Supersueldos en las eléctricas durante la subida de los precios de la luz

Sánchez Galán cobra 13 M€ y ya multiplica por 171 el salario medio de los empleados de Iberdrola

Los precios de la electricidad se dispararon el año pasado, como sabe cualquier persona que pague mensualmente el recibo de la luz. Esto se tradujo en un fuerte aumento de los beneficios de estas compañías, que se triplicaron, tal como explicaba esta semana el ARA. Lo que no es tan conocido es que durante aquel ejercicio seis directivos, los principales ejecutivos de las grandes empresas de energía españolas, cobraron más de 27 millones de euros. Dicho de otra manera, los líderes de estas empresas cobraron un 5,2% más mientras que, de media, los sueldos de sus trabajadores aumentaron menos de una tercera parte, un 1,5%.

El gran ganador fue José Ignacio Sánchez Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola, que él solo cobró casi tanto como los otros cinco grandes directivos juntos. El polémico Galán ganó 13,2 millones de euros, un 8% más, a pesar de que desde el junio pasado está imputado por diferentes delitos vinculados a la contratación del comisario José Manuel Villarejo por atacar a rivales como Florentino Pérez o Manuel Pizarro, entre otros. Además, el salario medio de los trabajadores de Iberdrola cayó un 1,3% el año pasado.

Cargando
No hay anuncios

Según explicó la compañía, buena parte del aumento del sueldo de Galán se explicaba por un variable plurianual que pulsaba el aumento de las acciones en la bolsa. Pero lo cierto es que los títulos de Iberdrola cayeron un 11% durante 2021.

Los salarios de los primeros ejecutivos de las eléctricas españolas
Datos de 2021 y variaciones respecto a 2020
Cargando
No hay anuncios

El segundo directivo que más cobró fue Francisco Reynés, presidente y consejero delegado de Naturgy, que se llevó 5 millones de euros, un 9% más. En tercer lugar quedó Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, con un sueldo de 4,2 millones (un 15% más), seguido de José Bogas, consejero delegado de Endesa (2,2 millones, -24%); Antoni Llardén, presidente de Enagas (2,1 millones, -2%), y Roberto García Merino, consejero delegado de Red Eléctrica (0,9 millones, +6%).

Una de las cosas que llaman más la atención al recopilar los datos que las propias compañías están obligadas a comunicar a la CNMV, el organismo supervisor de la bolsa, es la comparación entre los sueldos de la mayoría de estos directivos y el que cobran de media los empleados de sus empresas.

Cargando
No hay anuncios

Galán, una vez más, bate todos los récords, con un salario que es 171 veces el salario medio de los trabajadores de Iberdrola: si el presidente recibió más de 13 millones, la plantilla cobró 77.000 euros.

Lo más sorpresivo de Galán es que este multiplicador no ha hecho más que crecer: en 2017 cobraba 99 veces el salario medio de sus trabajadores y esta magnitud ha ido creciendo año tras año sin excepciones.

Cargando
No hay anuncios

En cambio, el resto de directivos han mantenido esta proporción bastante estable. Reynés cobra 86 veces más que sus trabajadores (en su primer año en el cargo la cifra era de 78 veces) e Imaz multiplica por 74 el salario medio (casi idéntico que cinco años atrás), por ejemplo.

El directivo que tiene una retribución más baja en comparación con su plantilla es el jefe de Red Eléctrica, el sueldo del cual es 12 veces superior.

Cargando
No hay anuncios
¿Cuánto cobran los directivos en comparación con sus trabajadores?
Veces que el salario del primer directivo multiplica el sueldo medio de la plantilla

Estos datos reabren el eterno debate de cuánto tendrían que cobrar los directivos. ¿Cuál es una retribución justa para alguien que tiene la responsabilidad de dirigir una empresa del IBEX 35?

Cargando
No hay anuncios

A pesar de que hay propuestas como la de Christian Felber –impulsor de la economía del bien común– que sugiere que el sueldo no tiene que superar en 20 veces al salario mínimo de la organización, lo cierto es que no hay una fórmula matemática. Depende de la industria, de la empresa o incluso del país donde aquella compañía opere. 

“El café para todo el mundo no funciona”, explica Ernesto Poveda, presidente de Icsa, una empresa de recursos humanos que, entre otras actividades, se dedica a fijar políticas retributivas. Aun así, “cobrar 171 veces el salario medio de tus trabajadores no es ni razonable ni justificable, y solo se podrá mantener si la empresa opera en un sector oligopolístico”, añade. Poveda pone un ejemplo: con estas cifras “es muy difícil que cuando negocias con los sindicatos les niegues el derecho a subirles el sueldo un 5%”.

Cargando
No hay anuncios

El papel de las consultoras

Ruth Aguilera, profesora de dirección general y estrategia en Esade, avisa del papel que juegan otro tipo de consultoras especializadas en las retribuciones de estas grandes empresas, como Aon Hewitt, Mercer o Meridian. “La compensación de estos directivos la decide el comité de retribuciones [que tienen todas las cotizadas], pero estos comités lo que hacen es contratar a una consultora que es quien analiza la complejidad de la industria, los riesgos y los retos del directivo”, dice Aguilera. Ahora bien, según explica la profesora, los honorarios de estas consultoras se fijan con un porcentaje de la retribución que cobrará aquel directivo, lo que crea un incentivo perverso. “El consejero delegado está más contento si le ponen un buen sueldo y así los vuelve a contratar, es un poco endogámico”, remata.

Cargando
No hay anuncios

Aguilera cree que el sector energético tiene muchas dificultades delante, como la transición verde, y que esto podría justificar una retribución más elevada. A la vez, sin embargo, defiende que esto no solo afecta al principal directivo, sino también al resto de la plantilla, que se tiene que especializar más y, por lo tanto, también tiene que cobrar más. “El multiplicador entre el sueldo de la dirección y la plantilla tendría que ser estable o ir bajando, pero no subir”, concluye.

Un último factor que hay que tener en cuenta es la presencia cada vez más habitual de los propios accionistas en este tipo de empresas. Hay grandes empresas de inversión que están en el accionariado de las grandes eléctricas españolas: BlackRock, por ejemplo, es uno de los principales accionistas de Iberdrola, Repsol y Enagas. Y Norges Bank (que gestiona el fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo) es un destacado inversor en Iberdrola y Repsol. 

El peligro de compartir accionistas

Esta coincidencia también genera incentivos perversos, según un artículo escrito en 2016 por dos profesores de la Iese, Miguel Antón y Mireia Giné, esta última consejera del Banco Sabadell. En su opinión, la inflación de supersueldos está relacionada con la creciente presencia de estos “inversores comunes”, como los bautizan. ¿Por qué? Porque, si fijan sueldos altos a los directivos, y especialmente si estos sueldos no están vinculados a la evolución de los resultados de la compañía, consiguen rebajar la exigencia que estos directivos tienen para competir con sus rivales. Y, en consecuencia, según estos profesores, los inversores consiguen que ninguna de sus participadas canibalice las otras empresas donde tienen acciones.

El artículo cita unos datos de Estados Unidos en los que tres grandes inversores como BlackRock, Vanguard y Fidelity votan a favor de las retribuciones un 96% de las veces aunque estas no estén vinculadas a los resultados de la empresa. La previsión de estos expertos es que, como la presencia de “inversores comunes” es cada vez más habitual, el problema no hará más que aumentar.

Quizás lo podremos comprobar este 2022: nos encontramos con un precio récord de la luz y de la gasolina. ¿Qué pasará con los sueldos de los directivos? La respuesta, en un año.