Dejen tranquilo el aborto
¿Cómo luchar contra el clima global de involución en cuanto a derechos y libertades? Avances conseguidos a lo largo de décadas corren peligro ante la ofensiva de un populismo reaccionario que marca cada vez más la agenda y los debates públicos. Lo estamos viendo en Estados Unidos de Trump y en toda Europa. Cataluña y España no se escapan. Es en este contexto que debe entenderse la pretensión del gobierno español de blindar el derecho al aborto dentro de la Constitución. ¿Pero es un movimiento genuino o una maniobra para buscar el choque con la derecha? La exministra Irene Montero (Podemos) se ha apresurado a denunciar la supuesta maniobra del PSOE por utilizar los derechos de las mujeres para una operación de interés propio meramente partidista.
En el terreno político, la propuesta del PSOE en efecto ha desatado la oposición del PP más duro, lo que encarna a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que a remolque de la presión de Vox una vez más ha ido al enfrentamiento directo con Pedro Sánchez, a quien ha cualmachitoy ante el que ha hecho valer que ella ha perdido dos bebés. Una vez más, Ayuso camufla el debate serio tras el ataque personal, convirtiendo la política en una tertulia televisiva de bajo calado. Pero a Sánchez ya le va bien el duelo con la presidenta madrileña, con el que, de paso, debilita una vez más.
Ayuso, sin embargo, no tiene una posición precisamente coherente en el asunto. De hecho, acaba de desautorizar a su consejera de Sanidad, que votó a favor del registro de personas objetoras de conciencia de la práctica del aborto, un requisito legal del 2023. Un registro que en ningún caso es una lista negra, como dice Ayuso –los ciudadanos no pueden consultarla–. De hecho, la Comunidad de Madrid cuenta con un registro similar para la ley de eutanasia. Simplemente, a remolque de lo que hace dos semanas ocurrió en el ayuntamiento de la capital española, donde a propuesta de Vox se aprobó un texto sobre el síndrome del postura –síndrome sin ninguna evidencia científica–, Ayuso ha aprovechado para marcar posición ideológica en el campo de las guerras culturales con el objetivo de evitar que Abas de ir por libre ante un Feijóo siempre lento y descolocado.
La iniciativa del ejecutivo socialista de pedir un informe consultivo al Consejo de Estado para modificar el artículo 43 de la carta magna e incorporar este derecho de las mujeres requerirá una mayoría cualificada en las Cortes. Es decir, serán necesarios los votos del PP. Difícilmente los obtendrá. Pero más allá de eso, existe otro problema. Hay dudas técnicas sobre su eficacia: dentro del mundo jurídico, hay quien considera que la medida podría producir un efecto boomerang. No queda claro si la modificación protege más el aborto, un derecho que, con el cambio, no quedaría enmarcado en la sección que regula los derechos fundamentales y las libertades públicas, y, por tanto, no se sabe si ese derecho ya está suficientemente protegido gracias a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Todo, muy poco serio.