Estilos

11 terrazas para disfrutar de las noches de verano

Puestas de sol, vistas imponentes y zonas monumentales se maridan a la perfección con gastronomía y coctelería

BarcelonaLas noches de verano nos hacen disfrutar al aire libre y ahora mismo no hay ningún plan mejor que esperar a que baje el sol y recibir el anochecer en una buena terraza. Puestas de sol, vistas imponentes y zonas monumentales son la oferta de estos espacios que este año llegan llenos de novedades para no dejar de sorprender a la clientela. Con el retorno de la actividad en las ciudades, las propuestas al aire libre se cuentan por decenas, hay nuevos espacios panorámicos, alguna renovación, cartas cambiadas y nuevas propuestas de ocio para hacer disfrutar a sus visitantes. He aquí una selección de lo más cool.

1.

El nuevo mirador de Barcelona

Para ver inéditas puestas de sol con sello barcelonés hace falta acercarse a la nueva propuesta de moda en la ciudad: el Tope, la enorme azotea de casi 360 grados del Hotel The Hoxton, al lado de la Torre Agbar y con una vista impresionante y bastante singular de Barcelona desde este lado de la ciudad. Los bafles no tienen rival y animan la contemplación del skyline con una propuesta para picar que no decepciona: tacos, guacamoles y cócteles. Para complementar la comida, en la planta baja el restaurante Four Corners tiene pizzas grandes como las americanas, pero absolutamente italianizadas.

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2.

Joia al Gótico

El nuevo Hotel Kimpton Vividora, ejemplo de lujo sencillo y contemporáneo con aires internacionales, ha aterrizado en la ciudad y con una terraza que compite en la carrera por tener las mejores vistas de Barcelona desde el centro del Barrio Gótico. La Terraza de Vivi, tal como se denomina este espacio, es un rincón refrescante, lleno de verde y con piscina, y que ofrece comida, bebida y una vista 360 grados. El espacio está dominado por una barra de diseño, decorado con refinadas lámparas y aliñado con una gastronomía de tapas tradicionales y cócteles contemporáneos, entre otros.

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3.

Oasis entre azoteas

A resguardo entre diferentes azoteas del Eixample, acaba de abrir su rooftop el Gallery Hotel, bautizado como The Top. Con un ambiente cosmopolita que caracteriza esta zona de la ciudad, el espacio mezcla público extranjero y local. Su ubicación arriba de todo de la calle Rosselló supone un respiro en medio del Eixample, puesto que en la terraza no se percibe el calor del asfalto ni la vorágine de los coches, lo que supone todo un paréntesis en medio de Barcelona. La azotea del hotel propone en su primera temporada de existencia coctelería y platillos de personalidad muy diversa, como cazuelitas de queso, empanadas y foie, maridados con coctelería de autor.

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4.

Gastronomía de altura

El Gran Hotel Calderón de la rambla de Catalunya acaba de lanzar nueva propuesta gastronómica en su azotea de la mano del chef Joel Tomàs bajo la supervisión del reconocido Abel Valverde. El espacio, Tablafina, propone una carta de producto local repescando las recetas clásicas en versión actualizada. Mención a parte merece el ambicioso expositor de quesos acompañado de una carta de vinos con una sesentena de referencias, de los cuales más de cuarenta se pueden probar en copas, un hecho afortunado y poco habitual cuando se trata de vinos de calidad. Esta propuesta se complementa con el espacio Eleven BCN, que, desde la undécima planta del edificio en el cruce con la Gran Via, ofrece una propuesta de coctelería diseñada por el bartender Marlon Ruocco y con vistas a la ciudad. Su nueva carta incluye 15 cócteles internacionales que combinan creatividad, belleza estética y referencias al producto local.

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5.

Con fuego y música

El Hotel W de Barcelona se ha acercado a la playa moviendo su restaurante interior –Fire– hacia el borde del mar, acercándolo al balcón que mira hacia el litoral de la Barceloneta. Así, su terraza plantea este año la propuesta Bonfire, que mezcla fuego y gastronomía entrelazados con espectáculos en vivo que entretienen a los comensales como los malabares con llamas y los hula-hoop ardientes. En noches concretas, el restaurante se traslada unos metros allá y ofrece platos cocinados a base de brasa.

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6.

El lugar de moda

Con un ambiente increíble, la misión imposible en el espacio The Rooftop, en el Hotel Sir Victor de Barcelona, es encontrar lugar sin haber reservado. Si bien el espacio no es nuevo, sí que lo es su carta, que apuesta por las recetas griegas. Con vistas a la Sagrada Familia y a la Casa Milà, los comensales pueden probar platos como el hamachi a la parrilla, ensaladas griegas y la maroulosalata. El chef ejecutivo Jesse Katzman remarca que su carta se inspira este año en los mercados de la Mediterránea, con protagonistas como la lubina, las verduras y el limón. Todo amenizado, en algunas jornadas, con sesiones de DJ que acaban de enlazar un ambiente absolutamente festivo.

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7.

Presidiendo la plaza Catalunya

El Sky Bar del Hotel Iberostar es, como indica su nombre, una azotea que toca el cielo y que permite a sus clientes sentirse como verdaderos presidentes de la plaza de Catalunya y del mundo. Este espacio a muchos metros de altura (no apto para personas con vértigo) ha renovado el mobiliario para ponerlo en consonancia con el estilo neobarroco del establecimiento. También estrena esta temporada nueva carta de cócteles para dar la mejor de sus versiones a locales y turistas. Así, los clientes pueden degustar una selección de hamburguesas, embutidos y quesos, así como una nueva carta de cócteles.

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8.

Paréntesis en Balmes

Varela es la nueva terraza de Casa Varela en la plaza Molina. El espacio se ha reinventado con nueva decoración y nuevo nombre después de más de una década de consolidación. Ahora Varela es un paréntesis junto a la calle Balmes donde el azul es el color predominante para desconectar. En cuanto a la oferta gastronómica, se ha acortado y entre sus platos destacados encontramos unos macarrones con pluma ibérica y un arroz de morcilla con trompetas de la muerte, así como una selección de 24 tapas para adaptarse a la nueva manera de comer compartiendo.

9.

Al aire libre de Pla de Palau

El Rooster & Bubbles es un nuevo establecimiento en Pla de Palau que cuenta con una fantástica terraza, ideal al caer la tarde para hacer unas copas o bien para cenar al aire libre. Desde este espacio se puede ver el dinamismo de la Barcelona más portuaria y adentrarse en terreno guiri. Detrás del Rooster & Bubbles está Marc Casas, la tercera generación al frente de una rostisseria gourmet. Su abuelo, Joan Casas, fue el creador del formato de pollos al ast tal como se conocen ahora, según la importación del modelo de Alemania, cuando abrió en 1962 el Kikiriki. El boom fue que los pollos al ast se servían con cava, con las típicas copas Pompadour. Aquella apuesta fue una auténtica revolución y ahora su nieto actualiza el concepto, añadiendo al método de cocción que popularizó su abuelo no solo el pollo, sino también el cordero. Estas viandas se pueden comer al plato o bien en bocadillo. Y, por supuesto, no falta el cava.

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10.

Ruinas romanas a vista de pájaro

Pero no toda la oferta se concentra en Barcelona. En Tarragona, el Hotel H10 Imperial Tarraco tiene un rooftop para disfrutar, a vista de pájaro, de las valiosas ruinas romanas de Tarragona. Con una ubicación privilegiada, el Rooftop Bar Caelum permite ver en primera línea el anfiteatro romano y la catedral, y además de asomarse sobre el legado histórico de la ciudad romana, también tiene vistas al mar. Situada a la última planta del hotel, en esta terraza se pueden degustar aperitivos, snacks y cócteles.

11.

Magia en un cortijo tradicional

En Gualta, la masía Mas Sorrer es un emblemático espacio rodeado de campos, huertos y manzanos, donde parece que todo es posible. Su terraza permite a la clientela desconectar del ruido urbano e incluso trasladarse a otra época de la historia. Cuando cae el sol, se pueden degustar cócteles acompañados de música mientras se disfruta de las vistas del huerto. Buen ambiente, música y naturaleza. Mas Sorrer acoge programación muy variada, con conciertos y sesiones de yoga, y este fin de semana, además, celebra el Misonny Art Festival en la que será su segunda edición. En cuanto a la gastronomía, el restaurante Mas Sorrer propone cocina de producto con materia de proximidad y temporada, todo tratado sin formalismos y huyendo del protocolo clásico.