"Chiclayo, bendito!": alegría en la antigua diócesis de León XIV en Perú

Chiclayo (Perú)Cuando el jueves el cardenal Robert Prevost salió al balcón de la basílica de San Pedro como 267º papa, Chiclayo, en el norte de Perú, estalló de alegría y de incredulidad. Esta ciudad, la quinta mayor del país con algo menos de 800.000 habitantes, era poco conocida hasta la semana pasada, cuando mucha gente ni siquiera había oído hablar de ello. Hace días que en Chiclayo no se habla de otra cosa.

La alegría y la emoción han invadido el corazón de una gente tranquila, amable, y muy católica: "Nosotros somos muy creyentes", dice Antonio Gutiérrez en el ARA, saliendo de la catedral de Santa María, de la mano con su madre. "Cuando el jueves empezaron a repicar las campanas y supimos que el elegido por ser el nuevo papa era monseñor Robert, nos pusimos muy contentos", relata. La mujer, que tiene cerca de noventa años, sonríe: "Es muy bueno, muy humilde. Aquí le queremos mucho". Aparte de humilde, otros chiclayanos describen al flamante papa como "sencillo", "próximo", "discreto", "solidario" y "generoso". en Perú lo consideran un "papa peruano", ya que, aparte de desarrollar casi toda su vida pastoral y eclesiástica en el país andino, en 2015 decidió nacionalizarse, cuando el papa Francisco le nombró obispo de Chiclayo.

Este sábado, la Plaza de Armas –en el centro de la ciudad, donde se encuentra la catedral– está acordonada y no circulan coches. Una feria de gastronomía local ocupa parte de un paseo adyacente, y de algunas fachadas cuelgan grandes pancartas con la cara de León XIV y con la frase "¡Chiclayo bendecido!". Se respira un ambiente festivo, de excepcionalidad, y es que al anochecer, el actual obispo, Edinson Farfán, oficiará una misa en honor al "papa chiclayano".

Hasta entonces, la vida está en la calle, entre fieles, religiosos y curiosos que se han acercado para saber quién era Prevost antes de ser León XIV. Miguel Ángel Falla es abogado y había colaborado con una organización liderada por Prevost, Dignidad Humana, de apoyo a personas migrantes en la llegada y migrantes". migrante, porque es de Estados Unidos, pero, además, su padre tiene raíces francesas y, la madre, españolas".

Ana María Reyes colaboró ​​a través de Aldeas Infantiles, una ONG en defensa de los derechos de los niños: "La huella que ha dejado en colectivos vulnerables y en las personas que hemos trabajado es imposible borrar", dice en el ARA. "El aprendizaje que me deja es pensar siempre en la ayuda directa a las personas que más lo necesitan", añade.

"Un hombre muy tranquilo"

En la plaza, un colectivo de jóvenes hacen una muestra de marinera norteña, una danza tradicional de la zona. Aurora Dueñas, una señora que lo mira, apunta: "Me hizo muy feliz que mencionara a Chiclayo en el balcón de San Pedro –dice–, porque es un punto tan pequeño del mapa, que quizás nunca se habría conocido de no ser por él". Su hija, que le acompaña, recuerda que recibió la confirmación de Prevost. "Al verlo, pensé «¡me suena!», y resulta que sí, ¡que era él!», ríe. "Sus misas en la escuela me gustaban mucho, era un hombre muy tranquilo", añade.

En el ayuntamiento de la ciudad, un edificio de estilo colonial junto a la catedral, la alcaldesa Janet Isabel Cubas confía en que Prevost mantendrá su adhesión a la doctrina social de la Iglesia: "Todo lo que apunte a un trabajo digno por una vida digna, en la línea de lo que nos ha". Justamente, Francisco es mencionado varias veces a lo largo de la misa de la noche, cuando la plaza se llena a rebosar de gente que ondea banderas del Vaticano y del Perú, sacude globos blancos y amarillos, y, de vez en cuando, corea consignas como "el papa es chiclayano" o "Papa, amigo, Chiclayo está contigo".

En la homilía, el obispo Farfán alaba la capacidad de liderazgo en momentos de crisis que Prevost ha demostrado en Chiclayo, como la gestión de las inundaciones después de que el fenómeno El Niño dejara algunas poblaciones inundadas en el 2017, o cuando, durante la pandemia de coronavirus, logró reunir dinero para comprar un respirador que faltaba.

Farfán se va discretamente a la geopolítica, rescatando la habilidad de Prevost para "leer los tiempos". En un contexto convulso, el obispo opina que "América Latina es el continente de la esperanza para el mundo entero". El sentimiento general de la gente en Chiclayo es que otro papa que comprende la realidad de las periferias es beneficioso para países como Perú, que si bien mantiene cierta estabilidad económica, sufre una grave crisis política e institucional, además de escándalos de corrupción y fuertes episodios de violencia. "Perú no está en un buen momento –lamenta el abogado Falla–, pero esta noticia caída del cielo nos ha alegrado". Y concluye: "Ha sido… como un milagro".