Actividad económica

Un crecimiento que requiere un mejor reparto y presupuestos

Compras en el Portal de l'Àngel, este jueves, primer festivo abierto de la campaña de Navidad / MANOLO GARCÍA
23/12/2025
3 min

Desde hace meses, la mayoría de servicios de estudios y organismos de todo tipo revisan al alza sus previsiones de crecimiento. El más reciente ha sido el Banco de España, que calcula que el producto interior bruto (PIB) crecerá este año, pero también en 2026 y 2027, más de lo inicialmente estimado. De hecho, este 2025 a punto de terminar casi se acariciará el 3%. En concreto, será un 2,9% y los ejercicios posteriores, un 2,2% y un 1,9%.

Es verdad que, como un coche, una parte de la subida tiene relación con la inercia. Dado que la economía española cerrará el ejercicio actual mejor de lo previsto, el arranque del próximo ejercicio mantendrá un buen ritmo. Las estimaciones para el cuarto trimestre de 2025 son bastante positivas, con un alza intertrimestral de entre 0,6% y un 0,7%. Cataluña también mantiene una velocidad de crucero destacada, con un incremento del 0,8% en el tercer trimestre y una tasa anual del 2,4%.

Son, sin duda, elementos positivos. Lo constata el Estado con una recaudación por impuestos que antes de finalizar el año supera por primera vez los 300.000 millones de euros, impulsada por la mejora en el empleo, que alimenta los ingresos por el IRPF, o la buena evolución del consumo, que beneficia a la recaudación de IVA.

Pero no todo son datos tan positivos. Las cifras definitivas del tercer trimestre publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que las exportaciones, es decir, el comercio exterior, se debilitaron. El organismo estadístico confirmó que el PIB español creció un 0,6% entre julio y septiembre. Sin embargo, esta evolución al alza de la economía se frenó en una décima respecto al segundo trimestre, cuando el incremento fue del 0,7%. El sector exterior fue uno de los elementos que provocó. En Cataluña, donde la industria y, por tanto, el sector exterior, tiene más peso, las exportaciones mantienen su solidez, pese a la coyuntura internacional desfavorable.

En todo caso, el riesgo es que buena parte de la población no perciba esta bonanza económica. Como cuando uno va por la autopista y ve que todo el mundo le adelanta y que él se va quedando atrás. De hecho, está ocurriendo por ejemplo con la práctica inaccesibilidad a la vivienda. Al bajar de la macroeconomía, de las grandes cifras, a la microeconomía, vemos que el reparto de la riqueza mantiene desigualdades y desequilibrios demasiado elevados. Es la gran asignatura pendiente, que requiere actuaciones públicas que permitan una mejora del PIB per cápita, es decir, de la porción de la tarta de la economía que le corresponde a cada uno. Y para ello son necesarios también presupuestos, tanto a nivel estatal como autonómico. Y también una financiación autonómica más justa.

Tanto el Estado como Catalunya comienzan un nuevo ejercicio con sus cuentas prorrogadas por tercer año consecutivo, lo que significa que las cifras previstas son las que se incluyeron en la ley que se aprobó en marzo del 2023, porque también fue imposible aprobarlas en diciembre del ejercicio anterior. No es suficiente con vivir de los aumentos de la recaudación. Es necesaria una hoja de ruta para aplicar las políticas para reducir las desigualdades y mejorar la situación que se vive con la vivienda, uno de los mayores problemas a afrontar. Los partidos políticos deberían hacer un esfuerzo de responsabilidad y llegar a acuerdos que permitan tener presupuestos lo antes posible.

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