Juntos pone de acuerdo al PP y al PSOE con la multirreincidencia
En el clima de polarización máxima que se vive en Madrid, resulta realmente sorprendente el acuerdo que se ha producido en torno al proyecto de ley de Junts para luchar contra la multirreincidencia. El texto estaba bloqueado desde hacía un año, pero este jueves ha revivido después de que el informe de la ponencia de la ley haya recibido el apoyo del PSOE, el PNV y, atención, el PP y Vox. El movimiento resulta desconcertante, porque la iniciativa de Junts ha producido un consenso inédito en la política española y ha desplazado al eje de gravedad del PSOE hacia la derecha, ya que los socialistas han renunciado a sus socios habituales de izquierdas.
En todo caso, la maniobra demuestra varias cosas. La primera es que el PSOE está dispuesto a moverse para conseguir el apoyo de Junts. Pero también el PP, porque lo extraño es que los populares y Vox acepten sumar sus votos a los socialistas, a los que acusan cada día de ser una "mafia", y propicien una nueva victoria parlamentaria de Pedro Sánchez. El PSOE necesita ganar varias votaciones en el Congreso para poder demostrar que la legislatura sigue viva sin importarle cuál sea la geometría parlamentaria. Y por eso sorprende que el PP y Vox le faciliten las cosas en este caso concreto.
Lo segundo es que ahora mismo Junts es el partido que tiene más capacidad para condicionar las votaciones en el Congreso, ya que puede pactar tanto con el PSOE como con el PP. De hecho, en el caso de la ley contra la multirreincidencia, los junteros han logrado la cuadratura del círculo, es decir, incorporar cambios propuestos por ambos partidos sin que ninguno de ellos se descuelgue del acuerdo. También queda claro que la voluntad de Junts no es derribar al gobierno Sánchez, sino conseguir la máxima influencia. Y, desde ese punto de vista, la ruptura está funcionando como un catalizador de cambios.
El texto de Junts propone un endurecimiento general de las penas para luchar contra un fenómeno que genera mucho malestar ciudadano. Así, plantea castigar con entre uno y tres años de cárcel el robo de "dispositivos móviles informáticos o de comunicación, o dispositivos electrónicos o tecnológicos". Se añade así esta tipología de hurto al tipo agravado cuando actualmente no está recogida en el Código Penal. Además, en el caso de hurtos considerados leves –cuantías inferiores a 400 euros– y castigados únicamente con multa, cuando se hayan cometido más de tres serán castigados con prisión.
Lo que se busca es evitar la sensación de que este tipo de ladrones multirreincidentes "entran por una puerta y salen por la otra". Pero la realidad es más compleja y no se soluciona con un endurecimiento de penas. Muchas veces esta impunidad es más producto de la saturación de los juzgados que de las penas en sí, de modo que lo que debería sería que se invirtiera más para reducir los tiempos de espera de los juicios. Éste debería ser el siguiente paso si de verdad se quiere luchar contra este tipo de delincuencia crónica.