Mazón, en manos de Maribel Vilaplana

Partiendo de la base de que es una anomalía de que Carlos Mazón siga siendo presidente de los valencianos un año después de la dana, y más después de la humillación pública sufrida en el homenaje a las víctimas de la semana pasada, este lunes aún puede vivir otro día aciago. La declaración ante la juez de Catarroja de la periodista Maribel Vilaplana, que compartió un almuerzo y una sobremesa de cuatro horas con el presidente mientras morían decenas de valencianos arrastrados por la riada, se perfila como clave para su futuro político.

Vilaplana es la persona que mejor puede explicar cuál fue el comportamiento del presidente en las horas críticas de la dana, quién puede reportar qué llamadas atendió y cuál era su grado de preocupación o, mejor dicho, de despreocupación. Al contrario que los cargos imputados por la jueza –la consejera Salomé Pradas y su número dos, Emilio Argüeso–, Vilaplana está obligada a decir la verdad, ya Mazón no le debe ninguna lealtad política. Por el contrario, se puede afirmar que el presidente valenciano ha manchado para siempre su imagen y ha condicionado su carrera profesional.

Cargando
No hay anuncios

Vilaplana, pues, puede ser el eslabón débil por donde empiece a tomar cuerpo la imputación de Mazón, que no será inminente pero se puede empezar a construir este lunes. Hay que tener en cuenta que la juez, Nuria Ruiz Tobarra, ha evitado hasta ahora investigar directamente a Mazón porque quería acumular mucha más información antes de dar el paso, y que ha sido la Audiencia quien ha acelerado el paso a petición de las acusaciones. Sin embargo, la cantidad de indicios que se acumulan contra Mazón empieza ya a ser ingente. La propia Pradas ya dejó claro el viernes que ella sí había informado puntualmente al presidente de que se estaba debatiendo la posibilidad de enviar una alerta a los móviles, en contra de lo que él ha declarado en varias entrevistas. Si Vilaplana declara que recuerda haber oído algo sobre una alerta, o que el propio Mazón le hubiera hecho un comentario al respecto, significaría el fin de la escapada para Mazón.

Cargando
No hay anuncios

Recordemos que el objeto de la investigación es esclarecer el motivo del retraso en el envío de la alarma. Y si se demuestra que, sea por acción u omisión, la actitud indolente de Mazón ese día fue uno de los factores que provocaron la demora, podría tener que afrontar responsabilidades penales, además de las políticas que aún no ha asumido personalmente. Da la impresión de que ni Mazón ni el PP habían calculado el impacto que tendría el primer aniversario de la catástrofe, y en los últimos días se están convirtiendo en un auténtico calvario para el presidente valenciano. Si tuviera un mínimo de dignidad, habría dimitido ya hace mucho tiempo. Ahora afronta una situación endemoniada y cada día que pasa se clava un clavo más en su ataúd político. Este lunes es el turno de Vilaplana. Pero vendrán muchos más en el futuro. Y no hay posibilidad alguna de que esta historia acabe mínimamente bien para él.