Salmerón se emocionó al descubrir en 2019 en el norte de Bosnia "una de las últimas locomotoras de vapor que todavía funciona con servicio regular de todo el mundo", que data de la Segunda Guerra Mundial y que presta servicio en una mina de carbón. En Santiveri le entusiasman los trenes franceses e incluso está esperando una maqueta de la locomotora BB 67400 roja, que se había utilizado para remolcar un Talgo hasta Ginebra. Moreno tiene aprecio por varios trenes españoles, pero su preferido es el Civia de la serie 465 de CAF, empleado en Cercanías.
Vuelve la afición por el ferrocarril: "Me he convertido en adicta total"
El afán por fotografiar trenes, hacer vídeos y jugar con maquetas revive con las redes sociales
Barcelona¿Qué tendrá el tren que hay gente a la que tanto le entusiasma? Sus aficionados son capaces de levantarse en breve para fotografiarlos, invertir parte de los ahorros en locomotoras a escala o incluso planificar sus vacaciones para viajar en una línea icónica. Bien sea por la dilatada historia de este transporte que revolucionó el mundo –el próximo año se cumplen 200 años de la primera línea, la Stockton-Darlington del Reino Unido–, la nostalgia por los trenes de otros tiempos, la fascinación por el salto tecnológico que ha representado la alta velocidad o tan sólo para jugar como si volviera a ser niño, lo cierto es que la afición al ferrocarril despierta grandes pasiones.
A Jordi Santiveri, conductor de autobús, la afición le viene de pequeño. "Lo que les pasa a muchos chavales: los abuelos te llevan a la estación para distraerte un poco, los reyes un circuito...", pero no ha sido hasta que sus niños se han hecho mayores que el ha podido disfrutar y chala haciendo fotos. "Te atrae mucho y no puedes dejarlo", asegura, mientras Lidia Moreno Reyes tenía miedo de subir al tren, pero de adolescente viajó en AVE de Madrid al Camp de Tarragona y, al bajarlo, se va convertir en amante del ferrocarril. "Fue un flash. Mis ojos vieron algo que empezó a gustarme", rememora. Se ha convertido en voluntaria del histórico Tren de la Fresa madrileño, se ha aprendido de memoria toda la flota moderna del Estado español y quiere convertirse en trabajadora de Renfe: "Para mí es un gran sueño" .
En el caso de la bibliotecaria María José Luque, la afición ferroviaria le viene de cuando a principios de los 90 estudiaba relaciones públicas. Su trabajo final fue mejorar la imagen del metro de Barcelona, si bien no empezó a cultivar la afición hasta después de unos años, cuando descubrió las webs y los foros especializados, como el de Transport.cat –inicialmente era parte de una de las primeras webs ferroviarias, Wefer.com–, lo que le puso en contacto con otros aficionados. "Es perfecto, es perfecto –se dijo–, y me enganché. Me convertí en adicta total", confiesa, pasando a ser coadministradora de Transport.cat con Marçal Guardiola, el fundador, que ha acabado convirtiéndose en su marido.
Asociaciones, foros y redes sociales
La afición por el ferrocarril se mantiene viva desde hace décadas y, aunque sigue atrayendo sobre todo a hombres, se ha transformado. Se había acostumbrado a encauzar a través de las asociaciones. Con más de 400 socios, una de las mayores del Estado español es la Asociación Amigos del Ferrocarril de Barcelona (AAFCB) fundada en 1944. Con el nuevo siglo la afición se nutrió con los foros y en los últimos años con las redes sociales, que han reavivado esta pasión. La AAFCB atrae a los socios para hacer circular sus locomotoras por las maquetas de la entidad –las escalas más habituales son la H0 y la N–, las conferencias, la biblioteca y participar en viajes y salidas ferroviarias, pero atrás han quedado las encuentros para proyectar fotos de cámara analógica. Le han quitado el relevo las redes como Flickr, Facebook, Instagram, X, YouTube y TikTok, en las que incluso hay detallados relatos gráficos de trayectos en tren.
En el ferrocarril también se enganchó de pequeño a Juan Carlos Salmerón, que ha convertido el tren en su profesión a través de la publicación de libros y conferencias. Ha seguido el camino de su padre, Carlos Salmerón, que fue historiador ferroviario –como lo es ahora su hijo– y que en 1980 fundó la editorial Terminus CET (Centro de Estudios del Transporte). Juan Carlos Salmerón subraya que a la afición "le gusta especialmente ver cosas excepcionales", lo que significa desde el tren auscultador de Adif, que analiza el estado de la vía; el tren herbicida, que se ocupa de que no crezca la hierba, o circulaciones aún más excepcionales, como cuando el año pasado vino a Cataluña el tren turístico de lujo Al Andalus o cuando los trenes de mercancías han ido por la cuesta en vez de por Vilafranca por obras.
El presidente de la AAFCB, Jordi Ramon Vallès, es socio desde muy joven y explica que, para gente de cierta edad, la afición es una cuestión de nostalgia y de hacer revivir trenes desaparecidos. Otros valoran especialmente su historia o técnica. Durante unos años se temió por el futuro de la afición porque, según Salmerón, "fallaba el relevo generacional", pero ahora con las redes los jóvenes vuelven a apuntarse. "Lo vivo como si fuera un niño", reconoce Moreno, que celebra haber conocido a gente y haber perdido timidez gracias a los trenes. Eso sí, no se ha inscrito en ninguna asociación y Vallès admite que las entidades deben abrirse más a la sociedad. Santiveri opina que los jóvenes lo han tenido más fácil con la digitalización, pero al mismo tiempo no todo el mundo puede permitirse una maqueta: una locomotora "buena" puede valer de 350 euros para arriba.
La afición pide más facilidades
Da la impresión de que ser aficionado es más fácil en otros países: en España han desaparecido buena parte de las revistas especializadas y los operadores ferroviarios no tienen la sensibilidad que desearían los aficionados. Por ejemplo, tomar fotos en dependencias ferroviarias puede chocar con algunas normativas o es habitual que los aficionados se enteren de las circulaciones especiales por los trabajadores y no por las compañías, como ocurrió recientemente con el último trayecto de la serie 3000 del metro de Barcelona, lo que enoja a algunos aficionados. TMB explica que no escondió su fecha, sino que "estuvo condicionada por la logística operativa de su retirada", y se compromete a concretar mejor la fecha de la retirada de futuras series. También recuerda que prepara el centenario del metro de este año.
Además, es difícil ver circular una locomotora histórica a vapor, con excepciones, como la reciente Fiesta del Vapor del Museo del Ferrocarril de Móra la Nova. "Si las administraciones acercaran el tren a la gente lo verían de otra manera", reivindica Vallès, mientras que Salmerón considera que habría que ocuparse más del patrimonio ferroviario –a Barcelona carece el reivindicado Museu del Transport–, lo que podría incrementar la afición –Luque anhela que algún día los aficionados dejen de ser vistos como rara ancianos– a la vez que sería "una forma de reclamar un mejor transporte público". En cualquier caso, Salmerón vaticina un futuro esplendoroso para la afición. Pese a que las fotos de antiguos trenes humeantes son muy románticas, está convencido de que a modo técnico y de sostenibilidad "el ferrocarril ha evolucionado de tal modo que, en comparación con el siglo XX, el siglo XXI vuelve a ser una época de oro ".
La Asociación Amigos del Ferrocarril de Barcelona es para socios, pero por un precio simbólico todo el mundo puede visitar sus maquetas. También se puede charlar subiendo al tren en miniatura de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de las Comarcas Gerundenses en la estación de Fornells de la Selva (Gironès); en el Tren del Cemento del Berguedà, que es descubierto, o en el Tren Amarillo de la Cataluña del Norte, que también incorpora vagones descubiertos; mientras que FGC saca a circular de vez en cuando el histórico Tren Rana por la línea del Vallès, como este domingo .
Además, en Cataluña existen los museos del Ferrocarril de Cataluña en Vilanova y el de Móra la Nova, y varios espacios expositivos de FGC, como el nuevo Espacio de la Vía Métrica en Martorell, para el que hay que pedir cita. La Federación Catalana de Amigos del Ferrocarril (FCAF), con una cuarentena de entidades asociadas, incorpora en su web una agenda de actividades ferroviarias. Además de las redes sociales, existen algunos foros en internet que se mantienen como punto de encuentro de la afición: Transport.cat, Forotrenes.com y Skyscrapercity.com.