Pere Hosta: "Llevo 20 años de humor serio"
Clown
GeronaEs capaz de arrancar risas de pequeños y mayores sólo con el gesto, sin palabras. Haga de perro, como en su último espectáculo Woof, que este sábado y domingo a las 19 horas se podrá ver en el Port Olímpic de Barcelona durante las Fiestas de la Mercè, u abra y cierre puertas, uno de los rasgos con los que más se le conoce. "Llevo 20 años haciendo el humor serio desde Girona al mundo", reivindica. Es Pere Hosta (Girona, 1975), clown, por no llamarlo payaso, que es exactamente lo mismo pero sin la connotación negativa que le acostumbramos a dar. "A menudo se dice como un desprecio: «¡No seas tan payaso!» –reflexiona–. Pero hacer de clown es ser transparente, sincero; llegar a la gente a través del humor”.
Hace dos décadas se adentró en este mundo con el espectáculo dirigido por Pep Vila Tal como soy, en el que a partir de un largo monólogo se desnudaba, haciendo gala de rasgos de la personalidad de los gerundenses. Era un contexto en el que Teatre de Guerrilla copaba la televisión y los escenarios. "Me comparaban con ellos y decidí buscar mi propio lenguaje", recuerda. Fue así como poco a poco pasó a "sustituir la palabra por el gesto". Un camino hacia el absurdo que le ha convertido en un clown único: "No hago nada pero lo hago todo; he encontrado mi camino llenando el no hacer nada". Ahora puede reivindicar con orgullo que tanto él como su pareja, la payasa Bleda, viven de ello después de "picar mucha piedra". En este camino ha sido fundamental la internacionalización: "El hecho de no hablar abre puertas a todas partes".
La sala La Planeta
La formación de Pere Hosta nace en Girona, desde las obras de teatro en el Colegio Maristas, bebiendo también de la animación escucha, hasta los quince años dando clases en la escuela de teatro de El Galliner. Pero si resalta el soporte de un espacio es el de la sala independiente de La Planeta. "Para mí Pere Puig y Anna Carina son unos mecenas. Quizás no estaría donde estoy si no fuera por gente como ellos, que nos han ofrecido un puesto de ensayo siempre que lo hemos necesitado", expresa. Fue en los escenarios donde empezó, pero con el tiempo la calle se ha convertido en su espacio natural en el que actuar. "En la calle encuentro al payaso más vivo que nunca con la improvisación y vivir el momento del público, además de tener la posibilidad de llegar a todo el mundo", remarca.
Le Bistrot
Para hacer la entrevista hemos quedado en las escaleras del café restaurante Le Bistrot, en la subida de Sant Domènec del Barri Vell. En un cerrar y abrir de ojos, se ha puesto a todos los turistas que yacen en la terraza en el bolsillo: saluda desde la ventana de la cafetería a los presentes mientras estallan las risas. Va ataviado con una camiseta con el eslogan "Haz el humor", diseñada por su hermano Xavier Hosta, el lema con el que celebra los 20 años actuando. "Es un llamamiento a hacer el humor todos juntos", explica. En la Girona antigua es donde Hosta vivió su juventud y ahora la ve en peligro de extinción. Actualmente vive en el Eixample, junto a la estación, y le coge nostalgia cuando no puede circular por el Barri Vell por el aterrizaje de cicloturistas. En este escenario de cambio continuo, también sobre todo en lo que se refiere a la oferta gastronómica, Le Bistrot sigue inalterable al paso del tiempo. "Es donde siempre quedábamos después de los espectáculos porque cierra tarde y ahora es de los pocos que no han cambiado", detalla.
Los cómics de la 22
Otro de los lugares inalterables al paso del tiempo es la parte de cómics y quiosco de la Librería 22. A pesar del cambio en la propiedad de la librería después de la alianza con Abacus, sigue teniendo un espacio reservado para las viñetas. "Para mí cuentos, cómics, el dibujo y las formas son una parte de inspiración muy grande, porque de tres viñetas puedes hacer un gag, son una simplificación muy grande", dice. Forma parte de su gran búsqueda sobre lo absurdo: "Observando la calle y la vida cotidiana es cuando te das cuenta de lo absurdo de todo". Por eso siempre explica que "el primer teatro" que vivió en su vida fue la primera comunicación: "Me encontré", dice. Como profesional, pide que de cada espectáculo se haga la dirección artística un artista de clown o de teatro de calle. Esto ha llevado a que todos los espectáculos les haya dirigido una persona diferente. En el caso de Woof, ha sido el rubinense Leandre Ribera, que considera "uno de los mejores payasos del mundo". Convertido en un perro, consigue mostrarnos cómo los humanos "somos felices con lo tan simple como tirar una pelota, o saltar". "Y esto nos llena, como nos llena no hacer nada", añade.
La gente
Cuando le pregunté qué iba a remarcar de Girona, una de las primeras cosas que me respondió es la gente. Mientras hacemos un agua con gas en las escaleras de la subida de Sant Domènec no para de saludar a exalumnos suyos desde la terraza de Le Bistrot. La red es clave para vivir de las artes escénicas, y más en un mundo tan despreciado como en hacer de payaso. En 2012 creó el primer espectáculo de calle, Postal Express, con la dirección escénica de Sophie Borthwick, en la que se convertía en un cartero entrañable que buscaba dónde entregar paquetes. Pero en paralelo estrenó en el Temporada Alta algo más grande: Pajaru. Un espectáculo en el que se enredó con lo mejor de Girona: Isaki Lacuesta hizo la realización audiovisual, Carles Cors la música y Manel Trias la dirección escénica. "Cuando te atreves con más gente y creas más red, genera más resultados –analiza–. Así entré en el Circ Cric, Tortell Poltrona me conoció y acabé actuando en el Espai Brossa". Ahora vuelve al Temporada Alta con Lumiero, de la mano de La Menuda, que ya ha agotado todas las entradas y de las que se han abierto nuevas funciones.