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Meditación para directivos: "Empezamos a llorar y a abrazarnos todos"

La catalana Voxel organiza un retiro de silencio de una semana para su cúpula

BarcelonaEn el Casal Sant Martí de Veciana (Anoia) hasta no hace tanto vivía una comunidad de los hermanos de las escuelas cristianas La Salle. Todavía está la capilla, el campanario y el huerto que cultivaban. Pero ahora en lugar de novicios, lo que también se puede encontrar un día cualquiera son grupos de personas en silencio absoluto. Hace dos semanas esta escena la vivieron durante cinco días los directivos de la cúpula de Voxel, una empresa tecnológica de Barcelona. "Fue un retiro Vipassana, donde el objetivo es dedicarse a calmar la mente y reducir el número de pensamientos que generas para conseguir claridad", explica por Zoom Xavier Ginesta, el presidente de la compañía e impulsor de esta experiencia que él denomina de "antiteam building".

Once ejecutivos –diez hombres y una mujer– se sientan en círculo en una sala, sentados sobre unas almohadas, con las piernas cruzadas y las manos en el regazo haciendo un círculo con los dedos. Meditarán durante siete horas al día: mientras siguen en esta posición, dan un paseo, beben té o comparten una comida sin dirigirse ni una sola palabra. Solo hay una excepción en la que se permite abrir la boca: las sesiones individuales con el instructor Andrés Martín, un licenciado en ciencias que presume en las redes de haber patentado la primera vacuna para peces de España, de haber montado una start-up y de haber trabajado durante 17 años en varias multinacionales. Ahora es el fundador y director del Instituto esMindfulness de Barcelona, que imparte un centenar de cursos al año de esta disciplina para entrenar la atención plena que ha enamorado al mundo de la empresa.

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"Había alguna persona que se resistía al principio. Pero después de una de estas manifestaciones de disconformidad salió de una meditación en un estado de transformación. Le pidió disculpas al instructor porque había tenido una especie de revelación. Había descubierto algo de él mismo que quizás no había visto hasta ahora", explica Ginesta. Su intuición antes del retiro era que la estrategia funcionaría porque ya había hecho dos antes a título individual. En los cinco días de silencio, los directivos de Voxel tampoco podían leer ni mirar la televisión. Todos los estímulos externos estaban prohibidos y los móviles y los ordenadores portátiles, guardados, cerrados con llave.

"En España nadie se ha atrevido todavía"

El quinto día y último día acabó con un ejercicio. El grupo se quedó de pie en parejas mirándose fijamente. Mientras uno ponía la mano en el pecho de su compañero de trabajo, cogía la mano del otro para ponerla sobre su propio cuerpo. "Nos teníamos que agradecer mentalmente todo lo que tuviéramos guardado de las experiencias del pasado o pedirnos perdón por cosas que no nos habíamos dicho", relata Ginesta. Lo que pasó a continuación, el ejecutivo lo recuerda como un "volcán emocional". "Fue instantáneo; todo el mundo empezó a llorar y a abrazarse. Es lo más emotivo que he vivido en mi vida, ni con mi familia he vivido momentos así, de tanta compasión y emoción. Fue muy potente, no entendíamos lo que estaba pasando", recuerda. Hasta dónde ha averiguado, son la primera empresa en España que deja la empresa sin pilotos durante una semana para marcharse a un retiro de silencio: "Nadie se ha atrevido todavía".

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Al retorno a la oficina, la cúpula de Voxel aprovechó la "claridad mental" que habían conseguido en el retiro para organizar una sesión de estrategia. "Hicimos una lista de cosas que creíamos que son mejorables, como el aprovechamiento del tiempo y la mala gestión de las reuniones", asegura. En la tecnológica (de más de 200 trabajadores y que se dedica a las facturas electrónicas para la industria turística) no hay comité de empresa, pero sí un órgano que han bautizado como Fem Equip para hacer llegar peticiones de la plantilla a la dirección. "Es un enlace friendly,no como un sindicato que se plantea como un enemigo", dice.

Ginesta ha sido "activista" de la fundación Capitalismo Consciente durante varios años y fue el director general del capítulo de Barcelona. Ahora prepara un "Davos de la conciencia" que reunirá a finales de julio en la capital catalana a otras empresas que, como la suya, creen que el dinero "es el oxígeno, pero no el propósito".