Salud sexual

Sexo durante la menopausia: reducir el dolor y la incomodidad es posible

Los expertos aseguran que existen tratamientos para solucionar el malestar con la penetración durante la menopausia, aunque todavía falta mucha investigación y más estudios

Alisha Haridasani Gupta / The New York Times
y Alisha Haridasani Gupta / The New York Times

Nueva YorkLas participantes en un estudio del año 2022 que ya habían entrado en la menopausia y que experimentaban dolor durante las relaciones sexuales con penetración, describían sus relaciones con estas palabras: "abrasador", "seco", "crudo", "afilado", "papel de estraza" y " cuchillos".

Lo que estas mujeres estaban describiendo se conoce como dispareunia (o relaciones sexuales dolorosas), que es uno de los síntomas menos tratados y menospreciados de la menopausia, tal y como explica la doctora Martha Goetsch, profesora emérita de obstetricia y ginecología del departamento de salud y ciencia de la Universidad de Oregón y coautora del estudio.

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La dispareunia puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero normalmente lo hace mayoritariamente en la transición a la menopausia o la etapa previa, la perimenopausia, según explica la doctora Lauren Streicher, profesora de obstetricia y ginecología en la Northwestern University y autora del libro Slip sliding away: Turning back the clock on your vagina. Ella apunta a que este problema tiene una prevalencia entre el 135 y el 84% de las mujeres posmenopáusicas, una cifra muy inexacta, ya que la mayoría de mujeres y también de médicos no abordan ni estudian esta cuestión.

Como resultado, las mujeres a menudo no reciben el tratamiento que necesitan para la dispareunia aunque es fácilmente tratable, según explica la doctora Streicher. Pero si no se trata, esta condición puede empeorar hasta tal punto que puede provocar pérdida de autoestima, una reducción de la calidad de vida, depresión y una fuerte afectación en la relación de pareja. "A menudo estas mujeres piensan: «Vale. Mi vida sexual ha terminado»", alerta la doctora Streicher.

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¿Por qué el sexo se vuelve doloroso?

La caída drástica de estrógenos durante y después de la menopausia es la principal causa de que las relaciones sexuales puedan convertirse en una cuestión dolorosa. Entre sus muchas funciones, los estrógenos son responsables de mantener las paredes de la vagina elásticas y lubricadas, explica Streicher. Los pliegues vaginales que permiten esta elasticidad están alimentados por los estrógenos y sin ellos las paredes vaginales tienden a adelgazar y la lubricación a desaparecer, explica la doctora. "Cuando miramos dentro de la vagina con un espéculo podemos verlo".

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La pérdida de estrógenos también altera la entrada de la vagina, una parte muy sensible llena de terminaciones nerviosas, o, como dice la doctora Goetsch, "los dos centímetros que podrían destrozar tu vida". De hecho, en su búsqueda y entre sus pacientes ella ha encontrado que la mayoría de las mujeres que se quejan de dolor en las relaciones sexuales sufren dolor en la entrada de la vagina más que en el interior. Tras la menopausia, estos dos centímetros pueden convertirse en muy delicados. En su investigación, la doctora Goetsch ha encontrado que esto podría deberse a la caída de estrógenos, que estimula la proliferación de nuevas terminaciones nerviosas en esta área, lo que puede indicar dolor.

"Algunos estudios realizados con animales muestran que cuando los niveles de estrógenos bajan, los diferentes nervios hacen brotar nuevas terminaciones nerviosas –explica–, y cuando los estrógenos vuelven a subir estas terminaciones extras quedan recortadas".

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No todas las mujeres posmenopáusicas experimentan estos cambios asociados a la caída de estrógenos, pero incluso los cambios leves en la vagina pueden hacer que desaparezca el sexo placentero y sin dolor, provocando irritación y, posiblemente, incluso lesiones a los tejidos vaginales frágiles, según Goetsch.

Existen otros factores que pueden contribuir a la dispareunia entre las mujeres menopáusicas. Los cambios hormonales alteran la acidez del pH de la vagina, explica la doctora Streicher, lo que puede acarrear infecciones recurrentes del tracto urinario y crear malestar en esta zona, durante las relaciones sexuales o en otros momentos. Y otras condiciones propias de las personas mayores como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares también pueden secar la vagina, explica.

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¿Cuál es la solución?

Todo depende del nivel de cambios que haya en la zona vaginal, dice la doctora Streicher, por eso la forma más segura de saber qué tratamiento se necesita es yendo al médico para que haga un examen. "Existe una gran diferencia entre las mujeres que dicen que no se sienten húmedas como antes y las que notan una sequedad que puede provocar rotura de tejidos".

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Aquí hay algunas opciones:

  • Lubricants: esta es una solución fácil y rápida para las mujeres que sólo sufren de sequedad vaginal. La doctora Streicher recomienda calentar al lubricante porque "frío puede ser vasoconstrictor, lo que hará que todavía tengas menos lubricación natural, mientras que el calor es vasodilatador y hará que el músculo se relaje", explica. Una opción sería poner la botella de lubricante en un cuenco de agua caliente unos minutos antes de utilizarlo.
  • Cremas hidratantes: estas cremas y geles hidratantes vaginales se pueden encontrar en muchas farmacias. "Lo que hacen estas cremas es aumentar el contenido de agua en las células de la mucosa vaginal", explica Streicher, y ayudan a recuperar su elasticidad y lubricación aunque también pueden ayudar a mitigar los dolores en la entrada de la vagina. Algunas cremas pueden contribuir a reducir los niveles de pH vaginal, dice. Atención, que algunos lubricantes se anuncian como cremas hidratantes. La diferencia es que las cremas llevan instrucciones para aplicarlas en el interior de la vagina de forma regular mientras que los lubricantes sólo deben utilizarse durante las relaciones sexuales.
  • Cremas con estrógenos: varios estudios han demostrado que esta opción es muy efectiva por reducir el dolor en las relaciones sexuales. Normalmente, se trata de dosis bajas, localizadas y vienen con diferentes formulaciones que el médico puede ayudarle a elegir.
  • Lidocaína: ésta es una opción poco convencional que la doctora Goetsch ha recomendado a muchas de sus pacientes, especialmente aquellas que no pueden utilizar hormonas, como las que han sufrido un cáncer. La lidocaína líquida es un anestésico que adormece las terminaciones nerviosas del vestíbulo vulvar. En un estudio realizado entre mujeres que sufrían dolor en las relaciones sexuales la lidocaína resultó efectiva en la reducción del dolor en la mayoría de las participantes, que tampoco reportaron dolores una vez que el efecto anestésico se había marchado. Goetsch añade que la aplicación de ese componente no tiene ningún efecto en la pareja sexual.