La extrema derecha, la gran ganadora de las elecciones en Extremadura
La presidenta extremeña, María Guardiola, decidió adelantar las elecciones autonómicas frente al bloqueo al que se encontraba sometida por parte de Vox. Era una jugada arriesgada, a cara o cruz, y salió cruz. El PP solo pudo sumar un diputado más a los 28 que ya tenía, muy lejos de los cinco que necesitaba para sumar mayoría absoluta. Y eso en un contexto de hundimiento total del PSOE, que pierde 10 y pasa de 28 a 18. En cambio, quien sale más reforzada de estos comicios es la extrema derecha, que gana 6 diputados y pasa de 5 a 11. Por su parte, la confluencia unitaria de la izquierda Unidas por Extremadura escaños.
El mapa global muestra que, en consonancia con la ola reaccionaria global, la derecha en su conjunto aumenta de forma considerable su hegemonía en un territorio que históricamente había sido un feudo del PSOE. Sin embargo, no hay ningún indicio de que la convivencia entre el PP de Guardiola y Vox tenga que ser pacífica. El PP es sin duda la fuerza mayoritaria en Extremadura, pero el sueño de tener manos libres para gobernar se esfuma. Y ésta es una mala noticia también para Alberto Núñez Feijóo, que desde las elecciones generales se marcó como objetivo minimizar la fuerza de la extrema derecha, y lo ocurrido es exactamente lo contrario.
En el caso de Extremadura se suma un problema. Guardiola se ha convertido en una suerte de objetivo prioritario para Vox, ya que la presidenta extremeña tiene un perfil moderado, al estilo de Moreno Bonilla, y ha dicho por activa y por pasiva que no quiere gobernar con la extrema derecha. Habrá que ver qué tono adopta ahora Guardiola y también hasta qué punto Santiago Abascal la pandilla para enviar un mensaje a Feijóo. Y es que Vox no solo vuelve a tener la sartén por el mango en Extremadura, sino que lo hace con una posición de fuerza mayor, ya que es el partido que más ha crecido.
En el campo de la izquierda, el batacazo del PSOE es histórico y también lanza un mensaje muy claro a la Moncloa en el sentido de que el desgaste por la parálisis del gobierno y los escándalos de los últimos meses está pasando factura. En Extremadura se demuestra algo que ya se produce desde hace tiempo, y es que los socialistas sólo tienen a Pedro Sánchez como activo electoral y, con la excepción de Salvador Illa, se han quedado sin referentes territoriales. En este caso, además, presentar un candidato, Miguel Ángel Gallardo, que está pendiente de juicio por el caso que afecta al hermano del presidente español ha sido una opción incomprensible.
Como última reflexión vale la pena destacar que el crecimiento espectacular de Vox se da en un territorio con muy poca inmigración, un 4,4% sólo de población extranjera, y con un peso del empleo público que se acerca al 25%. Esto significa que en la política actual la realidad no cuenta tanto como la percepción de la realidad, y aquí es donde la extrema derecha sobresale en el arte de presentar escenarios catastrofistas y vehicular discursos de odio a través de las redes. Ésta es la principal lección de cara a próximas contiendas electorales.