Crónica

"No era el momento de hacer dos manifestaciones"

La movilización unitaria llena Madrid de color lila y multiplica la asistencia de la marcha antitrans

Madrid"No era el momento de hacer dos manifestaciones con el panorama que tenemos. Lo llevo mal, la verdad. Claro que pensamos diferente, pero las mujeres tenemos que estar unidas". Ana Isabel Gómez-Escalonilla no esconde su disgusto por la convocatoria de una marcha alternativa a la unitaria por parte de las feministas contrarias a la ley trans. Ella ha venido con sus dos hijas adolescentes, que llevan mascarilla, camisetas y pañuelos lilas. En realidad lo que se ve desde la plaza de Atocha, punto de inicio de la manifestación, es una auténtica marea lila, con una presencia muy transversal de jóvenes, familias y mujeres más mayores. Al final, la fractura del movimiento feminista no es tal, porque la marcha alternativa solo reúne a entre 3.000 y 5.000 personas, según la Delegación del gobierno español. En la unitaria hay unas 30.000.

“Llevamos dos años sin vernos, chicas, ¡y tenemos que gritar muy fuerte!” En la cabecera de la manifestación tienen claro que allí no sobra nadie. “Las compañeras trans son nuestras compañeras, que quede claro: ¡esta es una manifestación transinclusiva!”, grita megáfono en mano la portavoz. Y el público responde con un lema que provoca urticaria entre las feministas que han convocado a la misma hora pero en otro lugar: “¡Hay mujeres que no tienen vagina!”

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La manifestación es un mosaico que va desde las diversas ministras que participan hasta colectivos anarquistas. En la marcha están la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, pero también Isabel Rodríguez, Carolina Darias o Pilar Alegría. Así, a pocos metros de distancia, te encuentras desde tribus urbanas hasta señoras con abrigo estiloso y chapa feminista. El ambiente, sin embargo, es festivo, a pesar de que las anticapitalistas aprovechan para gritar contra el gobierno y contra Yolanda Díaz por la reforma laboral.

No a la guerra

El debate sobre la guerra está presente en muchas pancartas y carteles, la mayoría de carácter pacifista genérico con la palabra “Paz” o “No wars”, pero también se ve algún “Stop Putin”. Hay gritos contra la OTAN, pero no son mayoritarios. Donde sí que hay mucha unanimidad es en la defensa de la abolición de la prostitución. Uno de los lemas apela directamente a los hombres y afirma: “Se prostituyen conciencias, no los cuerpos de l@s pobres”. 

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Marta, que espera pacientemente el inicio de la marcha, no ve peligro de fractura en el movimiento: “Cada cual se puede manifestar por lo que crea conveniente. Yo he venido a esta porque se ajusta más a lo que yo pienso”. La manifestación avanza de forma un poco caótica y hay momentos en los que unos vienen y otros vuelven. El Ayuntamiento ha iluminado su edificio con foco lila, igual que la estatua de Cibeles. Curiosamente (o no tanto), la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, está fuera de viaje. Eso sí, algunas diputadas del PP hacen acto de presencia en la manifestación alternativa, igual que la escritora Lucía Etxebarria, donde coinciden con feministas clásicas como la exdiputada del PSOE Ángeles Álvarez. Ahora habrá que ver si, después de la experiencia, vuelve a haber dos convocatorias.