Una historia feminista e inclusiva de la sexualidad

El libro 'Sexbook' recorre siglos de historia para explicar cómo el sexo ha ido mucho más allá de la concepción binaria y heteropatriarcal

BarcelonaExplicar la historia de la sexualidad humana teniendo en cuenta la perspectiva de género, la cuestión LGTBI y todo lo que ha habido siempre –aunque se haya querido esconder– más allá del binarismo. Este es el objetivo ambicioso de María Bastarós y Nacho M. Segarra, historiadores del arte que, junto con la ilustradora Cristina Daura –conocida por sus colaboraciones con medios como The New York Times y The New Yorker–, se propusieron antes de empezar a escribir Sexbook: una historia ilustrada de la sexualidad, que Lumen acaba de publicar.

El libro quiere ser un viaje por la historia de la sexualidad y la identidad de género desde la Edad Antigua hasta el siglo XXI con rigor académico pero también con ironía y un claro posicionamiento ideológico a partir de una mirada transfeminista e inclusiva. "Nos dimos cuenta de que, a pesar de que la historia de la sexualidad está recogida en algunos libros muy importantes de historia, en realidad todavía está por escribir porque hay muchas áreas grises que no han sido nunca explicadas, hay muchos vacíos por llenar, y esto es lo que nosotros hemos querido hacer", explica Nacho M. Segarra, que destaca que la investigación que él y María Bastarós han llevado a cabo no ha sido fácil ni rápida. "Hay pocos registros de sexualidad no heteronormativa y feminista y por eso queríamos investigar en este sentido", recuerda Segarra, que dice que durante toda la historia de la humanidad ha habido deseos, identidades y prácticas que han sido tildadas de incorrectas y condenadas al silencio.

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El deseo femenino, silenciado

"A lo largo de la historia de la sexualidad hay grandes temas silenciados, y uno de los más importantes es el deseo femenino", dice María Bastarós. "Lo vemos a lo largo de los siglos: no hay placer para las mujeres, el placer es para los hombres y ellas están sometidas a este deseo y no disfrutan del sexo. De hecho, las mujeres que toman la iniciativa son señaladas, como la diosa Isis del Antiguo Egipto, a la que se retrata con escándalo cuando en una relación sexual decide ponerse encima de su amante y no debajo como era tradicional", detalla. Esto, tal como se explica en el libro, empieza a cambiar tímidamente a finales del siglo XIX, cuando aparece alguna investigación sobre el orgasmo femenino. "Pero, como siempre, esto también se intenta regular y se impone una forma correcta de tener un orgasmo femenino, como hizo Freud, de forma que ya volvemos a negar la sexualidad de las mujeres", continúa Bastarós. De hecho, según los autores del libro: "Todavía no hemos conquistado plenamente el placer de las mujeres. Hemos avanzado muchísimo, pero todavía tenemos que conseguir ser verdaderas sujetas de placer y no objetos", subraya la historiadora del arte.

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El libro también pone el énfasis en la historia de la sexualidad LGTBI y todas las cuestiones no binarias. "La historia nos demuestra que no hay nada nuevo bajo el sol, pero que siempre se ha intentado imponer el binarismo como la forma correcta de sexualidad y se ha hecho de forma brutal y despiadada", dice Segarra. "A pesar de esto, siempre hubo personas que vivieron fuera de esta norma y vemos cómo la Iglesia, primero, y la medicina, después, intentaron domesticar a estos personajes que estaban a la vanguardia de la sexualidad". Uno de los que destacan como referentes es la primera mujer trans conocida de la historia. "La tenemos situada en 1334 en Londres, donde se dedicaba a la prostitución", concreta Segarra, "y se ha convertido en el paradigma del inicio de la historia trans".

Después de bucear durante meses en la historia de la sexualidad y descubrir épocas muy oscuras y otros más luminosas y libres, los autores destacan que la historia no es nunca un proceso lineal. "Siempre hay momentos de atraso en medio de la evolución, y esto pasa tanto en la historia de la liberación de la mujer como en la historia LGTBI: siempre hay adelantos y retrocesos que van marcando el paso del tiempo", destacan.

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Violencia sexual

Los momentos más duros para Bastarós son los vinculados a las conquistas. "La conquista de América fue muy dura, todo lo que es la mirada blanca sobre los otros es terrible, y es muy difícil de transcribir y de explicar", reconoce la historiadora, que destaca los episodios de violencia contra las mujeres como los más oscuros de ese momento histórico. "Hubo muchísima violencia sexual, es duro y repulsivo lo que hicieron", insiste. Pero también los momentos oscuros pueden tener una parte positiva, dice Segarra, que recuerda que en el estallido de la epidemia del sida "se activó una gran alianza entre gays y lesbianas para hacer presión y pedir más investigación, más medicamentos... fue un momento muy duro, pero con una gran respuesta conjunta que forma parte de la épica de las luchas de las identidades, así como el sufragismo también forma parte de la épica de la lucha feminista".

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Y, en todo esto, las ilustraciones de Cristina Daura, conocida por su estilo lleno de colores potentes y un aire infantil mezclado con trazos de cómic, juegan un papel muy importante. "El tono del libro queda equilibrado gracias a las ilustraciones", afirma Segarra, "porque marcan un tono muy luminoso". "Las ilustraciones exhiben una gama de lenguajes, desde lo más explícito hasta lo más simbólico, que hacen que el lector entre mejor en el libro, y el uso de los colores también ayuda y hace que todo el tono de la obra sea mucho más atractivo", afirma.

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Daura reconoce que se lo ha pasado muy bien trabajando en este libro. Los tres autores ya habían trabajado juntos en Herstory: una historia ilustrada de las mujeres, también editada por Lumen, donde se repasa la historia en clave femenina. Daura explica que esta obra es diferente y que, a pesar de que retrata momentos muy oscuros y muy duros, "siempre hay una cierta ironía porque los autores escriben de una manera muy peculiar" que le gusta mucho y que "mantiene siempre un punto de vista esperanzador". Y con este espíritu ella ha querido aportar unas ilustraciones muy vivas y con colores contundentes. "Intentamos llegar a todos los públicos, pero sobre todo a la gente más joven. Este es un libro divulgativo y lo que queremos es que los jóvenes que tengan curiosidad y preguntas encuentren aquí lo que buscan. Es el libro que nosotros hubiéramos querido leer cuando teníamos 18 años", reflexiona Daura, que reconoce: "Dentro mío siempre espero que sean las personas con una ideología más cerrada y conservadora las que lo lean y esto les sirva para abrirse".