Energía

Alemania se suma al clamor que reclama un gasoducto desde la península Ibérica

El canciller alemán confirma que se ha puesto en contacto con España, Portugal, Francia y la Comisión Europea para impulsar el proyecto

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Olaf Scholz, canciller alemán

MADRIDLa presión por un gasoducto será por fin real. Alemania quiere tener sobre la mesa todas las opciones posibles para dejar de depender del gas ruso, hasta ahora su principal fuente de suministro, y el canciller alemán, Olaf Scholz, ha abierto la puerta por primera vez a un gasoducto que permita trasladar gas de la península Ibérica al resto de Europa.

En concreto, Scholz ha defendido la construcción de un gasoducto desde Portugal, pasando por España y atravesando Francia que permita suministrar gas a países como Alemania y sustituir así la demanda de gas ruso. En rueda de prensa este jueves, Scholz ha reconocido que si se hubieran reforzado las conexiones con la península Ibérica, "Europa no estaría en la situación de carestía en la que ahora se encuentra", en un mensaje que parecía dirigido a Francia. "Habría sido una contribución enorme para aliviar la situación [de tensión energética actual]", ha dicho. De hecho, solo en cuanto a las interconexiones eléctricas, la península Ibérica pincha. Como explicaba este diario, en España estas interconexiones se sitúan en el 6%, mientras que el objetivo que se marcó la Unión Europea de cara al 2020 era llegar al 10%.

Lo que ha defendido el canciller alemán, sin embargo, es la construcción de un gasoducto. Aquí entra en juego el Midcat, que conectaría Catalunya con Francia y que permitiría, por ejemplo, enviar gas argelino al resto de Europa. Este proyecto ha estado durante años guardado en un cajón, pero a raíz de la guerra en Ucrania ha despertado, de nuevo, el interés de las instituciones, en particular de España y Bruselas, que tendría que dar su visto bueno. Por el contrario, Francia, el otro país afectado, siempre lo había mirado con recelo. Ahora, ante la tensión del mercado del gas, el gobierno francés abraza por fin la idea.

"Valoramos positivamente el mensaje del canciller alemán", apuntan fuentes del ministerio de Transición Ecológica. El gobierno español, sin embargo, reitera que para llevar a cabo cualquiera de estos proyectos "es capital que no queden como un asunto bilateral", sino que hace falta una "implicación de la Comisión y del Consejo Europeo". El gobierno español quiere que Europa ayude a agilizar las inversiones, explican desde el ministerio de Teresa Ribera. La duda sobre quién asume el coste de la infraestructura ha sido el caballo de batalla alrededor del Midcat. En España, la empresa Enagás ya ha dicho que está dispuesta a invertir. Y Bruselas ha incluido el proyecto en su RepowerEU. Ahora bien, más allá del dinero, el proyecto también tiene que pensar en la transición verde: no solo tiene que estar pensado para llevar gas, sino que en un futuro se tiene que poder adaptar al hidrógeno verde o, como mínimo, así lo quiere Europa.

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