Santi Navarro: "Hicimos la transición hacia una agricultura ecológica más por una cuestión medioambiental y de salud que económica"
Propietario de Explotaciones Agrícolas Mas de Baix
En 2023, Explotaciones Agrícolas Mas de Baix, de Tivissa, en la Ribera d'Ebre, recibió unos de los premios a Mejores Productores Sostenibles que otorga BBVA. Su apuesta por la agricultura ecológica en su finca, donde cultivan melocotón, nectarina, albaricoque y paraguayo les hizo valer esta distinción, que ha tenido en cuenta su firme apuesta por la biodiversidad y la salud.
¿Por qué decidieron hacer la transición hacia una agricultura ecológica?
— Decidimos realizar este cambio en un momento en el que vimos que estábamos tirando muchos productos químicos para llegar a tener una buena cosecha. Cuando nos pusimos, vimos que funcionaba. Así que hicimos la transición hacia una agricultura ecológica más por una cuestión medioambiental y de salud que económica.
¿Qué cambios os supuso en vuestra forma de trabajar?
— Mantenemos nuestra forma de hacer, pero en lugar de utilizar productos químicos de síntesis, ahora utilizamos productos químicos naturales para tratar nuestros productos.
Vuestra apuesta por la biodiversidad es una de las piezas clave de esta conversión. ¿Qué os ha aportado?
— Pues nos hemos encontrado con que algunas enfermedades que cogían nuestros cultivos, ahora han desaparecido. Quizá hay quienes haciendo producción ecológica son más difíciles de combatir, pero otros como el oídio o la mosca de la fruta, las tenemos solucionadas. Hoy se pueden solucionar bien con productos ecológicos, incluso la agricultura convencional dispone de muchos productos que tampoco son tan agresivos como lo eran años atrás. Ahora, el mayor problema que tiene la agricultura convencional es el herbicida y los abonos químicos, que no dejan que se creen determinadas bacterias en el terreno y que son necesarias.
¿Qué producción de fruta ecológica realizáis anualmente?
— En total, y sumando todas las variedades que producimos, realizamos alrededor de los 450.000 kilos al año.
¿Creéis que el consumidor valora cómo corresponde los productos del campo ecológicos que encuentra en el mercado o todavía hay trabajo por hacer en este sentido?
— No, no lo hace todavía. En nuestra opinión, en España nunca se ha valorado lo suficiente, pero ahora mismo, llevamos dos años con un retroceso bastante importante. Incluso a nivel europeo. La gente no compra fruta ecológica. El mercado se ha estancado y la fruta ecológica sufre unos precios mayores que el resto y una bajada de producción. Además, la gente se conforma con productos que provienen de producciones integradas y se importa mucho producto de afuera, que la gente prefiere comprar porque es mucho más barato. Esto entra en contradicción al hacer las cosas bien.
El BBVA os ha galardonado como uno de los mejores productores sostenibles del Estado. ¿Qué ha supuesto para ustedes?
— El premio ha hecho que nos hayan conocido un poco más aquí, aunque nosotros exportamos nuestros productos fuera del país y nuestro principal consumidor, en consecuencia, se encuentra fuera.
¿A qué países exportáis?
— No exportamos de forma directa, sino que lo hacemos a través de una sociedad que se encuentra en Lleida. Principalmente, exportamos a Suiza y Alemania, aunque, en ocasiones, también hacemos llegar nuestra fruta a los Países Bajos y a Francia.
¿Con qué retos se enfrentáis el futuro de la empresa?
— El tema agrícola, en estos momentos, tiene un futuro muy complicado. De todas formas, nosotros ahora hemos obtenido el certificado Deméter en agricultura biodinámica para ver si podemos ampliar nuestro mercado. Esto ya se verá en los próximos dos o tres años, pero el sector agrícola está ahora en un momento pesimista: los gastos de cultivo y producción suben, pero el consumidor cada vez quiere pagar el producto más barato y la competencia desleal es cada vez más fuerte. Por eso, cada vez somos también menos gente trabajando en el campo.