Vivir poco a poco en el Empordà: una ruta en bici hasta los acantilados del Montgrí

Hay lugares donde el tiempo se estira, donde los días no se miden por horas sino en luces, aromas y silencios. El Empordà es uno de esos sitios. Esta tierra entre el mar y la montaña invita a vivir despacio, a saborear cada kilómetro, cada instante.

Empezar la ruta en bicicleta por los campos del Empordà es como abrir un libro antiguo lleno de historias. Los caminos rurales serpentean entre campos de trigo, viñedos y masías de piedra, mientras el viento acaricia los girasoles y te empapa del perfume de los pinos y la lavanda silvestre. Las ruedas avanzan sin prisa. Aquí, la prisa no tiene sitio.

Los pueblos que salpican el paisaje -Peratallada, Palau-Sator, Gualta- parecen suspendidos en el tiempo. En las plazas, los vecinos conversan sin mirar el reloj, y las terrazas invitan a una pausa para un café o una copa de vino de la DO Empordà. Es una vida sencilla, sí, pero cargada de riqueza que sólo se descubre cuando uno se deja llevar por el ritmo del entorno.

A medida que el recorrido avanza hacia el este, el terreno se vuelve más agreste y el aire se impregna de la salazón del Mediterráneo. serena. El mar, inmenso y azul, se funde con el cielo en el horizonte. Con uno mismo. Una invitación a vivir más lento, más consciente, más libre. los primeros diez ciclistas que demuestren con el GPS en la tienda Castelli Girona que lo han hecho y suban una foto o story en Instagram desde el mirador de Punta Ventosa, en los acantilados del Montgrí (en la zona de Montgó) mencionando @castellistore_girona recibirán un obsequio!

Sergi Romeu, @sergi_romeu en Instagram,es fotógrafo, especializado en deportes de acción, y colabora con Castelli Girona.