Nuevo presidente valenciano, pero el propio gobierno de Mazón

Quizás era demasiado optimista pensar que el nuevo presidente valenciano, Juanfran Pérez Llorca, haría limpieza en el gobierno responsable de la pésima gestión de la dana tras la dimisión de Carlos Mazón, ya que, efectivamente, no ha sido así. No en vano Lorca era la mano derecha de Mazón y su portavoz en Les Corts. El nuevo presidente apuesta por el continuismo y mantiene el grueso del Consejo de Mazón, pero sí ha introducido algunos cambios quirúrgicos con una clara lectura política.

En este sentido, dos de los consejeros más directamente señalados por la gestión de la dana, la vicepresidenta Susana Camarero y el consejero de Educación, José Antonio Rovira, o bien pierden competencias o bien se les traslada de departamento. Camarero dejará de ser la portavoz del ejecutivo, un gesto dirigido a las víctimas, y tampoco gestionará la reconstrucción, que pasará a manos de un cargo de nueva creación. Camarero también pierde las competencias en Servicios Sociales, que eran los responsables de alertar a la población de mayor edad ya los geriátricos. Recordemos, además, que Camarero ha sido la cara que ha defendido Mazón cada semana el último año y que se hizo tristemente famosa porque el día de la dana se fue a una gala de premios mientras l'Horta Sud se inundaba y envió el siguiente mensaje al número dos de Emergencias cuando éste le informó de lo que ocurría: "Jope, si necesitas algo nos dices". Eso sí, continuará con el cargo de vicepresidenta y con las competencias sobre Vivienda.

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Por su parte, Rovira se desentendió completamente el día de la dana y no dio ningún orden para que se suspendieran las clases. Es más, ese día se fue a Alicante a una comida familiar. de un instituto de Cheste –que suspendió las clases y salvó así a sus alumnos– de su propia muerte porque luego decidió regresar a Valencia y le atrapó la riada abandonando Educación y pasará a ser nuevo conseller de Economia i Hacienda.

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Con este movimiento, Lorca busca pacificar la guerra que Rovira tenía abierta con la comunidad educativa, sobre todo por su obsesión contra el valenciano. La nueva consejera del ramo será María del Carmen Ortí Ferre, con un perfil más técnico que político. El nuevo presidente también se ha reservado las competencias en Política Linguística y su intención, según él mismo, es despolitizar el tema de la lengua.

Ahora bien, estos dos gestos no esconden dos cosas especialmente graves: la primera, que se trata de un gobierno con el sello del anterior presidente, donde continúan ocho de sus consejeros –sólo marcha el ex de Ciudadanos Ruth Merino– y entran tres nuevos, y la segunda es que es un ejecutivo que depende completamente. Resulta difícil digerir para las víctimas de la dana ver los mismos rostros en la foto oficial del Consell que el fatídico 29-O, y más difícil aún de justificar para Alberto Núñez Feijóo, que pide cada día elecciones en España, que no se haya votado en la Comunidad Valenciana tras una de las peores catástrofes de la misma.