto directo sobre el crecimiento económico de Madrid?Muchas voces expertas coinciden que sí, a pesar de que hay matices. Los trabajadores del sector público tienen sueldos diferentes en función del grado o los años de carrera profesional y a pesar de que la gran mayoría son superiores a los sueldos del sector privado, el impacto concreto de estos sobre las rentas no está claro. Lo que es cierto es que la atracción de grandes empresas privadas (muchas del Íbex-35) por el llamado efecto capital, así como del sector financiero, que cuentan con directores y trabajadores con remuneraciones muy elevadas, hace que la balanza de las medias siempre tienda a la alza.
  • 4. ¿El peso del sector público del Estado se puede distribuir diferente?Sí. Los países tienen modelos diferentes y entran en juego cuestiones sobre todo políticas.