Bolsa

La bolsa de Tokio se desmorona y arrastra los parqués europeos

Los mercados japoneses pierden un 12% en un solo día por el encarecimiento del yen y los miedos a una recesión en EE.UU.

BarcelonaLa bolsa del Tokio ha cerrado la jornada del lunes con una caída por encima del 12% que ha arrastrado, aunque con menores descensos, los parqués europeos y estadounidenses. La fuerte reducción se debe a la decisión del banco central japonés de aumentar los tipos de interés y los miedos entre los inversores que Estados Unidos entre en recesión.

Concretamente, el Nikkei, el índice de referencia japonés, sufrió una disminución del 12,4%, y el Toppix, que incluye a las empresas japonesas con mayor capitalización, cayó un 12,23%, informó Efe. Se trata del mayor descenso registrado en el parqué de Tokio desde el llamado Lunes Negro del 20 de octubre de 1987. El ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, ha enviado un mensaje de "calma" y ha asegurado que el gobierno está "vigilando con atención y mucho interés la caída de la bolsa".

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L’evolució de la borsa de Tòquio
Valor diari al tancament de l’índex Nikkei

La caída llega sólo cuatro semanas más tarde de que, el pasado 11 de julio, el Nikkei alcanzara su máximo histórico, pero la decisión del Banco de Japón de aumentar los tipos de interés hecha pública el pasado miércoles ha dado la vuelta a la situación. Japón es uno de los países que menos había incrementado el precio del dinero en el último año, por lo que la subida supone un cambio de tendencia. De hecho, se trata justo del segundo incremento de tipos aprobado por el regulador monetario nipón desde 2007.

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Japón es una economía marcada por un tejido industrial fuertemente exportador, con grandes conglomerados empresariales. La subida de tipos provocó un fortalecimiento del yen, la moneda local, frente al dólar estadounidense y el euro, lo que encarece la repatriación de los beneficios que las multinacionales japonesas obtienen en los mercados exteriores y, además, hace perder competitividad a los productores nacionales. Esto explica el pesimismo de los inversores del parqué de Tokio: la divisa nipona ha llegado este lunes a su máximo frente al dólar de los últimos siete meses.

"El miedo a una recesión [en EE.UU.] están haciendo crecer la idea de que es necesaria una política monetaria con estímulos. No es ninguna sorpresa que las divisas con tipos bajos ahora se encarezcan a medida que el resto del mundo converge hacia intereses bajos", ha asegurado el jefe de estrategia en mercados de divisas del banco neerlandés ING, en declaraciones recogidas por Reuters. Además, el yen había sido objeto de especulación de fondos que apostaban a que mantendría el valor bajo en los mercados de divisas, a través de una estrategia inversora llamada carry trade y que, ahora que la moneda japonesa se ha apreciado, les obliga a obtener yenes adicionales, si es necesario vendiendo acciones.

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Aparte de la decisión del Banco de Japón, el contexto internacional ha empeorado aún más la situación por diversos motivos. El primero es la escalada de tensiones reciente entre Israel e Irán, que ha aumentado el miedo a una nueva guerra en Oriente Próximo. Otro es el temor a una posible recesión en EEUU –los últimos datos de paro han sido especialmente negativos– que obligaría ahora a la Reserva Federal, el banco central estadounidense, a recortar los tipos de interés rápidamente después de meses resistiéndose a hacerlo. A esto hay que añadir el poco vigor del crecimiento económico en China, la segunda economía del mundo y un importante socio comercial de Japón, desde el final de la pandemia.

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La peculiaridad japonesa

Tras la Segunda Guerra Mundial, la economía japonesa experimentó altas tasas de crecimiento que la situaron, ya en los 70 y 80, como la segunda economía más importante del mundo y un gigante exportador, sobre todo de productos tecnológicos –electrodomésticos, ordenadores , teléfonos– y automóviles, pero a partir de 1990 sufrió una fuerte recesión iniciada por el estallido de dos burbujas, inmobiliaria y financiera, que se habían gestado en las décadas de bonanza.

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A raíz de aquella crisis, el país ha experimentado un período de estancamiento, con tasas de crecimiento de la actividad económica muy moderadas y, sobre todo, intensos períodos de deflación; es decir, de caídas de los precios de bienes y servicios de consumo. La poca energía de la economía ha llevado a los economistas a hablar de las "décadas perdidas" en referencia al período entre 1990 y 2020.

Con el fin de la pandemia y la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania , Japón volvió a registrar tasas de inflación equiparables a las del resto de economías avanzadas (por encima del 2% anual), pero sin alcanzar los picos cercanos o superiores al 10% que registraron en verano de 2022 mayoría de estados de la Unión Europea y Estados Unidos.

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En este contexto de repunte de los precios, los inversores esperaban que el Banco de Japón aumentara los tipos, aunque la aprobación de la última subida en pleno contexto de desaceleración de EEUU –destino final de buena parte de las exportaciones niponas– y de posible encarecimiento de la energía por las tensiones entre Irán e Israel ha asustado a los inversores.

Caídas en el resto del mundo

Las turbulencias de este lunes en el mercado nipón se extendieron al resto de Asia y, a medida que avanzaba la jornada, también en los parqués europeos cuando empezaron a abrir, aunque a una escala mucho menor. Hong Kong y Shanghai registraron reducciones del 1,46% y del 1,54%, mientras que Seúl siguió de más cerca la estela de Tokio y perdió un 9% en la jornada del lunes.

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En Europa, Londres, París y Frankfurt cerraron la jornada con pérdidas de entre un 1,5% y un 2%, en la línea del 2,34% que perdió el Ibex 35, el indicador de referencia de la bolsa española. Las 35 empresas que forman el índice han terminado el día en números rojos. Asimismo, en EE.UU., los principales índices perdían a las 20:30 horas de la tarde (hora catalana) entre un 2,4% y un 3,4%, mientras que la mayoría de mercados latinoamericanos también registraban caídas.