De toda la vida

¿Sabéis por qué volvemos a comprar botijos?

Cerámica Villegas, en la calle Comtal, mantiene la elaboración artesanal rodeada de negocios y tiendas de souvenirs que venden cerámica industrial

13/11/2025

Quizás guarde en la memoria aquel botijo ​​de cerámica que adornaba el estante de la sala de estar de sus padres. O las golondrinas que siempre volaban en la pared de la terraza o del balcón de los abuelos. Quizás les apetece hacer reavivar ese recuerdo, hacerlo tangible en su casa o regalarlo a sus hijos porque les hace y les hace ilusión que un objeto de decoración haga presente una ausencia muy presente. Pues se puede acercar a Cerámica Villegas, en la calle Comtal junto a Via Laietana. Lo encontrará todo en cerámica tradicional. También este tipo de deseos. Eva Villegas es la segunda generación de la familia que se hace cargo y es muy interesante oírla hablar –también a Pedro que conoce muy bien a la clientela que entra cada día– sobre los gustos de los barceloneses y de los turistas en cuanto al fascinante mundo de la cerámica. Sorprenden cuando te cuentan que desde la pandemia han recuperado con fuerza la venta de botijos, un objeto muy asociado al imaginario artesanal catalán y que hacía años que no venían, o muy testimonialmente. ¿Por qué ha ocurrido esto? "Seguramente porque el confinamiento despertó ganas a mucha gente de volver a los orígenes", destacan Eva y Pedro. Volver a los orígenes también significa en este caso, quitarle el polvo a los recuerdos, valorar más el legado del pasado.

En Villegas todo lo que se puede encontrar es 100% artesanal, cerámica de elaboración tradicional hecha a mano. La gran mayoría de fabricación catalana y también una parte estatal. Nada extranjero. Hay mucha gente que entra y se interesa por si lo que vendemos es de aquí o de fuera. "Eso es chino?", es una pregunta habitual. Eva pone un ejemplo, en el Tiger de allá cerca venden cerámica industrial. No es su caso. La competencia, también la de las tiendas de souvenirs, ha hecho que estén muy al caso del mercado y de la demanda. Además de la decorativa, también ofrecen cerámica funcional que platos, boles y bandejas. es la fértil y fructífera relación que desde hace años mantienen con los fabricantes artesanales de cerámica. eran mayoristas, pero llegó un punto de que el mercado ya no daba bastante de sí.

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Cerámica Villegas abrió en 1970 gracias al espíritu emprendedor de Josep Maria Villegas, el padre de Eva. Primero como taller de esmalte para joyería y, enseguida, gracias al influjo de diversas amistades y conocimientos que se dedicaban a ello, como comercio de cerámica, un oficio muy arraigado a la tradición catalana y también peninsular. En Galicia y Portugal, por ejemplo, hay mucho arraigo. Así, con sucesivos viajes, el fundador pudo incorporar estilos y procedencias diversas. Con el paso de los años, el local se ha ido ampliando y consolidando una oferta muy variada de posibilidades. Hoy, en el 2025, el cliente habitual es el turista: "Uno de cada veinte que entran es turista", destaca Eva. Pero el turista no solo quiere comprar la cerámica gaudiniana o daliniana –también la tienen– sino que también puede querer un perro, un gato o un búho pequeños para ampliar su colección. O quizás un imán con forma de panot barcelonés, que es uno de los superventas de la tienda. O un lagarto que trepa por la pared. O un reloj que es un gato que mueve la cola –el péndulo– y los ojos. Ajedrez, brujas, meninas, todo tipo de figuras que representan los oficios, novios, dedales... Ahora es tiempo de belenes, claro, que conviven con representantes de los nuevos tiempos como Star Wars y Harry Potter. Infinidad de propuestas. También encargos personalizados de todo tipo. Para celebraciones, jubilaciones y conmemoraciones diversas. Puedes encargar, por ejemplo, que sobre un libro o pergamino de cerámica te escriban lo que desees. ¿Un ejemplo inspirador? Lo tenemos delante, como muestra: "La medida del amor es amar sin medida".