Ejercicio y salud

"Hace 10 años en los gimnasios no había mujeres en la zona de musculación; ahora hay muchas"

Crece el interés por los ejercicios de fuerza, que se ha descubierto que tienen numerosos beneficios para las mujeres sobre todo a partir de los 35 años

BarcelonaCon un vistazo rápido a los perfiles deinfluencers y en etiquetas como #girlswholift es suficiente para detectar una nueva tendencia entre las mujeres: los ejercicios de fuerza. Personajes públicos como Madonna, la actriz Kate Hudson o la propia reina Letizia han explicado las ventajas de este tipo de entrenamiento, no sólo por poder tener un cuerpo fuerte y musculado, sino por todos los beneficios de salud asociados al mismo. La actriz Jennifer Aniston ha hecho público en más de una ocasión que combina su entrenamiento de fuerza con yoga y cardio, creando un enfoque equilibrado para su condición física. También asegura que el entrenamiento de fuerza le hace sentir más fuerte y segura.

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El caso es que los cuerpos musculados han dejado de ser vistos como un rasgo exclusivo del género masculino. Tener unos bíceps y tríceps fuertes y abdominales de acero ha pasado de ser algo sólo de hombres a convertirse en atributos deseables para muchas mujeres. Además, según un estudio realizado por el American College of Sports Medicine, la combinación de los ejercicios de fuerza con los de cardio es una combinación perfecta que también ayuda a perder peso, porque mientras que el cardio puede ayudarte a quemar calorías, los ejercicios de fuerza pueden aumentar la masa muscular y metabolismo.

Quien ha detectado esta tendencia es Luis Enrique Conde, director técnico de Clubs DiR, quien asegura que desde después de la pandemia ha crecido el número de mujeres que acuden a las zonas de pesos del gimnasio. “Hace diez años era rarísimo ver a mujeres en aquella zona haciendo ejercicios de fuerza; ahora muchas hacen dos días a la semana, aparte de seguir haciendo spinning o aeróbic”, asegura Conde.

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De entre estas mujeres, el director técnico distingue dos franjas de edad muy distintas. Por un lado, están las mujeres que están por debajo de la treintena y que realizan los ejercicios de fuerza motivadas sobre todo por un componente estético. "El estándar de belleza femenina ya no implica ser delgada y tener cierta talla, sino estar en forma, con músculo y curvas con una masa muscular detrás", continúa.

Por otra parte, las mujeres a partir de los 35 años buscan los beneficios de realizar este tipo de ejercicios para la salud. "Quieren mantener el pico de masa muscular y el pico de densidad ósea, que se pierde con la edad", asegura Conde. Las redes sociales han contribuido mucho a divulgar todas las virtudes de este tipo de entrenamiento y no faltan los influencers que aparecen en las pantallas de muchas usuarias, aunque algunos sean de dudosa base científica, alerta Conde. Por eso hay que buscar siempre contenidos rigurosos realizados por profesionales de la salud o del deporte.

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Beneficios durante la menopausia

Quien sí está muy activa en las redes y es muy partidaria de los ejercicios de fuerza es la ginecóloga, obstetra y fundadora de WoMer, Marimer Pérez. Jamás se cansa de asegurar que este tipo de entrenamiento es fundamental para la salud hormonal en cualquier etapa de la mujer, sobre todo a partir de los cincuenta años y con la llegada de la menopausia. “Fortalecer la masa muscular no sólo protege a los huesos y las articulaciones, y previene así la osteoporosis, sino que también potencia el sistema inmunitario y la resistencia a la insulina, y mejora el metabolismo”, afirma. Además, "tiene beneficios a nivel cerebral, ya que ayuda a reducir la ansiedad y mejora la calidad del sueño". La doctora siempre pone énfasis en la necesidad de variar los ejercicios y adaptarlos a las necesidades individuales para evitar lesiones y maximizar los beneficios.

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Con tantos inputs positivos, no es raro que cada vez más mujeres se apunten a realizar ejercicios de fuerza. Pero ¿por dónde empezar? Según Luis Enrique Conde, lo importante es aprender bien los movimientos básicos. “Saber hacer bien un sentadillo, un peso muerto, un remo y un ejercicio de impulso son los cuatro pilares básicos. A partir de ahí, se trata de ir haciendo variaciones y diferentes tipos de carga con los pesos”, explica el director técnico, que considera que muchas mujeres se centran en la zona de piernas y glúteos y con frecuencia se olvidan de los brazos y el hombro. "Todos los ejercicios son igual de importantes", remarca.

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Una nueva presión estética

Ahora bien, ¿hasta qué punto esta nueva tendencia no deja de ser, en realidad, una nueva presión estética para las mujeres? Según Begonya Enguix, directora del programa del grado interuniversitario de antropología y evolución humana de la UOC, el hecho de que las mujeres hagan ejercicios de fuerza no es algo reciente, lo que ocurre es que ahora ciertas figuras públicas en ejercicio de poder están haciendo visible ese tipo de cuerpo. “Y como mujeres como la reina Letizia siempre están sometidas a crítica, si hacen porque hacen, si no hacen porque no hacen; éste ha sido un nuevo disparador de debate público”, explica Enguix.

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En realidad, hay celebrities como Madonna que llevan más de veinte años mostrando un cuerpo musculado. “La diversidad de cuerpos ha existido siempre y las mujeres musculadas también, pero entonces era visto como algo masculino. Y ahora se suma un nuevo fenómeno: el bombardeo que reciben las mujeres a través de las redes sociales sobre la necesidad de realizar ejercicios de fuerza”, continúa. Además, es un mensaje dirigido a muchas franjas de edad, desde los treinta años hasta las mujeres menopáusicas. Un nuevo canon estético “con un discurso médico-saludable donde se machaca a la mujer para que vaya al gimnasio a realizar este tipo de ejercicios”, dice Enguix.

Y bajo el pretexto de la salud y de su difusión a través de personajes públicos, "a las mujeres se les está diciendo lo mismo que se les ha dicho siempre: que sobre el cuerpo de la mujer tiene derecho a opinar a todos" , continúa. "Su cuerpo pertenece más a la sociedad que a la misma mujer, y sobre ella siempre hay una supervigilancia, haga lo que haga", dice la antropóloga. En este caso, la diferencia es que, décadas atrás, el hecho de que una mujer tuviera músculo era una transgresión de género y “incluso su sexualidad podía ser cuestionada”. Sin embargo, ahora ser una mujer con músculo es sinónimo de salud. “Pero el músculo debe ser justito, porque si te pasas, tampoco está bien visto. Es un músculo que no decides tú, sino la medicina y los millones de opinadores”, lamenta Enguix. "Nadie habla de los bíceps de Pedro Sánchez, y si se enseñan los abdominales de Aznar es para glorificarlos porque son coherentes con un cuerpo masculino", pone de ejemplo.

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Para la antropóloga, siempre es positivo visibilizar distintos modelos de cuerpo de mujer, porque la diversidad ha existido siempre. "Lo que deberíamos hacer es ir hacia una visibilización de modelos diferentes que no comportara ni el juicio ni la crítica sobre unos cánones estéticos que ya están obsoletos", continúa. Al final, cada uno debe tener el cuerpo que pueda dentro de sus posibilidades, "y que sea el que te haga la vida más habitable posible", concluye.