De la poscrisis inmobiliaria y la pandemia al 'no' del Sabadell en el BBVA
En estas
BarcelonaEn estos 15 años del ARA, la economía catalana, que hace tres lustros tenía un producto interior bruto (PIB) de unos 200.000 millones de euros, lo tiene hoy más de 300.000 millones, más del 50% superior; ha vivido una reestructuración total del sistema financiero, la fuga de sedes empresariales con el referéndum del 1 de octubre del 2017 y una caída de la actividad como en la Guerra Civil por la crisis del coronavirus. Este periodo se ha cerrado de momento con la negativa de los accionistas del Banc Sabadell a acogerse a la opa del BBVA, que ya lo había probado en el 2020.
Pero la historia de este diario que llegó a los quioscos (todavía había bastantes) el 28 de noviembre del 2012 con Mois Noguera, la primera catalana nacida ese año, en la portada, comenzó dos meses después de una huelga general contra la reforma laboral con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno español. Tras la mayor crisis económica desde 1929, la recuperación empezaba a ser una esperanza, pero se vivía el terremoto por el ataque a la deuda de Grecia e Irlanda y otros países con elevados déficits, entre ellos España.
A consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, a finales de 2010 había 13 procesos de unión en marcha en el sector financiero, con 40 de las 45 cajas de ahorros existentes en España implicadas. En Catalunya, diez quedaban cinco: La Caixa, Catalunya Caixa (Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona), Unnim (Sabadell, Terrassa y Manlleu), Caixa Penedès, que se integró en Mare Nostrum; y Caixa Laietana, que se sumó al grupo liderado por Caja Madrid. La Caixa absorbió a Caixa Girona.
Al año siguiente, en el 2011, acabó con muchas incógnitas económicas, algunas vinculadas al futuro del euro. En el Fondo Monetario Internacional (FMI), la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, sustituyó a Dominique Strauss-Kahn, implicado en un escándalo sexual. Y Mario Draghi pasó a ser presidente del Banco Central Europeo (BCE). En el sector financiero, el FROB, el Estado, entró en el capital de Unnim, Nova Caixa Galicia y la CAM, que acabó en manos del Banc Sabadell. Bankia, liderada por Caja Madrid, salió a bolsa y La Caixa creó CaixaBank, que desembarcó también en el parqué y absorbió a Bankpime. Ese año, en el que la Generalitat presidida por Artur Mas siguió lanzando emisiones de bonos para particulares, se vivieron los cierres industriales de Yamaha o Derbi, así como la adjudicación de Cacaolat a la alianza de Damm y Cobega (hoy Idilia Foods comparte propiedad con Damm).
En 2012 se aprobó la reforma laboral que desembocó en una huelga general del 29 de marzo. La reestructuración del sector financiero dejó sólo dos cajas de ahorros en toda España: Caixa Ontinyent y Caixa Pollença. Y por último, la Unión Europea lanzó un rescate de hasta 100.000 millones de euros a España para salvar el sistema financiero, a cambio de varios compromisos de ajustes y reformas. Bankia y Catalunya Caixa fueron las que recibieron mayores ayudas. Nació también el banco malo con los activos inmobiliarios tóxicos de la banca, Sareb. El BBVA se quedó Unnim. Y fue el año de la creación del fondo de liquidez autonómica (FLA) para paliar la imposibilidad de acceso de las autonomías a los mercados para financiarse, entre otras medidas. En Catalunya se privatizó la antigua Aigües Ter Llobregat (ATLL), hoy ATL, de nuevo pública; en un concurso adjudicado a Acciona y la brasileña BTG Pactual, que desató una batalla judicial encabezada por Agbar. BTG Pactual también formaba parte del consorcio al que se adjudicaron los túneles de Vallvidrera y Cadí, el mismo año que Spanair cesaba sus actividades. Y dos grandes entidades, Agrupació Mútua y L'Aliança, ambas intervenidas, terminaron, la primera en manos de la francesa ACM y el RACC (hoy es de Axa), y la segunda, en manos de la valenciana Divina Pastora.
En 2013 se vivió el rescate de Chipre, subidas de impuestos por parte del gobierno del PP, así como la reforma de las pensiones y ajustes en la Generalitat. Se empezaron a popularizar el bitcoin y las monedas virtuales y los movimientos contra los desahucios, como la PAH. En 2014, el paro era la asignatura pendiente. El BCE alcanzó el límite en los recortes de los tipos de interés. La Caixa culminó su transformación con una fundación como propietaria de la sociedad inversora Criteria y, a su vez, de CaixaBank. Y el BBVA se quedó Catalunya Caixa.
Cinco años después de salir el ARA a la calle, en el 2020, Grecia sufrió una grave crisis, con un paro que en España seguía siendo el gran problema. En Catalunya, la mexicana Bimbo cerró la compra de Panrico y una multinacional china, Bright Food, compró Miquel Alimentació. En el sector financiero, el Sabadell compró el británico TSB. Abertis sacó a bolsa el negocio de antenas de telecomunicaciones Cellnex. El grupo familiar Nutrexpa se dividió en dos: Idilia Foods y Adam Foods.
Al año siguiente, tras rebajar el IRPF, el gobierno del PP subió otros impuestos, mientras que el tipo de interés de la zona euro se situaba en el 0%. Isidro Fainé pasó a presidir Gas Natural; y Jordi Gual, CaixaBank, mientras que José María Álvarez Pallete ascendía a presidente de Telefónica. También hubo relevos en UGT: Josep María Álvarez relevó a Cándido Méndez y en Catalunya, Camil Ros hizo tándem con Matías Carnero. A nivel internacional estalló el escándalo de los Papeles de Panamá, que implicaban a autoridades y personajes de varios países en prácticas para pagar menos impuestos. Fue el año del nacimiento de la multinacional controlada por la familia Daurella Coca-Cola European Partners (CCEP).
Una gran fuga de sedes empresariales fue la protagonista del 2017 en Catalunya por el referéndum del 1 de octubre y el Proceso, facilitada por los cambios legales introducidos por el gobierno del PP. En pocos meses cambiaron de sede más de 2.500 empresas. El gobierno español intervino la Generalidad a través del artículo 155 de la Constitución. También fue intervenido el Banco Popular, absorbido por el Santander. En CCOO se produjeron relevos en la cúpula con Unai Sordo sustituyendo a Ignacio Fernández Toxo; y en Cataluña, Javier Pacheco en lugar de Joan Carles Gallego.
En 2018, la presión de los pensionistas hizo que el gobierno del PP modificara la reforma de las pensiones para conseguir el apoyo del PNV a los presupuestos. Fainé dejó la presidencia de Gas Natural en manos de Francisco Reynés. En Cataluña, Josep Sánchez Llibre se convirtió en presidente de Fomento del Trabajo y Pau Relat, de la Fira de Barcelona. También fue el año en el que el Estado levantó la intervención de la Generalitat. Las dos grandes cavistas catalanas cambiaron de manos: Freixenet incluyó a la alemana Henkel como copropietaria con el 50,67% del capital; y Carlyle adquirió la mayoría de Codorniu. l los Lao vendieron Cirsa a Blackstone y la familia Gassó, Gaes a la italiana Amplifon.
En el 2019 se produjo la quiebra de la agencia de viajes Thomas Cook y la estadounidense Boeing tuvo que dejar en tierra todos los aviones de su modelo 737 MAX después de unos accidentes. Abertis vendió Hispasat a Red Eléctrica. El Corte Inglés acabó sus pugnas familiares con el presidente Dimas Gimeno, haciendo presidenta a Marta Álvarez. Y en la Cámara de Comercio de Barcelona se impuso la candidatura independentista presidida por Joan Canadell.
10 años después del nacimiento del ARA, en el 2020, estalló la crisis provocada por el coronavirus, con una caída del PIB similar a la registrada durante la Guerra Civil, que obligó a disparar las ayudas y déficits púbicos. Nos acostumbramos al teletrabajo. Uno de los aspectos más llamativos fue la cancelación del Mobile World Congress (MWC). Pese a las complicaciones en la negociación, Bruselas sentó las bases para los fondos europeos Next Generation, con 140.000 millones para España. Fue en el año del inicio de la supresión de los peajes en las autopistas y Nissan anunció que se retiraba de sus fábricas en Catalunya. Habían comenzado las negociaciones entre CaixaBank y el Estado por Bankia. En 2021 se consumó la absorción de Bankia por CaixaBank y los australianos de IFM acabaron pinchando con la opa en Naturgy al obtener menos parte del capital de lo previsto.
En 2022 se consiguió aprobar la reforma laboral del gobierno de Pedro Sánchez por un error de un diputado del PP y en julio el BCE cerró una etapa y empezó a subir los tipos de interés y el Mobile acordó quedarse en Barcelona. En 2023, la minería de Súria sufrió momentos dramáticos con tres muertos, los precios de la cesta de compra se dispararon y tuvieron el aceite de oliva como máximo exponente. El sector financiero vivió un terremoto con la caída en EEUU del Silicon Valley Bank y en Europa, del Crédit Suisse, que acabó en manos de UBS. Un juez tomó la propiedad de la siderúrgica Celsa en la familia Rubiralta para pasarla a los fondos acreedores. Y Josep Santacreu ganó las elecciones en la Cámara de Barcelona.
En el 2024 el BBVA removió al sector financiero al lanzar una opa sobre el Banco Sabadell, que se oponía, y Grífols recibió un fuerte castigo en bolsa por los informes del fondo especulativo Gotham City, que acabó en los tribunales y con la familia que es la principal accionista saliente de la gestión. La Fundación La Caixa fichó al expresidente de Agbar, Àngel Simón, como consejero delegado de Criteria y entró como accionista de referencia en Telefónica junto con el Estado. La multinacional catalana Puig se estrenó en bolsa y entró en el Ibex. Fue el año de las protestas del campo y la entrada en vigor de los topes en los alquileres en Cataluña en aplicación de la ley de la vivienda. En el frente industrial se salvó la planta de Nissan en la Zona de Francia de Barcelona resucitando la marca Ebro con los chinos de Chery como accionistas.
Este 2025, en el que los accionistas del Sabadell, que devolvió la sede a la ciudad que le vio nacer, acabaron rechazando la opa del BBVA, hay una fuerte presión para invertir en defensa. Es el año del gran apagón y de la revolución en La Caixa, que decidió devolver a Barcelona la sede de la fundación y de Criteria, con el cese de Ángel Simón y la incorporación de Francisco Reynés, presidente de Naturgy, como vicepresidente y José María Méndez como director general con la reformulación del plan estratégico alineante. En el ámbito internacional, en el año del ascenso de la inteligencia artificial (IA), Donald Trump ha iniciado una batalla comercial con aranceles, que ha terminado en un acuerdo con la Unión Europea (UE) y la tensión con China y otros países. También ha sido el ejercicio en el que el presidente Salvador Illa ha dado luz verde a ampliar el aeropuerto de Barcelona.
Y a lo largo de estos años han muerto algunas personalidades del mundo económico como el fundador de Celsa, Francisco Rubiralta (2010), de CCOO, Marcelino Camach, y Simón Rosado (2010), y del que fue presidente de La Caixa y de Agbar, Ricard Fornesa (2014); del Santander, Emilio Botín (2014); del Corte Inglés, Isidoro Álvarez; el presidente de Havas Media, mecenas e impulsor de los Juegos Olímpicos de Barcelona, Leopold Rodés, así como el presidente de Planeta, José Manuel Lara Bosch (2015); el expresidente de Gas Natural (Naturgy), Salvador Gabarró (2017); el expresidente de la Cámara de Barcelona Miquel Valls (2019); Mariano Puig (2021); el expresidente de la Cámara de Barcelona, Antoni Negre (2022); Artur Suqué, del grupo Perelada (2021); Xavier Gramona, de las bodegas Gramona (2023); el farmacéutico y mecenas Antoni Vila Casas (2023); Isak Andic, fundador de Mango (2024); el expresidente de Telefónica César Alierta (2024), el de Freixenet, Josep Ferrer (2024), o Joan Uriach (2024), entre otros.