Ha llegado el momento de ocuparse de las plantas
Cuando aparece el frío los habitantes verdes de nuestro jardín o terraza necesitan ciertos cuidados para llegar bien a la primavera
BARCELONAPensamientos, hortensias, hibiscos o dalias, las flores de otoño. Ahora que el verano es un recuerdo cada vez más lejano, entramos en un momento clave para que nuestras plantas se recuperen definitivamente de los meses de calor. ¿Queremos tener una primavera muy florecida? Pues hay procesos con los que hay que empezar estas semanas. Esto es lo que les pasa a nuestras plantas durante el otoño.
Calor en verano
Aplicando la economía de guerra
Para entender dónde estamos ahora cabe remontarse a lo que pasa en verano, cuando entramos en unas condiciones que no son nada ideales para las plantas de la terraza o el jardín. Son meses especialmente duros y complicados para ellas, puesto que sufren mucho más que durante el resto de estaciones, especialmente debido al aumento y exceso de temperatura. Además, y siempre que no se haga un cuidado diario con el riego, tienden a sufrir estrés hídrico. Para que lo pasen mejor, a parte de que hay que ser generosos regando durante el verano, hará falta que previamente hayamos trabajado los cuidados durante la primavera, puesto que cuando llegue el calor sufrirán más o menos según la atención que les hayamos dedicado antes.
Técnicamente lo que les pasa a nuestras plantas es que cuando notan un calor más o menos pronunciado paran toda la actividad de manera bastante drástica, dejando los procesos vitales bajo mínimos. "Es como si el estómago de una planta, que es por donde respira y transpira, se cerrara. Las raíces dejan de chupar agua", explica el jardinero Miquel Àngel Sánchez. Dicho de otro modo: los habitantes de nuestro jardín o terraza aplican una estricta economía de guerra para sobrevivir en verano.
Bienvenido, frío
Momento de potenciar las raíces
Para saber qué necesita cada una de nuestras plantas durante el otoño, hay que diferenciar entre la meteorología de principios y finales de la estación. El tiempo ha ido variando respecto a los últimos veinte años: hoy en día los veranos tienden a alargarse y el frío llega más tarde. Todos estos cambios han afectado a las plantas y a sus calendarios. Por ejemplo, si hace unos años la poda de arbustos se hacía en pleno otoño, ahora se hace mucho más en las postrimerías.
El otoño es el momento en el que hay que hacer la última poda del año de todas aquellas plantas ornamentales en vallas vegetales, de las redondeadas y de las que tienen manchas. Tenemos que tener claro que el objetivo de esta estación, en cuanto al trabajo del jardín o la terraza, dejarlo todo preparado de cara a preparar el invierno y la tan anhelada primavera. Estas semanas es muy necesario adobar las plantas para que sus raíces se refuercen: "La recomendación es surtirlas de un abono rico en potasio, puesto que favorece a que las raíces crezcan con más vigorosidad", explica Sánchez. El otoño es la época del año en la que la tierra está más caliente, porque ha recibido toda la insolación del verano. La temperatura ayuda a las raíces en el crecimiento y el abono potencia decisivamente las raíces para que se preparen para lo que queda de año.
La hoja de otoño
La defunción de la clorofila, el color de la estación
El otoño es la época en la que las hojas cambian de color y caen. Los árboles cogen varias tonalidades y colores, y esto pasa porque la clorofila se muere, un proceso que se da cuando las temperaturas bajan. Los otros pigmentos que tiene la planta son los que salen cuando la clorofila desaparece, y son los que dan el color tan típico de otoño a las hojas. A pesar de que estamos acostumbrados a ver este proceso y a pesar de que generalmente en esta estación las plantas sufren, hay especies de árboles, como el liquidámbar, a las cuales beneficia la llegada, de golpe, del frío.
Tiempo cambiante
Cambio climático y condiciones inesperadas
Las plantas que son de naturaleza caduca ya no pierden la hoja. Es uno de los fenómenos que se pueden explicar a través del cambio climático que vivimos en todo el planeta. Si nos fijamos en el ejemplo de la alheña, una planta muy típica de las terrazas de Barcelona, aguantan la hoja verde con fuerza en otoño, hecho inédito hasta ahora.
La gente que tiene la suerte de tener fruteros cerca debe haber podido observar que algún otoño demasiado caluroso sueltan la hoja para después volver a florecer antes del invierno. La falta de frío en esta estación provoca que los árboles se autoengañen a sí mismos: se dan cuenta de que hay buena temperatura, como si se hubieran saltado el invierno, y empiezan procesos típicos de la primavera. Este hecho puede hacer que una vez han florecido antes de lo que tocaría, venga una ola de frío y los mate.
Este es uno de los efectos más negativos de tener otoños variantes, pero también hay alguno positivo: podemos avanzar el imprescindible recebado del césped, que quiere decir retirar el césped seco, escarificarlo y echarle cebo. Antes este proceso se hacía siempre durante la primavera, pero ahora el césped puede quedar preparado antes del invierno.
Planta de interior
Lejos de la calefacción
El gran enemigo de las plantas de interior cuando se acerca el frío son los sistemas de calefacción. Les afectan especialmente porque aumentan la temperatura de la casa en donde viven y resecan el ambiente. Esto hace que las plantas, por sí mismas, transpiren más agua y necesiten más riego. Lo que tenemos que hacer es apartarlas del foco de calor, es decir, de los radiadores. Haciendo esta operación tan simple conseguiremos que sufran mucho menos. Es una acción que tienes que tener en cuenta siempre que tengas plantas de interior: si pones en marcha la calefacción tendrás que mover el ficus que quedaba tan bien sobre el radiador.
- 1. Hay que abonar las plantas con abono rico en potasio, las clásicas bolitas que ponemos en la tierra. A pesar de que también se puede usar uno ecológico, el especialista cree que la mejor manera de que las plantas asimilen el potasio es con abono químico.
- 2. En el caso de las terrazas, tenemos que apostar por la flor de temporada. En verano podemos tener adonises, y en cambio en otoño nos tendríamos que decantar por pensamientos o ciclámenes.
- 3. Si se tiene jardín, hay que aprovechar un otoño que no sea muy frío por recebar el césped, hacer una última limpieza de las malas hierbas para que no queden en la tierra y dejarlo todo muy pulido.
- 4.Hay que podar y dejar las vallas preparadas, pero no es lo mismo podar que recortar. "Una morera la podas, porque le sacas mucho ramaje y evitas que crezca demasiado. En cambio un laurel lo recortas", dice el jardinero. El otoño es la época de hacer ambas cosas, así se ayuda a las plantas para que estén preparadas para crecer cuando mejoren las condiciones.