La amenaza de guerra regional pone en juego el avispero de alianzas en Oriente Próximo

BarcelonaEl juego de alianzas en Oriente Próximo es un avispero. Irán extiende su red de influencia en la región a través de grupos afines que financia y arma, como Hezbollah en Líbano, los houthis en Yemen y las milicias chiítas en Irak: el Eje de Resistencia, como el llama Teherán. Resistencia a la “ocupación” de Israel, que considera Irán la gran némesis y principal amenaza.

En la causa palestina se diluye la división entre suníes y chiíes (las dos grandes ramas del islam). Arabia Saudí rivaliza con Irán por el poder regional, y estaba a punto de normalizar relaciones con Israel cuando estalló la guerra, el 7 de octubre. Y en los últimos meses se ha significado cuando el pasado abril ayudó a proteger el espacio aéreo de Israel de los cohetes de Irán, junto con Jordania y Emiratos Árabes Unidos, que entran dentro de su área de influencia. En este contexto, Qatar, que vela por una política independiente, se ha erigido en el interlocutor con Hamás, mientras que Egipto, cuya dictadura ha aniquilado a los Hermanos Musulmanes, intenta no hacerse más impopular avalando a Israel. Y todavía faltan las alianzas externas, que vuelven a enfrentar a EEUU (junto a Israel) con Rusia (que apoya a Irán).