Finanzas personales

La tarifa regulada, la opción más barata para la luz (a pesar de que continúa siendo cara)

Las organizaciones de consumidores recomiendan evitar los contratos de tarifa plana

El aumento del precio de la luz ha tocado directamente a la economía familiar de muchas casas, por no decir la mayoría. La modificación de las tarifas aprobadas por el gobierno español ha supuesto el encarecimiento de la factura mensual en un 44% de media en España, según datos de la organización de consumidores Facua de la primera semana de junio, cuando entraron en vigor los nuevos precios.

Las nuevas tarifas distinguen tres franjas horarias: las horas valle, más baratas; las horas punta, más caras, y una franja intermedia llamada hora plana.

El objetivo del cambio de precios por parte del ejecutivo de Pedro Sánchez era desplazar el consumo a las horas valle, es decir, a las madrugadas -entre las 12 de la noche y las 8 de la mañana- y a los fines de semana. No obstante, a pesar de la insistencia de algunos miembros del gobierno, el hecho es que en algunos casos no es posible hacer ninguna modificación de los hábitos de consumo. Ya sea porque hay gasto que es constante -por ejemplo, una nevera-, o bien porque el consumo se tiene que producir a la fuerza en momentos puntuales del día. Por ejemplo, no se puede preparar una comida a las 3 de la madrugada, se tiene que hacer al mediodía o al atardecer, cuando el precio es más caro. Así mismo, durante la parte final del día es cuando se consume más en bombillas y, según la época del año, en calefacción o aire acondicionado.

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Ante esta situación, la poca defensa que tienen los usuarios es, además de desplazar al máximo posible el consumo a las horas valle, buscar qué tarifa les cobra la electricidad más barata. Y en esta caso, la llamada tarifa de último recurso es la clara ganadora.

La tarifa de último recurso, también conocida como PVPC (precio voluntario al pequeño consumidor), es la regulada por el Estado. Además, los consumidores pueden optar por ir al mercado de electricidad no regulado, es decir, contratar alguna de las ofertas de las operadoras con precios diferentes al PVPC.

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El reciente cambio tarifario aprobado por el gobierno afecta directamente a las tarifas reguladas, que se actualizaron de manera automática el día 1 de junio con los nuevos precios, con una fuerte subida: de los 60,67 euros de recibo medio en España en junio de 2020, Facua calcula que se pasará a los 87,43 euros este mes. En el caso de los contratos en el mercado libre, las comercializadoras de electricidad también pueden modificar los precios, pero lo tienen que notificar a los clientes con antelación. En cualquier caso, el encarecimiento de la luz es un hecho para un número muy elevado de familias.

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A pesar de que la subida del coste afecta directamente la tarifa regulada, esta opción continúa siendo la más barata en la mayoría de casos, un hecho que también pasa en otros mercados, como el del gas. Para comprobarlo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) -el regulador estatal del mercado energético- tiene a disposición de los ciudadanos un simulador en su página web donde se pueden comparar las tarifas disponibles y el coste anual de la luz introduciendo datos de consumo, potencia contratada y el código postal donde se encuentra la vivienda. Con una búsqueda de varios municipios de Catalunya y con potencias diferentes, en la gran mayoría de casos el resultado es que la tarifa regulada es más económica que cualquiera de las disponibles.

Evitar la tarifa plana

Una opción que puede resultar tentadora para los clientes es buscar una tarifa plana. Esta, que solo ofrecen algunas empresas, permite pagar siempre lo mismo cada mes, pero tiene complicaciones. La primera es que el precio acostumbra a ser notablemente superior a la tarifa regulada, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). En enero -es decir, antes del incremento de los precios- eran de media un 46% más caras que el PVPC. La OCU cifra que un consumo de 51 euros mensuales con la tarifa regulada sube a entre 70 y 85 euros con tarifas planas de empresas de compañías como Repsol, Holaluz o Endesa.

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El otro problema, según la OCU, es que estas tarifas tienen un límite en el consumo mensual que, en caso de superarse, hace que el exceso se cobre a un precio mucho más elevado. Este exceso se calcula cada cierto tiempo, por ejemplo, una vez al año, por lo que al cliente le llega la "sorpresa" de encontrarse que un mes tiene la factura hinchada con el coste de todo el excedente del año.