La hora de desatascar la financiación

Después de más de un año de negociaciones entre ERC y el PSOE (con el PSC en medio), se avecina la hora de la verdad en la cuestión de la financiación singular para Catalunya. Este mes de enero, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene previsto hacer pública su propuesta de reparto de fondos, un ejercicio que en España no se hace desde que se aprobó el último sistema de financiación, en el 2009. La cuestión de la recaudación del IRPF quedará para más adelante, después de que se haya comprobado que la hacienda catalana actual por estarlo. Ahora bien, Montero debe poner cifras sobre la mesa, y la que más interesa en Catalunya es cuánto dinero de más tendrá la Generalitat para financiar sus competencias. Pero también habrá que ver cómo quedan el resto de territorios, especialmente la Comunidad de Madrid, que se beneficia del efecto capital y practica un dumping fiscal altamente insolidario respecto al resto de territorios, así como Andalucía, que es la autonomía más poblada.

Lo que se sabe hasta ahora es que Montero situará a Andalucía y Catalunya como los territorios que recibirán más recursos extras y buscará fórmulas para penalizar a Madrid. No en vano la ministra dejará su cargo en breve para preparar la batalla contra Juanma Moreno Bonilla en las elecciones andaluzas de junio. La incógnita es si el acuerdo cumplirá con el criterio de ordinalidad, tal y como establecía el pacto de investidura de Salvador Illa entre ERC y el PSC, ya que el PSOE se negó a enfriarlo en la última Comisión Bilateral Generalitat-Estado.

Cargando
No hay anuncios

En realidad, lo que está en juego es si Pedro Sánchez tendrá el coraje para sacar adelante el acuerdo y defenderlo ante los suyos varones y la previsible oposición de la derecha. Si es capaz de explicar a la opinión pública que ciertos territorios, en especial Baleares, Comunidad Valenciana y Cataluña, han sido maltratados financieramente desde que se puso en marcha el sistema autonómico y que ha llegado la hora de ponerle solución. Y que los datos indican que la democracia no ha servido para reequilibrar los distintos territorios sino que lo que se ha producido es una concentración de recursos en Madrid, que ha actuado como una aspiradora que ha desertizado a su alrededor. En realidad, el nuevo sistema de financiación debe servir para comprobar si Sánchez tiene el valor de plantear una alternativa al modelo centralista que ha funcionado hasta ahora y en dibujar un horizonte distinto.

Este nuevo horizonte también debe concretarse en otros proyectos, como el traspaso de Cercanías a Cataluña, que también debe ver pasos importantes este mes de enero, o la construcción del Corredor Mediterráneo. Porque, entre otras cosas, el modelo radial y madrileñocéntrico lo que ha provocado es más desigualdad y una hegemonía ideológica de la derecha, tal y como se ha visto en Extremadura. Si Sánchez quiere tener una mínima oportunidad de mantener el cargo después de las próximas elecciones, debe acelerar todos los cambios que prometió. Y la primera parada es la financiación.