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"Me arrepiento de haberme tatuado"

Hablamos con personas que se han arrepentido de haberse tatuado sobre qué pueden hacer para eliminar los rastros de la piel

Una tarde, a la salida del instituto, Marta [nombre ficticio] se tatuó un delfín cerca del ombligo. Eran los noventa y otras amigas también se habían animado a hacerse pequeñas hadas, animalitos o estrellas en alguna parte del cuerpo. Estaban convencidas de que esos tatuajes las acompañarían para siempre, pero no podían estar más equivocadas. Hoy, la mayoría de ellas ya se los han borrado con láser o los esconden con cierta vergüenza. Su vida y sus gustos personales se encuentran en una etapa muy distinta de cuando iban al instituto.

Son muchas las historias de personas que, en algún momento, se han arrepentido de haberse hecho un tatuaje. Algunos aún recordamos a Melanie Griffith con su Antonio en el brazo, a Marc Anthony tatuándose el nombre de Jennifer López o a Ariana Grande equivocándose con un escrito en japonés. Y no hay que olvidar historias locas de fans que se tatúan el nombre de su ídolo en el rostro, como un seguidor de Messi, o que se cubren el cuerpo con imágenes de su cantante favorita, como ocurrió con un fan de Miley Cyrus.

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Errores a la hora de tatuarse pueden haber muchos. Las parejas no duran para siempre, algunos estilos, como los celtas o los tribales, pasan de moda y otros dibujos simplemente han sido hechos por un mal tatuador. Si a todo esto le sumamos que España es el sexto país donde más personas se tatúan, según un estudio realizado por Tattox en el 2022, y que casi la mitad de sus habitantes tienen, como mínimo, un tatuaje en el cuerpo, no es raro que también haya mucha gente que se equivoque a la hora de elegir el diseño.

¿Por qué nos tatuamos?

Hay muchos motivos por los que nos tatuamos. Sin embargo, algunos elementos suelen repetirse mucho entre los que optan por grabarse la piel. Para empezar, y según explica la psicóloga Pilar Guerra, un tatuaje remarca nuestra identidad. “Pone en evidencia nuestro temperamento y carácter, lo que tenemos y lo que no, con el fin de remarcar lo que nos diferencia de los demás”, explica. También es muy frecuente que nos tatuemos para dejar constancia en la piel de hechos, personas o situaciones que son importantes en nuestra vida. "Es así como la vivencia se convierte en experiencia y se sella en nuestra piel para que, con el paso del tiempo, no se borre el recuerdo", dice Guerra. Por último, un tatuaje aporta fortaleza personal, incluso a las personas introvertidas. “Buscan el tatuaje para expresarse, aunque lo lleven en zonas ocultas del cuerpo y no lo vean los demás. Esto les reafirma su mundo interior”, concluye la psicóloga.

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Eliminar con láser

Cuando esto ocurre, hay que hacer una visita a lugares como Tattoo Cleaners, una cadena de franquicias que, desde hace más de diez años, se dedican a eliminar tatuajes con la técnica del láser. "Lo habitual es que vengan para borrarse el nombre o la inicial de alguna expareja o porque el tatuaje ya está pasado de moda", explica Katy Elez, directora de los centros. Como le ocurrió a Jordi [nombre ficticio], que en su momento se tatuó el nombre de su pareja a la altura del corazón. “Realmente pensaba que estábamos hechos el uno para el otro”, admite con cierta ironía.

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Los clientes que entran en los locales de eliminación de tatuajes suelen tener entre veinticinco y cuarenta y cinco años, tanto hombres como mujeres, que a menudo se arrepienten de haberse hecho tatuajes en momentos vitales muy distintos a los que están ahora. “Quizás tuvieron una época más loca y poco centrada, pero ahora ya no se identifican con todo eso”, continúa Elez. Es el caso de Enric [nombre ficticio], que de joven se tatuó una jarra de cerveza en el brazo. "Fue una apuesta con los amigos", ríe.

Sobre todo se los quieren eliminar si están ubicados en zonas visibles del cuerpo, como los brazos, el hombro, el pecho o el cuello. "Las chicas son las que más se los eliminan en estas áreas", remarca la directora de los centros, que suelen cobrar entre cuarenta y sesenta euros por sesión. Muchas veces son los motivos laborales los que más pesan a la hora de deshacerse de un tatuaje. Sea porque trabajan en una oficina y quieren que los tomen "en serio", o porque directamente no tienen permitido mostrar tatuajes durante la jornada de trabajo. "Los cuerpos de seguridad tienen prohibido mostrar tatuajes en zonas descubiertas como el cuello, porque esto les permitiría ser identificados", explica Elez.

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Complicaciones con la tinta

Antes de que existiera la técnica del láser, era muy habitual que, si a una persona no le gustaba su tatuaje, se hiciera un cover. Es decir, se hacía un tatuaje sobre el otro. “Esto quería decir que tenía que ser mayor y más oscuro para poder cubrir el de abajo”, explica la experta, que a menudo se encuentra a personas que quieren eliminarse el cover, lo que supone el doble de trabajo, porque hay más tinta que eliminar.

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Para los tatuajes normales, asegura que tan solo se necesitan entre seis y diez sesiones para eliminar uno, aunque en algunos casos es algo más complicado. “Todo depende de cuánto haga que lo tengas: cuantos más años, más fácil eliminarlo. También depende de qué tipo de tinta se haya utilizado, si está a mucha profundidad y del tipo de tatuaje”, explica Elez. Así pues, es mucho más fácil eliminar tatuajes con estilos más difuminados y sombreados que los que tienen líneas más marcadas.

Si son dibujos con colores, la cosa se complica aún más. "La tinta roja es la que mejor se elimina, pero también es una de las que provoca más reacciones alérgicas, tanto cuando se hace el tatuaje como cuando se elimina", explica la directora. También existen algunos colores como el turquesa, el azul o el amarillo que pueden dejar algún rastro. "Normalmente, quedan muy claritos y se confunden con la piel o alguna vena pequeña", continúa.

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Otra tendencia que se ve mucho en los centros es la de eliminarse micropigmentaciones, como en las cejas o los labios. “Hace años se llevaban otros estilos por las formas de las cejas”, explica Elez, que remarca que entonces a menudo se utilizaba una tinta con partículas metálicas que, con el tiempo, se oxidaban de color. "Es por eso que a veces vemos a personas con cejas de tonos azules o verdosos", continúa.

Al final, para Elez, lo importante es recuperar la autoestima y volver a lucir la piel sin sentir que se ha cometido algún error en el pasado. El futuro es un lienzo en blanco que todavía puede llenarse de muchas experiencias y nuevas decisiones que pueden quedar (o no) plasmadas en la piel.

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Consejos para hacerte un tatuaje (y no arrepentirte después)

  1. Por muy enamorado que estés, piénsatelo dos veces antes de tatuarte el nombre o las iniciales de tu pareja. Una apuesta más segura sería tatuarse el nombre de tus hijos.
  2. Hazte el tatuaje en lugares poco visibles, así si te cansas no te molestará tanto su visión.
  3. Mejor opta por dibujos con tinta negra que con colores, porque son mucho más difíciles de eliminar. La tinta roja es la que se va mejor, aunque también puede provocar reacciones alérgicas.
  4. Hazte tatuajes de tamaños más bien pequeños. Cuando son de tamaños grandes pueden provocar más arrepentimiento a la larga.
  5. Escoge un diseño que realmente tenga un significado personal, más allá de si está de moda en ese momento.