Energía

Ocho meses para que el MidCat llegue a los Pirineos: la ministra Ribera lo ve posible

El proyecto, visto con buenos ojos ahora también por Alemania, quedaría a expensas de Francia y la Comisión Europea

MADRID"Operativa dentro de entre 8 y 9 meses". Esta es la estimación que ha hecho la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, este viernes sobre el tiempo que se necesitaría para que la parte catalana de la infraestructura del MidCat que queda por construir estuviera terminada. Los focos se han vuelto a poner encima de este proyecto después de que ayer jueves el canciller alemán, Olaf Scholz, confirmara que su gobierno se había puesto en contacto con Portugal, España, Francia y la Comisión Europea para acelerar un gasoducto que comunique la península Ibérica con Europa Central. El objetivo: diversificar las fuentes de suministro de gas y avanzar en la carrera a contrarreloj para dejar de depender de Rusia, principal proveedor de Europa y, en particular, de países como Alemania. Fuentes de Enagás consultadas por el ARA matizan que se trata de 8 o 9 meses "desde que se inicia la construcción". Antes, pues, queda todo el trámite burocrático.

Es por eso que, si bien el canciller alemán no se refirió explícitamente al MidCat, en su propuesta entra en juego esta infraestructura. Un tubo que ya hace unos años se planteaba como una importante vía de entrada más de gas hacia Europa. Su trazado es similar al del Corredor Mediterráneo: un gran gasoducto que nace en Argelia –de donde España recibe gran parte del gas que importa–, entra por Almería y conecta con Francia pasando por el Pirineo catalán. Actualmente, sin embargo, muere en Hostalric y, por lo tanto, es a partir de este punto que habría que reactivar las obras. Se trata de unos 200 kilómetros hasta la frontera francesa que, según Ribera, podrían estar terminados en menos de un año. "Son muchos pros y lo que plantea la ministra es ideal", apunta una fuente conocedora del proyecto al ARA, que añade que este plazo de tiempo sería "factible" si "te saltas todos los permisos, es decir, declaras el proyecto de interés nacional y empiezas a construir inmediatamente".

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Los tempos, sin embargo, no solo dependen de España. Ribera ha remarcado que es "clave" el apoyo del gobierno francés al MidCat. De hecho, hasta ahora Francia no había mostrado interés y esto abre una gran incógnita: qué pasa cuando el gasoducto llega a la frontera. Por ahora, la parte francesa no está preparada, si bien desde hace tiempo hay una mesa de trabajo entre las empresas operadoras e impulsoras del proyecto –la española Enagás y la francesa Teréga– y el gobierno español "para ver cómo acelerar una primera interconexión con menor complejidad", ha reconocido Ribera en una entrevista a TVE este viernes. "No tiene sentido que nosotros corramos mucho si aquello se tiene que convertir en un callejón sin salida en el lado francés", ha remarcado la ministra.

Además, para el gobierno español no solo tiene que ser una cuestión entre España y Francia. De hecho, después de las palabras de Scholz, Ribera ha invitado al gobierno alemán a participar en las reuniones para "aplanar el camino" de la interconexión. Ahora bien, quien también tiene un papel clave es Bruselas. Un proyecto como el MidCat no solo necesitaría su aprobación, sino que para España es fundamental a la hora de hablar del coste. El gobierno de Pedro Sánchez siempre ha reiterado que la infraestructura no la puede pagar solo el Estado, sino que Europa tiene que echar una mano en la inversión. Por su parte, la Generalitat también ha valorado positivamente las palabras de Scholz. "Fuimos los primeros a pedir el relanzamiento del MidCat", ha dicho la consellera de Exteriores, Victòria Alzina, en un tuit este viernes. Alsina destaca así "la importancia estratégica" de Catalunya como "puent entre la UE y el Mediterráneo".

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¿Por qué ahora sí?

Este gasoducto se paralizó en 2019, a raíz de un informe independiente de la Comisión Europea encargado a la consultora Pöyry en el que se concluyó que la infraestructura tenía un elevado coste y había dudas sobre su rentabilidad a largo plazo. Es cierto, sin embargo, que la guerra en Ucrania y el temor a que Rusia corte el grifo del gas en cualquier momento ha llevado a Bruselas a mirar con buenos ojos ideas que hasta ahora estaban en un cajón, como la reactivación del MidCat. Es decir, a confiar de nuevo. O, como mínimo, así lo desea el gobierno español.

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La misma Ribera ha apuntado a un "cambio de condiciones". "El MidCat decayó porque no era viable económicamente en un momento en el que el gas ruso era mucho más barato", ha reconocido y ha reiterado que ahora favorecería la "seguridad energética" en la Unión Europea. ¿Qué peso tendría como fuente de suministro para Europa? La capacidad del MidCat es de 9 bcm (miles de millones de metros cúbicos al año) de gas. Esto se añadiría a los dos gasoductos que sí que están en funcionamiento en España y que conectan el País Vasco y Navarra con Francia (unos 7 bcm anuales entre los dos y que en estos momentos el gobierno y Enagás están estudiando ampliar hasta un 18%, como anticipaba este diario). En total, son 17 bcm, lejos todavía de los 190 bcm que llegaron de Rusia en Europa en 2020.

Vida útil de 30 - 40 años

Más allá del coste económico, la infraestructura está rodeada otras incógnitas. Primero, el hecho o no de que se puedan acelerar las obras y, sobre todo, el trámite burocrático. Como ejemplo, la inversión que ha planteado Enagás para esta infraestructura se alarga hasta el año 2030: 225 millones de euros entre el periodo 2022 y 2026 y otros 145 millones de euros hasta el 2030, según el último plan estratégico de la compañía.

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Después, su proyección a largo plazo. Es decir, estas no son infraestructuras pensadas para un momento puntual sino que, en palabras de Ribera, tendría que tener una "vida útil de entre 30 y 40 años". Además, el camino que desde hace tiempo traza la Unión Europea es el de la transición energética y esto obliga a los gobiernos a pensar en combustibles renovables a la hora de proyectar estas infraestructuras. Como ha explicado la misma Ribera, "el horizonte en el 2040" es promover otras energías como el hidrógeno verde, una tecnología que, de hecho, España busca cómo impulsar a través de los fondos europeos.

Y, finalmente, el debate social. Más allá de los actores políticos o las operadoras gasistas, empresas y ciudadanía también han levantado el dedo a la hora de valorar el proyecto. Por un lado, Foment del Treball, la patronal catalana, siempre lo ha abanderado. Ya en el Mobile World Congress, el presidente de la patronal, Josep Sánchez LLibre, reivindicaba la obra y tildaba de "gravísimo error" que no se materializara. Por el contrario, en su momento la opinión pública no era partidaria. En el 2017 se creó la Plataforma Resposta la MidCat conformada por entidades ecologistas que criticaban el proyecto por su impacto ambiental. Una denuncia a la cual se sumaron algunos ayuntamientos del territorio.

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