Italia gana Eurovisión contra todo pronóstico al grito de "Rock and roll never dies"

BarcelonaEs oficial. Europa es rockera. Quizás no se habían enterado pero esta es una información incontestable desde este sábado a la una de la noche, cuando Italia se proclamó ganadora del Festival de Eurovisión, que celebraba en Rotterdam su 65 edición. En esta ciudad portuaria de los Países Bajos, los más de 180 millones de espectadores del certamen se quedaron con la boca abierta al ver que el televoto convertía la canción Zitti e buoni del grupo italiano de rock Maneskin en la triunfadora inesperada de la velada musical, que supuso un brote verde emocional después de la pandemia con 3.500 personas de todos los países juntas en un mismo recinto.

Con un tema completamente apartado de los gustos habituales del show, los italianos sedujeron a los votantes de toda Europa, que les concedieron la definitiva cifra de 318 puntos. Una puntuación que se sumó a la que ya tenían y que se convirtió en un sprint de última hora que dejó con cara de circunstancias a los países que habían sido favoritos desde el primer minuto de las votaciones –cuando votan los comités de expertos de los estados participantes–: Francia y Suiza, con los temas Voilà y Tout l'univers, respectivamente. Aquel salto que los italianos hicieron les envió a encabezar la clasificación con 524 puntos, una cifra que sus competidores ya no tuvieron margen para combatir y que solo pudieron respetar desde los nada despreciables 499 puntos para Francia y 432 para Suiza. La artista gala Barbara Pravi y el artista suizo-albanés Gjon's Tears solo pudieron aplaudir mientras veían pasar de largo el micrófono de cristal que se habían estado disputando toda la noche. Mientras el target eurovisivo asimilaba con resignación que a veces no ganan ni las baladas monumentales ni las divas gays con temas dance, los ganadores gritaban en inglés para que lo entendiera todo el mundo: "Rock' roll never dies".

Este triunfo para Italia llega después de años de buenos resultados del país en el certamen, al que volvió en 2011 enviando cada año a los artistas que ganan el Festival de San Remo. Como ha pasado con Eurovisión, Maneskin este año también ganó San Remo contra pronóstico, puesto que en Italia todo el mundo daba por hecho que vencería Fedez, un rapero casado con la relevante influencer Chiara Ferragni, una institución en las redes, donde cuenta con abundancia de seguidores que hacen lo que ella pide. Pero no fue así, aquel era un aviso de la impredecibilidad de Maneskin, un grupo de cuatro componentes que se conocieron en secundaria y que hacen sonar juntos las guitarras desde 2016. Su nombre significa luz de luna en danés, el país originario de la única chica del grupo. Su triunfo es el tercero para Italia en la historia de Eurovisión, en que no ganaba desde 1964.

Mientras los rockeros italianos iban recibiendo votos y las cámaras les iban enfocando, el cantante de la formación, Damiano, fue pillado supuestamente esnifando en la mesa que había delante de su sofá en la Green Room. Se trata de una imagen ampliamente comentada en las redes sobre la que todavía no se ha pronunciado ninguna fuente oficial pero que se prevé que levante polvareda, puesto que si fuera cierta y no una broma de los provocadores Maneskin, dejaría muy mal al certamen y también al país representado por el grupo, que el año que viene tendrá que acoger el festival y para el que ya se ha pedido que fichen a Raffaella Carrà como presentadora.

El otro gran titular de la noche es la distancia cada vez más sideral entre el televoto y el voto profesional de los estados. Este año ha llamado mucho la atención como países como por ejemplo Lituania han pasado de estar al final de la clasificación a arriba de todo cuando se han sumado los puntos del televoto, que es el de los espectadores por vía telefónica. Concretamente, los espectadores de toda Europa han dado más de 160 puntos a The Roop y su tema electrónico Discoteque, que, con un uniforme 100% amarillo llibertat-presos-polítics y una coreografía que incluía saltitos de conejo, habían sido del todo olvidados por los expertos. Lo mismo pasó con el tema de inspiración parking del Puente Aéreo de Ucrania, que recibió de golpe 267 puntos que lo convirtieron momentáneamente en cabeza del ranking. Pasó lo mismo con los 218 puntos para el rock duro finlandés. Parece que el voto millennial y zeta tiene una disparidad de gustos muy notable respecto al voto político/institucional/experto de los países, que por suerte solo tiene un 50% del peso. En el jurado que votaba este año por España estaban haciendo de expertos el locutor Antonio Hueso, la cantante María Pelae, el compositor David Santisteban y las exconcursantes de OT Nerea Rodríguez y Samantha Gelabert.

Y hablando de España, no se puede pasar por alto su nefasto resultado, que no desvía nada el país de la dirección suicida que sigue desde 2014 de no entrar nunca en el top 10. A pesar de la afinada interpretación del tema Voy a quedarme que hizo el murciano Blas Cantó, la inapetente canción no sedujo a nadie, lo que quedó claro con la triste escasez de aplausos cuando acabó la actuación. Para más denigración, la gente de toda Europa dio con el televoto cero puntos para España y los jurados/comités profesionales solo seis puntos. Con todo, España fue la número 24 de 26 participantes. De hecho, esta pasada madrugada España ha hecho historia negativa al convertirse en el único país que lleva seis ediciones seguidas por debajo del vigésimo lugar.

Por debajo solo quedaron Alemania –que arriesgó y perdió con un tema demasiado pop– y el Reino Unido, a quien expertos y ciudadanos de Europa dieron cero puntos. Nadie en toda Europa apreció nada de su actuación. Realmente, quedó claro que el Brexit ha sido una cuestión bidireccional. Es la primera vez en la historia que un país se va de Eurovisión con cero puntos, tal como recordaron los locutores españoles de la gala en directo después de la derrota.

Como buena noticia de la jornada y en cuanto al potencial de la pluralidad lingüística de Europa y del concurso musical, hay que destacar que las tres canciones más votadas de la noche fueron en francés y en italiano, lo que hacía años que no pasaba. Con el paso del tiempo, el certamen se fue acomodando al inglés como supuesto argumento para conseguir más votos y una eventual victoria. Resultados como el de ayer demuestran lo contrario.