90 minutos para planificar el Holocausto
El 20 de enero de 1942, altos funcionarios nazis establecieron el protocolo para optimizar la maquinaria del genocidio judío
Dortmund (Alemania)El 20 de enero de 1942, este jueves hará ochenta años, un grupo de 15 hombres se reunió en una majestuosa villa alrededor del gran lago Wannsee, en las afueras de Berlín. Un lugar idílico que a la vez garantizaba la máxima discreción a sus asistentes. Ese estiloso edificio era entonces propiedad de la fundación Nordhav, una organización de beneficencia del servicio de seguridad del régimen nazi.
“Será una reunión con comida”, había avanzado Reinhart Heydrich, jefe de este servicio de inteligencia de las escuadras de protección de las SS y subdirector de Protección del Reich en Bohemia y Moravia. ¿Tema del encuentro? “La solución final para la cuestión judía”.
Apenas una hora y media duró la posteriormente conocida como Conferencia de Wannsee. Después del café y el coñac, los asistentes salieron satisfechos de la villa con un protocolo, de 15 páginas firmadas, que marcaba cómo se tenía que llevar a cabo el exterminio de hasta 11 millones de judíos. El documento, del que solo se conserva un ejemplar original –y por casualidad, porque el ministerio de Exteriores del Tercer Reich ordenó su quema poco antes de perder la guerra–, es clave para confirmar la intención de los líderes nazis de llevar a cabo un genocidio sistemático.
En la Conferencia de Wannsee no se decidió la aniquilación de los judíos, porque ya estaba en marcha. Desde la invasión alemana en la Unión Soviética del 22 de junio de 1941 ya se había asesinado a medio millón de judíos soviéticos y el 15 de octubre de ese año había empezado la deportación de judíos alemanes hacia el Este. Pero, igualmente, Heydrich tenía el encargo de coordinar el Holocausto y, a la vez, quería demostrar poder ante sus invitados –secretarios de estado, representantes de las administraciones de ocupación en Polonia y el Báltico y altos funcionarios de las SS–, sin los que no podía llevar a cabo ese plan.
Optimizar la maquinaria del exterminio
La Conferencia de Wannsee representó “un cambio de agujas” del régimen nazi en el rumbo hacia el exterminio de los judíos, analiza el historiador Peter Longerich. “Se definió de nuevo el cuándo, cómo y dónde de la solución final”, indica. “La reunión no fue para tomar una decisión política, sino para acordar cómo llevar a cabo cosas que ya estaban teniendo lugar”, confirma el subdirector del centro de conmemoración y de enseñanza de la hoy histórica villa de Wannsee, Matthias Hass. Ahí, en 1942, los 15 burócratas hablaron más bien de cómo optimizar la maquinaria de exterminio judío incluso en zonas que no habían caído bajo el poder de los nazis. Una lista de potenciales víctimas era parte del protocolo.
El texto de Wannsee, de lenguaje sobrio y burocrático, es un “programa de asesinatos de gran velocidad”, asegura Hass. “En el momento de la Conferencia, aproximadamente el 80% de las víctimas todavía se mantenían con vida. Un año y medio después, en otoño de 1943, el 80% estaban muertas”, indica. Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial murieron seis millones de judíos en Europa.
Pero, ahora, ¿cómo se puede comunicar a la ciudadanía y a los escolares que visitan la villa de Wannsee lo que ahí se selló? “Ahora tenemos generaciones que están preparadas de forma más radical para hacer las preguntas más duras”, admite el subdirector del centro de conmemoración y educación junto al gran lago. Al mismo tiempo, se muestra muy preocupado por el incremento de una nueva calidad de incidentes antisemitas en la sociedad. Incidentes que son más chocantes y más directos que antes. Lo ve en su centro a través de notas antisemitas en el libro de visitantes y lo recibe con “el enorme resurgimiento” de prejuicios y teorías de conspiración, algunas de las cuales tienen relación con las críticas contra las medidas restrictivas anticovid.
Las cifras de visitantes en centros conmemorativos para las víctimas del régimen nazi van al alza en todo el país. La villa donde tuvo lugar la Conferencia de Wannsee recibe anualmente 120.000 personas. “Que una cosa similar no se vuelva a producir es la motivación de cualquier acto de memoria por los crímenes de los nazis”, aclaró este martes justamente desde Wannsee el presidente de la República Alemana, Frank-Walter Steinmeier. “No se tiene que olvidar lo que pasó aquí hace 80 años, cuando un aparato del estado alemán planificó el genocidio de judías y judíos en Europa. El protocolo de la conferencia de Wannsee es un arma criminal”, sentenció.